El Sexto Herlado de los Fatui

28

(Pov Scaramouche)

Los humanos tienen extrañas costumbres como celebrar su día de nacimiento, festividades de cuando los dioses salieron gloriosos de alguna batalla, pero también tienen hay días para celebrar el estúpido amor como los aniversarios de noviazgos.

Y aquí estoy, buscando un maldito regalo para Kairi. No quiero regalarle algo que no tenga sentido, quiero darle algo digno de ella, aunque es agotador entablar conversaciones con humanos que tratan de vender cosas a toda costa.
Además que fue extremadamente difícil quitarme de encima a esa mortal tan terca.

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(Pov Scaramouche)

—¿A donde irás?—Me seguía a todas las habitaciones que iba.

—No es de tu incumbencia Kairi.— Buscaba mi sombrero.

Kairi suspiró un poco molesta.-—Si buscas tu sombrero está cerca de la puerta.

Fui a donde ella indicó y estaba allí. Me lo puse y al mirar la puerta principal para irme, la mortal ya estaba ahí, mirandome con total molestia.

—Oh, porfavor Kairi.— Me reí un poco ante la estupidez que estaba presenciando.—Sal de la puerta ahora mismo.

—Me rehuso.- Rodé los ojos.—Tu nunca sales de casa, y cuando sales vas a donde el psicópata de Dottore.— Se cruzó de brazos.— Ahora no irás donde Dottore ¿Verdad?

—Buena deducción, querida.—Mi molestia estaba saliendo a flote pero quiero evitar pelear, asi que la tome de los hombros y la movi de la puerta. —Pero no soy tu esposo para que me cuestiones todo.

-—Pero eres mi novio.—Hizo un puchero, maldita.

—Humana, deja este circo. Prometo volver pronto.—Le di un beso en los labios como despedida.— Nos vemos antes de la cena.

Salí de casa mientras que Kairi se quedó en casa. Almenos no me siguió, ella es muy buena ocultando su presencia.

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La verdad me gustaría regalarle muchas cosas a la mortal, en especial ropa ya que todo lo que se pone se le ve bien. Además puede ser todo sorpresa porque no necesito sus medidas, después de ver tantas veces ese cuerpo me lo aprendí de memoria.

—¿Que busca concretamente?— salió un señor de la tienda.

Estaba mirando los conjuntos que vendía y eran aceptables.

—Quiero que haga un conjunto de la vestimenta típica de Sumeru pero con pequeños detalles de Inazuma.— El señor asintió y me hizo señas para que entrara.

Me mostró diversas telas con diseños pero ninguno me convencía del todo. Ya me estaba por rendir hasta que saco uno que tenía unos lindos patrones.

—Quiero que haga el conjunto con esta tela.— El señor asintió.— ¿Cuanto tiempo tardarás en esto?

—Si lo necesita pronto, podría estar listo dentro de tres dias.—El caballero sacó una pequeña libreta.— Debe traer a la persona para que pueda tomar las medidas.

Yo solo sonreí.— El conjunto es para mi novia.— Le quité el lapiz y escribi las medidas.

—¿Esta seguro que esas son sus medidas?— El me miro dudoso de lo que escribí.

—Por supuesto, conozco su cuerpo a la perfección.— Le extendí una bolsa de moras. —Espero que hagas tu mejor trabajo. Volveré dentro de tres días.