✨No eres tan diferente como pensé✨

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(Pov Kairi)

Por la Shogun, nos íbamos a besar pero Nahida nos interrumpió.
Tengo que ir con Aether a contarle todo.

Fui a la cabaña en donde vive mientras está aquí en Sumeru.
Golpeé la puerta y no hubo respuesta, que extraño.

—¿Aether?— Se supone que debe estar aquí.

Iba a golpear de nuevo pero abrió un poco la puerta.

—¿Que sucede?— Lo miré y estaba sonrojado, el pelo un poco alborotado y podía ver su pecho descubierto.

— No me digas que...— Me tapó la boca y asintió sonrojado.—¡Perdón!

— Mañana podemos vernos.— Intenté mirar para ver quién era la afortunada o afortunado.— No intentes espiar, tonta.

— Mañana te veo.— Me despedí de él y cerró la puerta.

Y yo pensaba que estaba solo. Hasta mi mejor amigo tiene diversión de vez en cuando, al igual que Tartaglia.

Fui a casa y fui directamente a darme una ducha, estaba un poco sucia con polvo de la cueva y necesitaba estar tranquila.

Cuando terminé me fui a la cama y reflexioné sobre lo que paso hoy, en conclusión, aún estoy loca por Fujin y somos unos imanes que no se pueden separar.
Tengo miedo de que recuerde todo pero es algo que sucederá si o si y no lo podré evitar. Solo tendré que ser fuerte y prepararme para lo que suceda.

Me dormí con miles de pensamientos aún presentes en la mente pero estaba exhausta.

Hoy tenía que ir a la academia ya que los sabios quieren realizar una competencia entre escuelas para motivar a los alumnos.

Al abrir la puerta de mi casa estaba Aether esperándome.

— Buenos días, Kairi.— Tenía su típica sonrisa en su cara.— Vamos a la academia a explotar con esos abuelos.

Cerré la puerta y lo miré con obviedad.—¿Quién era la mujer o hombre de ayer?— Comenzamos a caminar.

— Era Nilou...— Se rascó la nuca.— No sé como terminamos de esa forma y tampoco trataré de buscarle alguna explicación.— Vaya, le gustan las pelirrojas.

—¿Te gusta Nilou?— Negó.—¿Y a ella le gustas?— Volvió a negar.

— Solo sucedió.— Arremangó sus mangas del traje de erudito.—¿Qué querías decirme?

— Cuando te fuiste, me quedé sola con Fujin y fuimos a un río cerca de la ciudad.— Aún no puedo creer que casi nos besamos.— Ibamos a besarnos pero Nahida nos interrumpió.

—¡Yo sabía que ibas a terminar con él nuevamente!— Se veía más feliz que yo misma.— Tengo fe.

— No digas tonterías, aún queda factor memoria.— Suspiramos al mismo tiempo.

—¿Que tanto hablan?— Me espanté al escuchar la voz de Fujin.

— Eso no te importa, asuntos de mejores amigos.—¡Siempre quise decir eso!, siempre me decía su mierda de " asuntos de heraldos".

— Bueno, para tu información tampoco me interesa, Aether voy a robar a tu compañera un poco.— Me tomó de la muñeca.

—¡Nos vemos en la reunión!— Asintió de mala gana.

Me llevó a un lugar donde no transitaba tanta gente pero era cerca de academia, cosa que agradezco porque no tengo tanto tiempo.

—¿Que sucede?— Sonreía de forma engreída.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora