Sustancial, pero tiene una perspectiva.
Si van a comentar, eviten los spoilers, siento que cada tanto debo recordarselos.
Solo había una cosa de la que Park Hyungmin podía arrepentirse abiertamente, y era volver una y otra vez a ese mismo lugar.
Lo había hecho cada día, por casi nueve años.
Todos los días, al final de su hora de trabajo, su chofer conocía el camino de memoria a ese edificio, la ruta era siempre la misma, los edificios y tiendas a través de la ventana, las luces alumbrando el camino hasta llegar al estacionamiento y el guardia allí también lo conocía, incluso si no se quedaba más de un par de horas.
Subía hasta el piso nueve, y caminaba rápidamente hasta la puerta que correspondía al departamento que él había comprado, y no tenía mucho allí, apenas una mesa y sillas de piso, adecuaciones generales para la cocina, un sofá cama, una televisión y algunos libros que había llevado para entretenerse los días que pasaba más tiempo.
Se detuvo en medio de la sala, agudizando el oído, aunque sabía que poco escucharía, que ya no era como antes.
Y terminó por cortar la esperanza del día con suspiró, caminando hacia la cocina para buscar en la nevera dos botellas de soju. Por lo general eso era lo que hacía cuando iba a allí.
Esperaba escuchar el ruido que le anunciaría la presencia que buscaba, y al no hallarla simplemente bebería dos botellas de soju mientras miraba el vació y se llenaba de sus viejos recuerdos, luego solo se iba, y volvía al día siguiente. El mismo patrón, el mismo itinerario. Cada día.
Los días que lo había escuchado eran iguales, con la única diferencia de que bebía solo una botella y media, la otra, la dejaba contra la pared que compartía con el otro departamento, en el único deseo de compartir con él algo suyo.
Hyungmin era un poco patético al respecto, sobre todo por cómo están las cosas ahora, pero de todos modos, al menos es el único sabiendo esto.
O es lo que cree cuando en medio de su primera botella de soju el timbre del lugar suena.
Lo hace ponerse nervioso de alguna manera, y aunque no es el adolescente que alguna vez fue, el sentimiento de desequilibrio sigue allí en cuanto abre la puerta y se encuentro con esos ojos que siguen brillando como tanto los recordaba.
El aire se le siente escapar, la piel le hormiguea por la cercanía, las manos le pican por estirarse a tocar una piel que conoce de memoria y que desea volver a recorrer más que nada en esa vida. Lo desea.
― ¿Realmente pensaste que yo no sabría de este lugar?
Hyungmin recordaba su voz en un tono diferente, pero de nuevo, ninguno es esos adolescentes que alguna vez fueron, aun así, el ápice amargo en su hablar le hacía estremecer los sentidos, porque si alguna vez soñó con volver a tenerlo así de cerca, no imaginó que llegase a ser en esas circunstancias.
Y le sonrió. Le sonrió de la forma en que siempre le sonreía, poquito arrogante, pero con un afecto que era imposible de ocultar.
―Me gusta pecar de estúpido.
Y él le dio una mirada tan pesada que lo hizo suspirar en incertidumbre y antes de poder pensarlo mejor lo tuvo a tan escasos centímetros, con todo su cuerpo dentro del departamento y Hyungmin no se habría detenido de tomarlo en su boca de no ser porque fue el contrario el primero en detenerse con una mueca de frustración.
―No puedo hacer esto. ―le susurró, empujándolo, o intentándolo, pero Hyungmin se mantuvo firme en su lugar. ―No puedo.
No pudo resistirse a lo que se le incitaba y con una exhalación subió sus manos para posarlas en las caderas contrarias y lo sintió temblar. Se asomó a su rostro, respirando su aliento cálido, y lo miró a los ojos, mismos que se veían caóticos.
―Yo sé. ―no iba a fingir que no sabía las razones de sus negativas, y tampoco aparentaría ser un buen hombre. ―Pero no podría importarme menos.
Incluso si el contrario trato de esquivarlo, Hyungmin ya había decidido tirarse a través de ese precipicio que prometía llevarlo a esos años en los que más feliz fue, allí en ese pasado donde una vez tuvo todo lo que quiso.
Y lo besó, aun si sintió que el contrario apretó la boca en una mueca de negación, solo presionó su boca con la contraria y respiró como pudo allí, llenándose de su aroma, de su esencia misma. Y luego sintió un alivio inimaginable cuando se le permitió un roce suave de los labios contrarios.
Apenas un temblor que pareció duda, y que Hyungmin interpreto como una rendición al hecho entre ellos.
Pero más pronto que tarde estaba recibiendo un duro golpe en su estómago, mismo que le quito el aire, y cuando se apartó del cuerpo contrario, lo miró al rostro que siempre había sido su más profunda debilidad, porque en esa porción de su cuerpo estaba el inicio de su locura, y la suavidad de esa boca se había trasformado en una mueca de amargura.
―Deja de buscarme, estábamos bien cuando cada uno estaba por su lado, ¿por qué quieres...por qué quieres arruinar las cosas?
Hyungmin parpadeo una vez.
― ¿Estoy arruinando algo para ti? ―Porque tú has arruinado todo de mí desde que volvimos a vernos.
Oh, y allí lo vio flaquear, sonrojándose poquito en las mejillas, y que dulce podía verse solo así, como ese viejo recuerdo vivido en su mente.
―Ya suficiente tengo conmigo mismo arruinando las cosas para mí, no necesito sumarte a la ecuación.
Pero Hyungmin se sintió imposiblemente herido, imposiblemente traicionado. Y apretó los labios en una mueca tensa mientras se enderezaba.
― ¿Por qué me estas acusando de estar arruinando las cosas para ti? ―inquirió tensamente, ensanchando las fosas nasales en una respiración pesada. ― ¿Por qué me recriminas a mí, cuando tenemos una historia de por medio, pero no a él que apenas es alguien ahora?
Y oh, Hyungmin habría deseado no ver ese fuego ardiente en los ojos contrarios, ese fuego ardiente por defender a quien él estaba mancillando.
―No quiero discutir contigo sobre esto, solo olvídalo.
Y lo vio darse la vuelta, yendo a la puerta para retirarse y Hyungmin no iba a detenerlo, sin embargo, si dijo algo más.
―Yo también habría dejado todo por ti, si me lo hubieras pedido, lo habría hecho.
Y esperó algo, lo que sea, aunque fuese una mirada o una mueca, pero en cambio, lo escuchó suspirar y luego siguió en su camino, sin mirar atrás, sin darle el placer de mirar sus ojos una vez más.
Hyungmin terminó bebiendo sus dos botellas de soju, y cuando su teléfono se llenó de notificaciones ante las últimas noticias, algo en él supo que por primera vez en todo eso, el universo quizás estaba conspirando a su favor.
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Luz Intermitente [Vmin]
FanfictionCuando el prometido de Taehyung lo rechaza públicamente por su hermano mayor, Taehyung no hace más que sonreír y aceptarlo. Por supuesto, Taehyung necesita casarse, por lo que en un giro de acuerdos termina comprometiéndose con Jimin, quien es cons...