04: Ser débil.

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Cuando Jimin tenía nueve años tuvo un pequeño accidente en el jardín de su casa de vacaciones en Japón, descuidadamente había mentido a sus hermanos mayores diciendo que no había sido nada solo para poder continuar en el juego, pero en la noche, cuando no pudo ocultar el dolor que se transformó en quejidos, tuvo que confesarle a su padre la precaria situación de su pie.

Estaba hinchado y la piel con un tono violeta que hacía ver que estaba volviéndose algo grave, Jimin se asustó tanto al ver el estado de su pie que ya no pudo contener más el llanto dolorido. Su madre le había estado regañando en voz baja mientras le colocaba una bolsa de hielos, llamando a un doctor privado para que fuese a revisarlo a la casa, sus hyung lo rodearon rápidamente, acariciándole el cabello y abrazándolo mientras le decían que estaría bien.

Pero su padre solo se había quedado al margen, mirándolo con ojos acusadores. Jimin no dijo nada, sabiendo que el hombre probablemente estaba pensando en la mejor manera de regañarlo, pero sin la presencia de su madre y hermanos, su padre nunca lo regañaba con ellos presentes.

Jimin recordaba, con especial detalle, que después de que el doctor lo revisara y les dijera que no había sido algo tan grave, su madre y hermanos salieron silenciosamente de la habitación, dejándolo solo con su padre, todos sabían que era el momento para que él fuese reprendido por su imprudencia, y a Jimin solo le quedó bajar la cabeza, esperando.

Pero su padre no se quedó de pie frente a la cama, ni comenzó a regañarlo inmediatamente estuvieron solos, en su lugar, se acercó a un lado de la cama, sentándose junto a los pies de Jimin, tomando el pie lastimado con cuidado.

—Tus hermanos también se lastimaron mucho al crecer, pero tú siempre fuiste más delicado, aunque mucho más valiente. —su padre le susurró, apretando poquito sobre el vendaje. Jimin no se quejó, no porque no sintiese dolor, sino porque no quería verse débil. —HaeIn no se habría quejado, pero sí me hubiese dado una patada, Hyungmin se quejaría y lloriquearía dramáticamente, pero tú ni siquiera haces un movimiento, fingiendo que no te duele, incluso frente a mí, frente a tu padre que te he visto llorar desde el día en que naciste.

Jimin alzó la mirada en ese momento, encontrándose con los amables ojos de su padre. Su padre que siempre tenía una sonrisa y un gran abrazo para él, su padre que era la representación de seguridad y paz.

—Siempre dices que mostrar debilidad te hace más débil de lo que eres, porque le muestras al mundo que te afectaron.

Su padre se rió, con las esquinas de sus ojos arrugándose y la mirada volviéndose más cálida, el hombre estiro una mano, acariciándole una mejilla regordeta. Jimin le sonrió poquito, recargándose en el gesto.

—Sí, eso digo siempre, ¿no? —Jimin asintió, mirándolo atentamente. — Demostrar que algo te duele no te hace débil, Jimin, te hace alguien sensible y humano, alguien capaz de sentir. Esconder lo que nos duele no nos hace más fuerte Jimin, solo nos hace un poquito resistentes, solo nos da un pequeño escudo que puede romperse.

—Entonces, ¿Cuándo soy débil?

—Cuando escondes cosas como estas. —le apretó el tobillo, y esta vez Jimin no escondió su mueca de dolor, quejándose bajito. —Cuando crees que no necesitas apoyo y te causas más daño del que habrías tenido si hubieses pedido ayuda desde un inicio. En ese momento, eres débil, porque no eres capaz de reconocer tu propia dificultad, pedir ayuda no es de débiles, sino de sensatos.

Jimin bajó la mirada. — Si el mundo me golpea, ¿sería valiente al pedir ayuda? ¿No me vería débil por eso?

—Si el mundo te golpea, está bien que te duela y está bien pedir y necesitar ayuda, lo que te hará débil será esconderte y no enfrentarlos, eso sí les demostrará que te afecto lo que hicieron.

Luz Intermitente [Vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora