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(Pov Aether)

Ayer acordamos reunirnos cerca de la academia a las 19:00. Así que aquí estoy con Paimon esperando a que llegue la arconte de Sumeru para poder averiguar que ocurre en la academia.

— Disculpen por tardarme un poco.— Era Nahida con el cuerpo de Katheryne.

— No has tardado Nahida.— Paimon se puso cerca de ella.

— Bien, tenemos todo listo para ver que ocurre dentro de ese lugar.

No quería decirlo en voz alta pero el ambiente está extrañamente tranquilo.

—¿Que pasa Viajero? Si hay alguna inquietud puedes compartirla.— Nahida sonreía amablemente.

— No hay personas transitando y está todo extrañamente tranquilo.— Paimon se puso inquieta de inmediato y Nahida puso su mano en el mentón.

— Yo creo que Aether esta exagerando, yo veo todo normal.

— Él tiene razón, esta realmente más tranquilo de lo normal. Tengo la leve sensación de que algo saldrá mal, pero ya estamos aquí así que vamos a ver a Setaria.

— Paimon se siente más segura contigo y Aether al lado.— Paimon siempre dándonos tranquilidad.

Ibamos subiendo a la academia hasta que vimos a mucha gente en la entrada del recinto. Estaban aplaudiendo y felices de recibirnos.

—¿Que hace está gente aquí a esta hora de la noche?— Paimon miraba desconcertada.

De la nada aparece un hombre con pelo gris y una mascara que solo permitía ver su boca.

—¡El héroe vuelve triunfante!¡Y que recepción tan majestuosa!— Avanzaba hacia nuestra dirección.— Y no lo digo por decir.

Nahida se puso muy tensa.— Tú eres...¡El proscrito de la academia!

El hombre se jacto de lo que dijo Nahida.— El mismo. Aunque hoy en día me llaman... "El Doctor". Más conocido como Dottore, el Segundo de los Once de los Fatui.

No hay que bajar la guardia por nada con este sujeto. Paimon se escondió detrás mio mientras que Nahida estaba atónita mirando como la gente de Sumeru estaba feliz y celebrando la llegada de nosotros.

— La gente de Sumeru...¿Que les hiciste?— maldición, nahida está molesta.

— Solo hice unos pequeños ajustes en sus conmutadores Akasha, ahora se les puede depositar información directamente en su subconsciente.— La gente avanzaba hacia nosotros.— Como se darán cuenta estos queridos sujetos creen que el viajero es un héroe que acaba de salvar el mundo.— Se rió un poco.— Mi experimento ha sido un éxito. Parece que no pueden contener su admiración.

La gente no paraba de avanzar y eso nos estaba agobiando

—¡Oh, no!¿Qué hacemos ahora? Son solo personas comunes y corrientes.— Paimon miraba a los alrededores. Solo podía noquearlos.

Nahida se puso delante nuestra y nos miro.—¡Corran! Deben salir de aquí.—No podemos dejarla sola es uno de los once ¡El segundo!—¡Yo tampoco puedo abandonar al pueblo de Sumeru!— Activo un poder de ella y la gente comenzó a dormir de pie.— No se preocupen, nos veremos en las afueras de la ciudad.

Con Paimon nos echamos a correr a la entrada de la ciudad mientras que Nahida se quedó allí manteniendo su hechizo.

(Pov Nahida)

El proscrito avanzó hacia mi dirección. No podía desactivar el hechizo o si no la gente volverá a despertar.

— Ya veo. Suplantaste sus facultades mentales con tu propia consciencia. Una mente tan poderosa...— Dottore se acercó a mi cara.— Tu debes ser... la Diosa de la Sabiduría.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora