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Nueve años después...

Cuando Kazuha se fue, en Inazuma comenzó el decreto de captura de visiones, para mi suerte nunca obtuve una visión, Heizou siempre me dijo que es porque aún no tengo una ambición demasiado fuerte o un objetivo como para llamar la atención de los dioses.

Heizou es un detective de la comisión Tenryou, todo comenzó cuando quería conocer el paradero de mi hermano, desde un comienzo nunca me creyó del todo la mentirilla de que se fue de la nación y nunca más supe su paradero. En buena parte es verdad, no he sabido de Kazuha porque yo lo quise así, ya que él cada cierto tiempo me envía una carta pero nunca le di una repuesta, con el tiempo ya no las leo porque aún le guardo cierto enojo por lo sucedido pero aún así con los años entendí un poco su postura, en verdad me volví una prisionera de la gente estúpida.

Heizou con el pasar del tiempo ya me visitaba solo para pasar el tiempo y charlar de temas triviales y gracias a eso nos volvimos grandes amigos, tan grandes amigos hasta el punto de que me ayudará a escapar de Inazuma.

Hace unos meses decidí declarar como extinto el clan para buscar un nuevo camino, conocer las demás naciones, conocer nueva gente y lo más importante es encontrar un propósito para mi nueva vida.

Hace una semana encontré un punto ciego de los vigilantes para poder dejar un bote oculto y dejar algunas cosas para el viaje que tendré, claro que mi cómplice me estaba ayudando en este gran plan.

—Mi querida Kairi ¿Sabes que estoy realizando algo en contra de mi profesión?.—Decía esto mientras me ayudaba a dejar mi ropa en el bote.-Sería una lastima que te entregara y tu escape fracase.—Dejó todo en el bote y me miraba con cierta gracia.

—Heizou, tu solo te metiste en esta situación, yo podría delatarte y quedar como la ciudadana que engañó al gran Detective para demostrar que es un traidor.—Al decir esto su cara era todo un poema, su cuerpo estaba totalmente tenso y me lanzó una mirada de advertencia. Vaya que no le gustó para nada mi broma.— Que idiota eres, era solo una broma Gran detective Heizou.—Se qué en el fondo le gusta que lo adulen y funcionó.

—Creo que por esta vez dejare pasar tu broma carente de gracia.— Me dió la mano y con su mano libre acarició mi rostro para que lo mirara.—Se que te lo he dicho bastantes veces Kairi pero, ¿Estas segura de esto? Se que no has tenido una buena vida pero irte a un lugar donde no sabes sus reglas y no conoces a nadie que pueda guiarte o protegerte, eso me asusta un poco.—Esto último lo dijo con un volumen más bajo que apenas pude escuchar. Me miraba de forma triste.

—Heizou, por favor no te preocupes por mi, yo estaré perfectamente bien, cuando tenga la oportunidad de visitarte sin ser capturada en el proceso prometo hacerlo. Pero mi vida comienza al abandonar esta naci... .—me quedé en silencio abruptamente, esas mismas malditas palabras me dijo Kazuha al irse. Por la arconte, creo que se nota que nos expresamos igual en estas situaciones. Suspiré pesadamente.—De todas formas en algún punto volveré, prometo traerte recuerdos de los lugares que conoceré.— Le dije con una sonrisa.

—Tan terca como siempre.—Suspiró y luego me sonrió. Saco su mano de mi cara y la otra soltó mi mano.—Ya que señorita terca está totalmente decidida no me queda más que ayudarte. Mañana al amanecer estaré aquí para ayudarte a irte y no te atrevas a volver o te arresto por idiota.—Dijo esto riendose.

—Prefiero que no me arrestes, Itto dice que vas todas las noches a asustarle y hacer ruidos raros para que se arrepienta de sus acciones. Vaya tortura.—Lo miro con cara de lastima, claro que una lastima fingida.—Entonces, nos vemos mañana Heizou, llegaré lo más puntal posible jeje.— Me despido y me voy por un camino solitario.

No negare que no dormí nada en la noche por la gran ansiedad que tuve, estaba en juego mi libertad y el puesto de Heizou. Pero más que nada los castigos que imponen por escapar o ayudar a escapar son bastante... Severos.

Pero, ya estoy aquí. Subiendome a mi gran carruaje marino. Qué se note el sarcasmo, con mi cómplice al borde de un colapso por ver que en verdad me iré y yo tratando de contener mis ganas de tirarme al agua.

— Kairi, aún estás a tiempo de que te retractes.—Comenzó a mirar a todos lados.—Espera, creo que escuché algo.—Decir que estaba nervioso quedaba muy corto.

— Por la shogun, Heizou ya estoy dentro del bote así que solo empujalo un poco para adentrarme un poco más.— Sentí un gran golpe.—¡¿Que mierda haces?!

Heizou le dió un gran golpe al bote con su puño envuelto en anemo, sentí que iba a salir eyectada de mi transporte por tal fuerza. Al menos sirvió para avanzar más al fondo del mar.— ¡Eres un patán! casi destruyes el bote.—Grité lo suficiente para que me escuchara. Alcé mi mano en modo de despedida.—Adiós Heizou, no olvides que te escribiré.

—Adiós Kairi, recuerda que no debes volver o te arrestaré.— Su voz se escuchaba cada vez más lejana y veía como sacudía su brazo energéticamente a modo de despedida.— Te quiero Kairi, se feliz.

Y así es como emprendí mi nuevo viaje a un destino totalmente desconocido para mi.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora