capitulo 8

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—¿Que haremos para desacreditar al segundo príncipe?—Arregla su ropa, hace unos minutos terminaron de darse lo que ellos llaman “amor”

No pienso en casarme con él, no es digno de casarse conmigo, yo que fui escogida por Dios, para prevenir cualquier mal que esté generarse en este imperio.

—Antes de venir aquí, hable con él—Sienta a la Santa en su regazo—Al parecer a quedado un tanto loco, sus ojos siempre están viendo hacia todos lados como si estuviera buscando algo.

—¿Estás seguro?—Ese día en la sala de audiencia, él no parecía un loco. Estaba muy lúcido.

—Sí, de verdad.... aparté...—Calla.

—¿Que más?—Lo ve a los ojos—¿Que pasa? ¿Hay algo más?

—Creo que hizo algún trato con la oscuridad—Baja su mirada decepcionado—Sus habilidades no parecen ser bendiciones del Dios Anciel, logré sentir una oscuridad emanar de su cuerpo.... creó que es así, como logro sobrevivir.

—¡Eso no puede ser posible!—Se alteró—Lo hubiese sentido, ese día que lo ví. Dios también me mandaría una señal—Camina en círculos—La oscuridad no puede ser más poderosa que nuestro Dios.

—Tal vez está usando un artefacto para ocultar y poder entrar al imperio como si nada, como un héroe que pronto destruirá todo...es mi hermano pero debemos detener antes de que mate a nuestro pueblo y gane más reconocimiento.

—Tienes razon, ¿cómo vamos demostrárselo al mundo? Que el Segundo príncipe se dejó engatusar por la oscuridad, llegó a tanto solo para casarse conmigo. Eso es repugnante.

—Lo sé—La abraza por la espalda—Yo, me siento de la misma manera, estuvo muy decepcionado de él. Hay que decirle al templo que lo bautice, al concluir con la gran azaña y a obtener las bendiciones de Dios Anciel. Xiao debe de ser bautizado nuevamente.

—Esa es una buena idea, por más que lo intente no podrá ocultar sus secretos y saldrán revelados—Frente a Dios, nada puede ser oculto para siempre. Y cada vez que alguien es bautizado, Dios se hace presencia por más simple que sea.—Lo propondré hoy, en el desayuno que está apunto de comenzar. Debes de irte antes de que alguien venga....

—Santa, el segundo príncipe está por entrar—Le informan sus escoltas que son de la orden de caballeros sangrados.

—No te pongas nerviosa—Besa la mejilla de ella—Toma asiento lejos de ella.

—¡Hermano!...¿Que haces aquí?

—Solo vine a felicitar a mi cuñada.

Si como no, hace un momento estaban hablado de como hacerles creer a todo mundo que soy un hereje. Bueno, es cierto que el Rey demonio es mi esposo, pero eso no quiere decir que, hice un trató con él para obtener mis habilidades.

—¿Por qué no hay nadie presente con ustedes?—Mira cada uno a los ojos con una mirada ingenua—¿Desde hace cuánto tiempo han estado solos?. Hermano, su majestad la Emperatriz, no te enseño que un hombre y una mujer comprometida no puede dejar entrar a su habitación, a ningún hombre sin importar si es su cuñado.

Dang apretó sus puños, Xiao otra vez le había dicho inconciente o consiente que la Emperatriz no lo había educado bien, que es inútil.

—Segundo príncipe, no lo malinterprete. Es inaudito que este insinuando cosas como las que su mente está pensado en estos momentos...

—¿Malinterpretar qué?—Se acerca a la Santa—No estoy insinuando y mucho menos pensado cosas indebidas. ¿Por qué tendría que pensar que entre ustedes dos hay algo?—Ambos se tensaron.

Destruyendo las pequeñas historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora