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(Pov Kairi)

Al llegar a casa, Scaramouche se fue hacía el salón principal. En el salón estaba un Kotatsu junto a cuatro tatamis alrededor.
Para nuestra suerte las chicas se retiraron antes de que llegaramos.

—¿Te quedarás aquí?— Pensé que iría conmigo a la cocina a criticar cada paso de mi preparación.

— Si, no quiero ver como envenenas la cena.— Movió su mano en señal de que fuera a la cocina.— Además estoy un poco cansado.

— Está bien, trataré de no tardar.— Le sonreí y me retiré.

Fui a la cocina a realizar la comida y para mi sorpresa aún estaba el té de la mañana.

— Que mal comienzo de día eh.— Me reí amargamente.

Después de estar un tiempo cocinando terminé con mis platillos. Le agregué el té y estaba algo amargo.

— No sabe mal pero esta un poco amargo.— miré con un poco de mala gana el plato.

Me dirigí hacia la habitación principal y para mi deleite vi como Scaramouche se quedó dormido en el Tonkatsu.

Dejé la comida en la mesa y la tapé con los platos que había traido de sobra.

Me acerque a él y lo inspeccioné. Su pelo es bastante lindo, tiene pestañas un poco largas, su perfil es atractivo. Me acerqué un poco más para apreciar su apariencia y rei bajito al notar que hasta para dormir tiene el ceño fruncido, es todo un gruñón.

—¿Ya terminaste de mirarme?— Abrió los ojos y me miraba juguetón. Me asusté al escuchar su voz y retrocedi. Mire hacía otro lado por la vergüenza y ni hablar del sonrojo que tengo.

— No pude evitarlo, es la primera vez que veo que estas dormido.— Me acerque a la mesa y tomé un platillo.— Ten, espero que te guste.— Se lo dejé alfrente de su puesto.

— Espero que no sea asqueroso o tendremos que comer en los puestos de comida callejera.— Lo miré con enojo, con todo lo que me esforcé y solo crítica.— Gracias por el veneno.

— Eres un idiota sabes, espero que te atragantes.— Me senté al lado de él y comencé a comer. No era un plato mal elaborado solo que no soy fan de la comida un tanto amarga.— ¿Qué tal quedó?— Observaba a mi novio falso y no había ningún tipo de reacción, creo que comenzaré a buscar los mejores puestos de comida.

Después de unos minutos habló.

— Es comestible.— Noté que había terminado de comer.— Me gusta el té amargo. No hay nada mejor que ese regusto.— Me miro y sonrió levemente. ¿Porqué todos los gestos inusuales en él son tan lindos?— Deja de mirarme así.

— Nunca te había visto sonreir de forma genuina y tu sonrisa es linda.— Le agarré los cachates y los estire simulando una sonrisa.— Deberías hacerlo más, así no tienes tanta cara de amargado.— Comenzó a fruncir el ceño.

— Ya es tarde humana, debemos ir a descansar.— Sacó mis manos de su cara.— ¿Dónde dormiré?— Buena pregunta. Mi casa tiene 3 habitaciones pero a dos no se puede entrar por dos motivos; Una habitación es de Kazuha y la otra es de huéspedes pero se encuentra clausurada porque las chicas me informaron que se estaba pudriendo la madera.

— Dormirás conmigo en mi habitación.— Comencé a retirar los platos de la mesa para llevarlos a la cocina.

Scaramouche comenzó a reirse como si mis palabras fueran el mejor chiste de todo Teyvat.— No esperaba que desearas tanto estar a mi lado.— Rodé los ojos.

— Las dos habitaciones restantes están fuera de uso.— Comencé a ir a la cocina.— Por eso dormiremos en la misma habitación, no te ilusiones tanto.— Gire hasta verlo y le saqué la lengua.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora