capitulo 4

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Varios días habían transcurrido desde que Xiao y Deamon se encontraron por primer vez, desde entonces consiste o inconscientemente ambos suelen ir a ese lugar todos los días a la misma hora. Hablan como si llevarán años conociéndose e incluso como un novio celoso el príncipe demonio suelo preguntarle; "¿No me dieras quién ese tal Arlon o del por qué lo nombrastes tan dulcemente?" Xiao no suelo contestar porque disfruta verlo celoso, rechinar sus dientes.

Cada una de las acciones de Deamon las siente tan familiares, cada gesto en él le hace sentir esa cercanía y confianza a Xiao. Eso es lo que ninguno de los dos entendía del todo; de como era posible que a penas se conocen y ya sentían esa conexión de ser uno solo.

Esa es una de las razones por las cuales se siguen encontrado, para descubrir ese sentimiento y la primera razón es porque desde que sus miradas se encontraron siente ese deseó de estar juntos, hasta albergan un poco de miedo de que sino están cerca donde puedan verse podrían desaparecer.

—¿Cómo sabes que me gusta el chocolate?—Pregunta Deamon, saboreando un chocolate.

Mis padres y hermanos siempre dicen que no tengo cara de alguien que le gusta el chocolate, que cuando me ven comiendo algo así es como ver me comer mierda. ¿Qué cara pongo para que piensen de esa manera? Lo mismo podría decir cuando ellos comen chile, hacen una expresión tan fea en especial Asmodeo.

—No lo sé, solo lo intuí.—Desde es instante en que vi los dulces en ese puesto, vino a mi la imagen de Deamon.

No quiero regresar a ese lugar pero tengo que hacerlo antes de que mi padre se de cuenta que no estoy, pegará el grito más allá de los cielos si se entera que suelo bajar al reino humano y que tengo una extraña relación con un demonio, esa raza que él tanto odia.

—¿Lo sabes, verdad?—Pregunte, vi su mirada contrayendose, nervioso.

‹Es imposible que no haya sentido la divinidad en mí y a pesar que eso es veneno para él, sigue manteniendosé firme sin mostrar ninguna e incomodidad cuando se qué se está quemando algo que ni las llamas del infierno podría lograr.›

Xiao suele manterse lo más alejado posible de Deamon para que tal divinidad no lo alcancé pero, el príncipe demonio sigue yendo a hacia Xiao, tan cerca como se posible si lo que quiere es tenerlo en sus brazos así se quemé. Valdrá la pena.

‹No sé si sentir esto que estoy sintiendo es correcto o no pero no quiero dejar de sentirlo, y aunque sé que el involucranos de está manera u otra sigue siendo peligroso para ambos reinos. Sin embargo, cuando veo esos ojos negros me olvidó de eso sobre el correcto e incorrecto...yo he perdido la cabeza.›

—No me mientas.

—Nunca lo haría.—Contesto al instante.—Sí, se que eres un ser de luz, lo supo desde el instante en que te ví.—Seria un inútil y ciego sino me diera cuenta que él pertenece a los cielos.

Todo su cuerpo está rodeado por esa aura dorada pero en especial detrás de él, hasta podría asegurar que haya una aurora sobre su cabeza.

—Pero así no pertenecieras a esa raza para mi seguirías siendo un ser divino, uno que está prohibido y si no quiero corromperlo no debo de tocarlo por nada en el mundo.

Xiao frunció el ceño al escuchar eso último en la manera que Deamon se autodominio una plaga o que otra cosa repugnante e indigno de siquiera tocar la mano de Xiao.

—Deja de hablar de esa manera.—Sin darse cuenta ya le había dejado ir un manotazo en el pecho de Deamon.

Xiao se desconcertó al dárse cuenta de lo que había hecho y cuando quiso disculparse no pudo, no cuando se encontró con esa mirada negra tan brillante. Emocionado por haber sido golpeado por Xiao.

—Tú también lo sabes, ¿verdad?—Evade la mirada de Xiao.—Sabes que soy un demonio...

—¿Y qué?—Lo meditó un poco pero al final se decidió a sostener las manos de Deamon.—¿Eres un demonio que hay de malo en eso? Nadie puede decidir donde nacer o como nacer.

Estoy diciendo todo lo contrario a lo que piensan mi padre y de como nos enseña, eso es lo que no entendía en ese instante del cómo mi padre prédica el amor por todo ser vivo pero cuando se trata de los demonios desde pequeños no metía idea erradas de los demonios.

Si, estoy seguro que entre sus especies hay mas de alguno con la loca idea de dominar el mundo pero creo que mientras tenga un buen rey, alimentos para sus pueblo y si no nos acatamos unos a otros podremos vivir sin conflictos.

Aparte los demonios no son los únicos con avaricia o maldad, la mayoría de los humanos también lo son y algunos sin tener motivos simplemente porque quieren. Entonces si vamos a castigar a los demonios también debemos de hacerlo con los humanos que se lo merecen, sin embargo, sigue siendo imposible que exista un mundo sin maldad.

—Que seas un demonio no significa que tú maldad es pasadiza o que me voy a contagiar como si de una enfermedad se tratara...

—¡Somos seres despiadados no te confundas y mucho menos quieras purificarme!—Creo que lo mejor es manterse alejado de él, no quiero que le pasé nada por mi culpa.

—No grites.—Fulmina con la mirada.

—Lo siento.—Baja la cabeza.—No fue mi intención...¿De que te ríes?

—De lo adorable que eres.—Parecía un pequeño perro del infierno bajo la lluvia.—Dices ser un demonio despiadado y estás bajando la cabeza de esa manera.

—Eso es porque eres tú.—Hace conectado visual con esos bellos ojos violetas.—Solo tú puedes hacer lo que quieras conmigo.—Pasa sus dedos por la frente de Xiao, este se estremecio al igual que su corazón pero a siguente segundo ya tenía sus ojos cerrados.

—Bésame...

Es lo que había estado esperando Deamon desde hace días, no iba a dejar que Xiao se arrepientan y el demonio mucho menos iba a perder tiempo por lo que besando a Xiao.

Ambos con gentileza y suavidad fueron saboreando la dulzura como textura de sus labios, pero en manos de un segundo ese beso paso a ser uno apasionado, deslizando sus traviesas lenguas cuáles se encuentran entre sí.

—Nmg~—Deamon gimió ligeramente al ser mordido por Xiao.

Tuve la necesidad de morder su labio y besarlo mientras nuestras bocas se manchan de rojo, comprobando ese presentimiento de que algo pasaría si lo mordida y así fue, mi alma resonó e incluso tuve más destellos de haber vivido vidas que no recuerdo pero siempre siendo acompañado por esos ojos negros, y aquellos otros ojitos...

—¡¿Huang?!—Sostiene su corazón.

—Huang...

Deamon también sintió una punzada en su pecho al escuchar ese nombre, ambos padres entendían porque a pesar de estar juntos, siguen sin sentirse completos.

—¿Qué está pasando?—Apoya su frente el hombro de Deamon.—¿ A quién le pertenece ese nombre?—Siento que estoy olvidado algo verdad importante y es angustiante.

—Tampoco lo sé.—Abraza a Xiao.—Hay momentos en los que me siento observado.

—¡¿También te haz sentido así?!—Se exalta.

No hace mucho me siento en una especie de simulación, como si estuviera siendo probado y según lo que decida eso estara definirá mi destino. ¿Qué esperan de mí? Porque si es así, entonces eso quiere decir que el verdadero creador de todo el universo es el que está haciendo eso, probandome. ¿Por qué? ¿Con fin? El creador nunca a intervenido a menos que sea necesario o no le quede opción, ¿mi padre sabe de esto y por eso me quiere privar de tal información?

—Sí, es extraño como si mi destino dependiera del resultado de esa prueba.

—Vamos averiguar que está pasando exactamente.—Vasta de seguir ajeno a lo que está sucediendo o está por venir.—Tengo que regresar... No te preocupes, volveré.—Besa los labios de Deamon.

Mientras ellos se despiden cariñosamente, el asistente de Xiao, está siendo acorralado por el padre del ya mencionado y no con buenas intenciones. Estába en grades aprietos por descubrir lo que estaba planeando el padre de Xiao. Ese ser no podía permitir que sus hijos se enteran de lo que está por venir y si para eso tiene que eliminar a Akita (015) lo hará.

Destruyendo las pequeñas historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora