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(Pov Kazuha)

Abrí la puerta y mi cabeza se lleno de recuerdos felices y también amargos.

—¡Señorita Kairi tardó más de lo que dijo!—Yako salía de una habitación muy enfadada.— Debería tener cuidado, usted sabe que la gente es muy ingra...—Me quedó mirando por diez segundos y salieron lágrimas de sus ojos.—¡Señor Kazuha!— Me abrazó con bastante fuerza.

—No has cambiado en nada Yako.—Le devolví el abrazo.

—Han pasado muchos años. Nunca se me pasó por la cabeza que un muchacho tan joven fuera uno de los criminales más buscados.—Me soltó y comenzó a inspeccionarme completamente.— Para el pesar de su hermana es casi igual a usted.—Dijo riendose.— Aunque sigue igual.

—¡Kazuha!—Yako se asustó al escuchar a un tercero.— Oh, siento interrumpir. Mi nombre es Kaede, amiga y compañera de Kazuha.— Kaede estrechó su mano con Yako.

—¿No entraste antes Kaede?— Me llenó de confusión el hecho que no haya entrado cuando mi hermana le dió las llaves.

— Oh bueno, me dió algo de pena entrar a una casa que no es mía.— Dijo mientras jugaba con sus manos.

Escuché como Yako se reía de la situación—Los kaedehara vuelven pero no solos.—Dijo sonriendo.

—¿Kairi llegó con ese joven a casa?— Mis nervios de hermano mayor aparecieron.

—Claro, llegaron hace un tiempo. El chico se quedó aquí por unas cuentas semanas y después dejó a Kairi en casa.—Yako nos señalaba el tonkatsu para que tomaramos asiento.

—¿Y como es él?— No puedo sacar de mi mente como el sujeto me miraba.—¿Cuidaba de Kairi?

Mientras que estábamos sentados Yako trajo té.—El joven es algo arisco con nosotras, pero nunca vimos un mal trato con la señorita.—Yako me dejó la taza de té en la mesa.— Siempre salían juntos y veía como Kabukimono disfrutaba de la compañía de ella. Cuando llegaba la noche nos retirabamos así que le dejo en manos de su imaginación lo que hacían.— Yako reía mientras dijo eso.

Imposible que ese idiota haya llegado tan lejos con mi dulce Kairi...¿Y si ya fue así?
Agarré mi cabeza con mis dos manos y suspiré frustrado. No puedo prohibirle nada a Kairi pero su pareja no me da buena espina después de saber qué es uno de los heraldos más temido.

Una mano me sacó de mi trance y era Kaede burlandose un poco de mi preocupación.— Por los Siete Kazuha. Tú no puedes evitar cosas que estan destinadas en las vidas de todos, es obvio que en algún momento tu hermana ya no será virgen.— Dijo sonriendo mientras tomaba té.— Además.— Dejó la taza en la mesa.— Tu tampoco eres una persona "pura" en ese sentido ¿O me equivoco?— Me miraba como si fuera obvio.

Aunque es verdad lo que dice Kaede, estuve con una chica hace un tiempo pero ella me dejó por otro forastero y con ella hice la mayoría de cosas.— Es verdad. No soy una persona casta pero almenos yo me deje llevar por el deseo con la persona que amaba. Hasta que ella encontró el amor en otra persona.— Sentí como Kaede me miraba con lástima.— Aunque eso fue hace mucho tiempo, el viento se llevó todas mis lágrimas.

—Es una pena que hayas sufrido por una mujer basura.— Me miraba molesta.— Yo no desviaría la mirada con un forastero peliblanco amante de los poemas.— Se levantó de la silla y se dirigió al baño.— No sería tan estúpida.

¿Kaede está celosa? No soy una persona que no se da cuenta de los sentimientos de los demás y menos cuando ella suele ser directa. Esto es algo extraño, con ella no puedo pensar de forma rápida.

—Es una linda chica Kaede.— Yako retiró su taza.— Se nota que le quiere y que lo cuida.— Yo me reí un poco. Kaede aveces no se da cuenta pero no es muy buena esquivando y varias veces quito a su adversario.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora