Luz Intermitente [Vmin]

048: Caída a la locura.

Mención rápida: En el cap anterior se corto una parte y ya la arrelgé, por si no la han leído, pueden ir a leerla antes de esto.

Th no es un "buen" hombre. Trata de ser lo suficientemente bueno, no es un "buen" hombre.

La perdida de una cordura...

No olviden comentar  :D

El problema de Kim Seunghyuk es que tiende a creer que conoce a sus hijos, aun sí nunca ha sido un padre presente. O un padre, para el caso.

Pero, sobre todo, su mayor problema es que suele creer que tiene miedo de las represalias a sus propios actos, o que no tiene miedo de su hijo menor, aun a si se trata de su hijo y este debiese tener alguna especie de respeto. Su problema es saber lo capaz que es Taehyung de romperle las piernas y pedirle que se vaya caminando, y aun así insistir en molestarlo.

Es algo en lo que piensa a diario, y de cierta forma, le habría gustado ser un poco más como su esposa y haberse presentando en esporádicas ocasiones en la vida de sus hijos, al menos así, se habría ganado un poco de favor de Taehyung, al menos así podría gozar un poco más de la tranquilidad personal que Haejin disfruta.

Si él hubiese tenido un poco más de la inteligencia emocional que su esposa gozaba, él podría no haberse sorprendido de ver a su hijo menor en la mesa del comedor a las siete de la mañana, con Haejin luciendo cómoda sentada a su costado, ambos teniendo lo que lucía como una charla amena.

Y Taehyung, sentando a la punta de la mesa, lo miró de soslayo, estirando una sonrisa que lucía amigable, pero Seunghyuk sabía estaba predispuesta a engañarlo.

―Buenos días, señor. ―alguien del servicio le saludo, y sin darle mucho pensamiento una silla al otro costado de Taehyung, frente a Haejin, fue predispuesta para él. ―El desayuno estará en la mesa pronto.

A Seunghyuk ya no le sorprendía la facilidad con la que todos en la residencia se adherían al hecho de que cuando su hijo estaba allí, él dejaba de ser el señor de la casa, y todas las órdenes que diese Taehyung pasaban a ser tomadas y cumplidas como ley. Era algo que le molestaba, más no le sorprendía.

Por lo que con una mueca de insatisfacción, fue a tomar un asiento que por lo general era ocupado por Haejin, a la derecha de la cabecera de la mesa, pero que ese día le correspondía él.

―Buenos días. ―saludo en un intento de lucir desinteresado sobre la presencia de Taehyung tan temprano. ―Me alegra que nos visites un día de semana, ¿vienes a ver a Yeontan?

Taehyung se recostó en su lugar, estirando las manos sobre la madera de la mesa.

―En parte, después de acompañarlos en la comida iré a verlo y pasearlo un rato, luego debo ir a la oficina. ―comentó como si nada, estirando una mano para rozar los cubiertos cuidadosamente organizados. ― ¿Cómo han estado? Mamá me comentó que ayer fue a ver a la abuela Jill, ¿qué hiciste tú?