El Sexto Herlado de los Fatui

12

(Pov Kazuha)

Después de mucho tiempo decidí volver a mi prisionera nación en compañía de Beidou y del viajero.

Mientras observaba a lo lejos a la primera isla de Inazuma no pude evitar sentir nostalgia. Iba a volver a caminar por esas calles donde por última vez estuvo pasmada la desesperación por la decisión de la arconte. Además iba a volver a ver esa pequeña niña llena de resentimiento hacía a mi, no pude evitar reir con amargura ante el recuerdo de mi hermana observando como me iba.

He cargado con la culpa y el odio de abandonar a mi hermana pero no podía quedarme en ese lugar, no después de ver como mi mejor amigo murió en manos de la Shogun Raiden.

—¿En que tanto piensas Kazuha?— Kaede se acercó.— Sé que no es fácil para ti volver— Miró hacia donde yo veía.

—Pienso en lo que dejé atrás en Inazuma cuando escapé— La joven me miraba con total atención mientras hablaba— He vivido como un Samurái errante por mucho tiempo y he podido conocer a muchas personas, culturas y tradiciones exquisitas pero nada se siente como volver a casa.— Sonreí ante mis palabras.

— Yo sé que no te espera un camino fácil pero tienes a toda la flota a tu disposición y sabes muy bien te apoyamos como una familia.— Kaede toma mis manos.— Yo estaré contigo sin importar qué.—Pude notar como se teñia de rojo sus mejillas.

— Gracias por tus palabras Kaede.

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—¡Kazuha!— Giré en dirección del hombre que me llamó.—¡Tu amigo está con la Shogun Raiden!— Creí que estaba jugando con pelear con ella.

Corrí lo más rápido que me permitió mi cuerpo, use mi visión para poder escalar y luchar contra los guardias para llegar hacía donde ocurría la pelea.
Al llegar pude ver que ya era tarde, el gran reto contra Raiden fue terminado.
No pude ver la cara de Tomo por última vez, tomé su visión y corrí lejos de esa escena. Los guardias que habían sido enviados a la escena comenzaron a seguirme para arrestarme.

Luché contra los guardias hasta que cayeron, corri en dirección hacia mi hogar, debíamos irnos.

Azoté la puerta de casa y pude ver como Kairi venía corriendo a recibirme.

—¡Hermano has vuelto!— Fue a mi dirección y me abrazó, como podría explicarle a una niña que debíamos irnos de Inazuma o moriremos.—¿Estás bien?.

—Kairi se que esto es muy repentino pero debemos irnos.—Ella estaba confundida ante mis palabras.— Si nos quedamos estaremos siempre atrapados aquí.— Caminé en dirección a su cuarto y saqué un abrigo con una capucha.—Necesito que te pongas esto.—Mientras ella acataba mi petición con confusión me dirigí a la cocina con una bolsa lo suficiente grande para guardar lo necesario para sobrevivir por unos días.

Ella caminó hacía mi.— Kazuha ¿A dónde iremos?¿Iremos a la isla Watatsumi como la última vez con Tomo?—Su emoción antes la idea era evidente.

— Nos iremos de Inazuma, nos iremos en un bote y la corriente nos llevará a Liyue.—Acomodé su abrigo para que no vieran su cara.— Viviremos juntos en otro lugar y seremos felices.— Le di la mano y comenzamos a caminar en dirección a la playa donde estaba el bote.

Después de un largo tiempo caminando divisé nuestro única opción de huida.

Después de haber dejado a mi pequeña hermana sentí que iba a morir por la culpa pero no podía permitir que ella sufriera si la comisión me atrapaba y probablemente me ejecutara en la ciudad de Inazuma.