Luz Intermitente [Vmin]

32: Respeto.

La primera que vea diciendo algo malo de Taehyung voy a bloquearle. Es enserio ah

comenten o no vuelven a saber de mi 

repito algo que dije antes; Taehyung es con Jimin de un modo que no es con nadie más. Fin.

Min Yoongi pocas veces se ponía nervioso, en su profesión, permitirse el nerviosismo podía equipararse a perder credibilidad y clientes millonarios. Cosa que no iba a permitirse nunca, por lo que había aprendido a lidiar con eso.

Pero estaba nervioso. Sobre todo cuando se encontró de frente con Kim Taehyung y este, en lugar de mirarlo con molestia, cosa que había esperado, lo miró con sorpresa y curiosidad.

Yoongi le sonrió poquito, sus manos apretadas entre sí, jugando con sus dedos en un gesto nervioso.

―Hola.

Taehyung le enarcó una ceja, las personas tras él sin molestarse en pedirle que se hiciese a un lado, simplemente rodeándolo para salir de la sala de juntas donde habían estado reunidos.

―Hola.

Fue lo único que dijo y Yoongi desvió la mirada, sonrojándose poquito.

―Esto es raro. ―murmuró por lo bajo. Taehyung se aclaró la garganta.

― ¿Quiere algo?

Yoongi lo miró de nuevo, moviéndose de un pie al otro, luciendo bastante fuera de lugar. Todo él lucía un poco inusual con su imagen regular, pues solo llevaba un pantalón de jean negro de corte recto, una camisa de cuello redondo celeste y un cardigán del mismo color pero en un tono más fuerte, el cabello ligeramente largo siendo retenido por una par de prendedores de diamantes en las esquinas.

Si Taehyung tuviese que imaginar a este Yoongi que lucía suavemente inalcanzable junto a un joven Jimin que por supuesto debió lucir como alguna especie de príncipe imposible, no se le hacia raro creer que eran totalmente populares en la universidad.

―No me hables formal, por favor, se pone más raro.

Taehyung asintió. ―Claro, perdón. ¿Qué quieres?

Yoongi volvió a quejarse en un sutil puchero.

―Ahora te escuchas agresivo.

Taehyung cerró los ojos un segundo, inhalando aire para tomar un poco de paciencia.

― Yoongi, ¿qué pasa?

El pálido se movió nerviosamente de un pie al otro, suspirando y pasando la punta de los dedos en mechones de cabello tras su oreja. Había una especie de aire tímido en ese gesto, y a Taehyung le pereció interesante notar como una vestimenta podía cambiar tanto el aura de una persona, porque vestido de esa forma, Min Yoongi se veía adorablemente suave, más aniñado y delicado. Muy hermoso.