El Sexto Herlado de los Fatui

51

(Pov Kairi)

Ya han pasado seis meses desde que Scaramouche recuperó su memoria por completo.

Ha ido todo bien entre nosotros, no falló en ningún momento a lo que prometió ese día que dejé las cartas sobre la mesa.

Estaba en la academia buscando la autorización del pesado de mi jefe para que se aprobaran algunos proyectos de los eruditos más jovenes. Me enorgulleci cuando vi el nombre de Gojo en esos proyectos, no quise indagar sobre que se trataba porque prefiero que él me lo diga.

Entré sin permiso a su despacho y me fulminó con la mirada. Me encanta hacerlo enojar.

— Ya estoy harto de decirte que toques la puerta, irrespetuosa.— Sonreí falsamente para hacerlo enojar aún más.— Dame eso para leerlo y no verte.

— Por supuesto, Gran Sabio.— Le dejé los papeles sobre la mesa.— Para resumir, es aprobar la financiación de los proyectos de los eruditos más jovenes.

Me ignoró por completo pero lo dejé pasar. Me senté en un rincón de la sala esperando a que termine de leer.

Alguien abrió la puerta sin tocar. Alhaitham miró molesto pero dejo de hacerlo cuando se dió cuenta que era Kaveh.

— Te vine a dejar comida, ayer no me dejaste comer nada de lo que compre porque no parabas de intentar besarme, así que te lo traje para ti.— Lo dejó en la mesa y Alhaitham y yo nos pusimos nerviosos.

— Por La reina Kusanali...— Alhaitham cubrió su cara que estaba toda sonrojada.

—¿Que diablos te pasa?— Lo miró confundido.— Si sabes que es verdad.

—¡Ya deja de hablar!— Kaveh rodó los ojos.—¡Kairi está aquí!

Me miró y sonrió feliz.—¡Hola, Kairi!— Moví la mano, estoy bastante roja por esta situación. Cayó en cuenta sobre la situación y ahora todos estábamos sonrojados.—¡¿Que haces aquí?!

Alhaitham me hizo una seña para que fuera y obedientemente fui y me entregó los papeles firmados.— No abras tu bocota sobre esto o te mato.

—¡Yo no vi nada hoy!— Tomé los papeles nerviosa.—¡Adiós chicos!

¡¿Que rayos acaba de pasar?! Yo sabía que a Kaveh le gustaba su amigo pero no me imaginaba que estaban juntos y mucho menos que Alhaitham es el que le pide afecto.

Salí de la academia y fui a darle los documentos firmados a Nahida a su santuario.

Estaba Scaramouche y Nahida fuera del santuario así que mucho mejor.

— Esta todo listo.— Asintió sonriendo.— Terminé con mis deberes por hoy así que me retiro.

Scaramouche tomó mi mano y me dió un beso frente a Nahida. Le he dicho que no haga eso pero lo hace igual.

Nahida se rió de la situación.

— Al parecer han logrado resolver los problemas que los atormentaban como pareja.— Ambos asentimos.— Me alegro por ustedes.

— Por supuesto.— Nos miramos sonriendo.— Somos muy felices.

—¿No retomarán su compromiso?— Había olvidado que nos habíamos comprometido.

— No puedo retomar ese compromiso porque yo no fui sincero, le mentí a la mujer que amo.— Nahida asintió.

— Entiendo tu razonamiento, Fujin.— Nahida nos entregó unos sobres.— Iba a entregárselos más tarde pero como ambos están aquí, debo aprovechar esta oportunidad.

Nahida entró a su santuario y yo abrí mi sobre. Era una insignia dorada y había un pequeño papel.

"Yo, buer, te nombro de forma oficial como la primer sabio de Sumeru junto al viajero. Esta insignia es la muestra de ello. También, felicidades por ser la primer sabio femenina de la historia"