El Sexto Herlado de los Fatui

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(Pov Kairi)

Fujin me dejó en casa y se fue a su hogar. Cuando cerré la puerta y me giré para ir a mi dormitorio y estaban los 3 granujas.

—¿Quién era?— Tres tiernas auras asesinas.

— Un amigo.— Mai se rió incrédula.

— A un amigo no te lo comes con la mirada.— Rodé los ojos.

— No sabía que te gustaban los eruditos.— Ya me habían descubierto y no lo negaré tampoco. En el pasado negué mucho mis sentimientos.

— Mierda, estoy loca por él.— Me sentía como una niña.

— Mientras no te haga sufrir, todo bien.— Gojo se fue a su habitación mientras levantaba los hombros restándole importancia.— Vamos a dormir, mañana tenemos que volver a la academia.

Me quedé sola en la sala principal. Me siento de la misma forma que cuando recién me di cuenta que estaba enamorada por Scaramouche.

(Pov Fujin)

Si ayer estaba confundido, hoy estoy peor pero necesito aclarar mi cabeza.

— Veo que has tenido un buen día.— Me reuní con Nahida en mi pequeño hogar.

— Asi es, conoci más a fondo a una chica.— Tomé un sorbo de café.— Es bastante bella y agradable.— No podía olvidar su sonrisa.

—¿No te sientes como cuando recién conociste a Indira?— Negué.—¿Por qué?

— No lo sé, me sentía muy tranquilo cuando hablaba con ella y nunca sentí la necesidad de querer irme o controlar mis palabras. Fui yo mismo con ella.

—¿Quién es la chica?— Nahida se veía feliz por mi y eso lo agradecía.

— Es la amiga de Aether, Kairi.— Nahida se atoró con un pedazo de dátil.—¿Estás bien?

— No me esperaba eso.— Rió feliz.

— Me alegro que hayas conocido más a fondo a Kairi, ella es una buena chica y es buena de corazón.— Es verdad, es una buena humana.—¿Arreglaste tus problemas con Indira?

— Si, aunque aún estoy disgustado por eso.— Nahida lo entendió.

— Los humanos aveces son impulsivos en cuanto a sus sentimientos, la impulsividad motivó a Indira a besarte pero si ella te pidió perdón es porque sabe que se equivocó.— Puede tener razón.

— Ya veré qué sucede, solo espero que no se convierta en una molestia.— Nahida asintió.

Miró el reloj y suspiró.— Debo irme, Fujin.— Se levantó de la silla.— Los sabios no pueden esperar y debo buscar resoluciones.

Me despedí de Nahida.

Es la primera vez que soy sincero conmigo mismo. En verdad me agrado Kairi y me gustaría volverla a ver.

En una semana más tengo que reunirme nuevamente con Indira. Es una persona increíble y me ha ayudado bastante todo este tiempo. Dejaré de lado el tema del beso, no es para tanto.

Pasaron los días y durante ese tiempo he salido con la mortal que ha estado creando estragos en mi mente, es muy dulce y atenta conmigo. Pero llegó el día de reunirme con Indira en su pequeño apartamento.

Al entrar se veía bastante ordenado y limpio. De esperarse de ella.

— Sientete como en casa, Fujin.— Me adentré en su hogar.

Ella apareció con un montón de libros, como odio las investigaciones.

— Ya no soporto la mera idea de tener que estar horas leyendo estos libros.— Miraba con desagrado esos estúpidos libros.