13

265 27 0
                                    

(Pov Kairi)

Al bajar del barco, los recuerdos me azotaban, recuerdos buenos como malos.
Todo se veía igual a como cuando me fui, la gente seguía con miedo a que les arrebataran sus visiones y el Shogunato estaba dispuesto a buscar todas las visiones con tal de cumplir el arrebato de egoismo de la Shogun Raiden.

Yo nunca obtuve una visión pero estuve siempre bajo vigilancia, siempre sospeché que Kazuha hizo algo ese día porqué aún no me explico el hecho de que tuvieramos que irnos de esa forma y nadie quiso en ese tiempo responder mis preguntas.
Además, Tomo desde ese día también desapareció.

Sin darme cuenta me había quedado quieta en plena calle hasta que sentí que alguien tiraba de mi mano.

— Mortal camina.— Me miraba con evidente enfado, todas las personas miraban un tanto extrañados la escena y como no. Un idiota con una vestimenta particular con un sombrero gigante junto a una chica que se quedó quieta en plena calle. Aunque mi atención estaba puesta en que él me estaba dando la mano.

— Lo siento, estaba sumergida en mis pensamientos — Al parecer mis palabras lo irritaron más ya que comenzó a tirar de mi para que caminaramos. — Oye, no te lo he preguntado pero, ¿Dónde te quedarás tú?

— En las afueras de la ciudad principal, no quiero que aún capten la presencia de los Fatui.— Estábamos en el gran árbol de Ritou y seguía igual de hermoso.— Pero de momento me quedaré contigo para evitar que esa estúpida boca arruine todo.— No puede ser, en verdad cree que diré algo.

— ¿Te quedarás conmigo durante un tiempo en mi antigua casa?— Asintió.— Deja de preocuparte, no hablaré sobre nuestra misión.— Me imaginé un poco lo que sería convivir con el Sexto y sería un completo desastre.— No me desagrada la idea de estar contigo durante un tiempo.

Se giró hacía mi dirección y comenzo a reírse.— Al parecer te emociona la idea de que este contigo ¿Acaso ya te enamoraste de mi, humana tonta?— Y ahí estaba nuevamente el Scaramouche de siempre.

Se acercó peligrosamente a mi cara y yo me vi tentada ante la vista, era evidente lo que iba a suceder. En el fondo de mi corazón quería que sucediera de nuevo.

Scaramouche puso una mano en mi mejilla y me miraba a los ojos mientras acortaba más la distancia, sentía como mi corazón palpitaba en mis oídos. Sentía su respiración cerca de mi cara así que cerre los ojos esperando el beso pero alguien le habló a el Sexto y se separó.

— Veo que la humana esperaba algo de mi.—Se rió un poco antes de irse con la persona que lo llamó.—Ya respondiste mi pregunta con esto. Esperame aquí y no te muevas.

—¡No estoy enamorada de ti y nunca lo estaré!— Le grité mientras se iba.

Creo que la idea de mejorar nuestra relación se ve imposible, suspiré pesadamente ante la idea de compartir a diario con un ser realmente antipático.

(Pov Scaramouche)

No sabía que a la humana le importara tanto la idea de estar conmigo en el mismo lugar. Solo lo hago para evitar que hablé de más.

Tendré que cambiar mi vestuario, siento como estos herejes me observan sin vergüenza alguna y además mi sombrero podría ser reconocido por esa Youkai que se mezcla entre los humanos pero primero debo solucionar un asunto en la comisión Kanjou.

— El jefe está dentro del edificio. El lo espera en la sala de reuniones.— La chica hizo una reverencia y se fue.

Entre al lugar y sigue igual de horrible como la última vez que lo visite. 

Me recibió la persona que justamente necesitaba.

—¿Y bien?— Lo miré esperando la respuesta, la paciencia no es mi virtud.

— Creo que podemos tener un trato señor Scaramouche— Que rápido, todos los humanos son tan manipulables.

— La mayoría de los humanos de esta nación ha perdido su visión gracias al decreto podrán obtener un gran beneficio con los engaños.

— Gracias a su ayuda hemos tenido el poder necesario para manejar a Inazuma a nuestro gusto junto a la otra comisión.— Se formó una sonrisa de victoria.

Que asquerosa sonrisa.— No me importa tu agradecimiento, repudio todo tipo de alabanza de tu parte.— Abri la puerta sin antes advertirle.— Recuerda a quién sirves o si no acabaré con tu comisión en un parpadeo.— Lo miré de reojo y dejó de sonreír de inmediato.

Al salir observe como aquella mujer me esperaba. Miraba el árbol mientras que el viento movía su largo pelo con ese mechón rojo que me hacia recordar a un viejo amigo.

— Andando Kairi.— Ella me vió y fue de inmediato a mi lugar.— Iremos a tu hogar asi que tienes que guiarme.

Tomó mi mano mientras caminabamos. Que mujer tan osada.

—¿Crees que tienes autorización para tomar mi mano?— Ella me observó en silencio y luego se comenzó a burlar.

— Es para guiarte a mi casa, no te hagas ideas erradas, Sexto.— Rodé los ojos y me miró divertida.— Creo que no eres tan molesto como antes.

— No te burles de mi niña, ¿Acaso quieres retomar lo de hace un rato?— tomé sus dos manos y las uni con las mías.— Ya que estamos hablando de forma sincera del otro, para mi desgracia, debo admitir que eres muy linda.— Me acerqué a su cara, la cual estaba totalmente roja, ella se alejó de golpe de mi y comenzó a mirar otro lado, me reí ante su reacción. Ella solo me miró con evidente enfado y vergüenza.— Parece que estás enferma mortal, tu cara esta toda roja.— Le dije con cierta diversión.

—¡Cierra la boca maldito idiota! Vamos pronto hacia mi casa.— Tiró de mi ropa. Que mujer tan divertida.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora