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(Pov Kairi)

Soy estúpida, como pude creer en las palabras que me dijo.

Me quité la mayoría de mi ropa y me tiré sobre la cama.

Comencé a llorar, en verdad me sentía mal. Es la primera vez que me gusta un chico y me di cuenta de la peor forma que me gusta.

Sentí unos golpes en mi puerta y fui a ver quién es.

Abrí la puerta y era Mai.—¿Que ocurre pequeña?— Cuando Mai llegó a mi mando tenía 12 años, ahora ya lleva un año conmigo.

— Vi como venías rápido a tu habitación, así que pensé que querías un abrazo.— La tomé en brazos y la dejé en mi cama.

—¿Quieres dormir conmigo, verdad?— Mai asintió feliz.—  Ven, vamos a dormir.

Mai se acostó a mi lado y se quedó dormida mientras le hacía cariño en el pelo.

La abracé con fuerza y me quedé dormida mientras que alguna lágrima traicionera salía de mis ojos.

Cuando desperté, ya había bastante sol. Me pasé de largo.

Mai aún estaba dormida mientras me abrazaba.
La dejaré dormir en mi cama, mientras, me levantaré para salir a la ciudad a despejar mi mente en otras cosas.

Termine de alistarme y desperté a Mai.

— Mai, arriba.— Iba a sentarla para despertarla hasta que tocaron la puerta.

Abrí la puerta y era Tartaglia.— Hola Kairi.— Entró a la habitación y cerré la puerta.— Veo que estás ocupada con uno de tus renacuajos.

— No les digas así.— Lo miré molesta.— Son solo niños que han tenido mala suerte en la vida.

Mai abrió los ojos al escuchar tanto ruido.— Buenos días Kairi y Tartaglia.— Se estiró.— Me iré a mi habitación, tengo una misión.

Ella se fue a duras penas.

—¿A que viniste?— Tartaglia sonrío.— Siempre que sonríes cuando te pregunto eso, no es nada bueno.

Tartaglia se rió fuerte.— Solo quería llevarte de compras.— Me inspeccionó.— Te ves fatal ¿Ocurrió algo?

— Nada que te incumba.— Saqué mi espada solo por si las dudas.— Vamos.

Salimos de la base y fuimos a la ciudad.
Del tiempo que llevo aquí, me di cuenta que Tartaglia SIEMPRE aparece cuando estoy deprimida, como si tuviera un maldito radar.

Estábamos en una tienda probandonos la ropa. Ajax estaba desfilando para mi.
Uno de los privilegios de estar en los Fatui es que pueden cerrar una tienda exclusivamente para nosotros.

—¿Como se me ve esta polera?— Estaba con un daguerrotipo tomandole fotos.

— Te ves precioso.— El se reía.— Aunque el pantalón no va mucho.

Entró nuevamente al probador y salió con un pantalón que le quedaba perfecto

—¿Que tal ahora?— Salió haciendo una pose dramática.

— Ese pantalón te queda perfecto.— Le tome otra foto.— Bien, mi turno.

Ajax había seleccionado unas cuantas prendas para mi, hasta me dio conjuntos completos.

Me puse un vestido negro junto unos tacones del mismo color.
Salí del probador y también me tomaba fotos.

—¡Por su Majestad, Kairi te ves fabulosa!— Se paró de su asiento y tomo fotos de todos los ángulos.— Además puedes lucir esa linda figura que tienes, en especial esos pechos tan lindos que tienes.

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora