capitulo 2

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La atmósfera que se suponía que sería agradable, alegré, espléndida, tras reunirse con su hermano despues de mucho tiempo se vio gravemente afectada en menos de un segundo. Cada uno de ellos se culpaban por no poder ocultar a la perfección sus emociones, preocupaciones.

Al no hacerlo quedaron inmediatamente expuestas todas esas inquietudes frente a Xiao, y su padre les había dicho que quedaba estrictamente prohibido el hablar sobre lo que estaba sucediendo fuera del lugar donde yacía Xiao, resguardado de todo “mal.”

El padre de Xiao suele vigilarlo y estaba convencido que Xiao está a días de alcázar la iluminación, y como es bien sabido que su asistente, Akita. No es alguien que pueda quedarse callado, y únicamente sirve fielmente a Xiao y si este le preguntaba algo se lo diría corriendo, no le guardaría nigún secreto es por eso se le prohibió entrar a ese espacio.

—No sé de qué estás hablando.—Ariam se hace el desentendido.—Akita estaba ocupado por eso no pudo venir con nosotros.—Baja su mirada fingiendo que ve las pequeñas flores silvestres.

Akita tuvo que apretar los puños porque no tenía la fuerza para llevarle la contraria al padre de Xiao, esa es la única persona a la que le tiene miedo por lo que solo calló. Triste porque no podría ver a su maestro. Sin embargo, ese movimiento fue muy estúpido porque eso solo haría que Xiao sospechará de que algo no anda bien, que le están ocultando cosas.

Tampoco es que ellos supieran lo que está pasando, también tenían curiosidad del porque su padre se estaba comportado extraño y sobre todo ese afán de que Xiao si o si tenía que estar metido en este lugar, alejado de todos como si fuera un oso e invernando.

Al principio creían que era porque su padre ama demasiado a Xiao, que quería protegerlo ya que desde un principio dejó en claro que Xiao es su sucesor, o es lo que les ha hecho cree a todos desde hace tiempos. Solo que ahora sus hijos han empezado a dudar de eso, de que todo lo que hace lo hace únicamente por el bien de Xiao, de sus hijos.

No sabían mucho pero si tenían sus sospechas de que su padre está planean algo contra el reino de los demonios, desde hace un tiempo los de ese reino no han hecho ningún movimiento para dañar a nadie. Por ello tres (Akram, Ariam y Deivy) no entendían del porque su padre quiere crear discordia. Es verdad que no podían llevarse bien con los demonios por sus integras y maldad pero tampoco podían atacar ese reino solo porque sin razón específica.

‹Se lo repetí muchas veces a padre que debería permitir que viniera Akita, que era una pésima idea no traerlo pero no quiso hacernos caso y tampoco seguía insistiendo porque últimamente anda muy nervioso, asegura que el reino de los demonios está fuera de sí, sin embargo ya no se que creer. Estoy demasiado confundido.› Pensaba Ariam mientras ignora la mirada interrogatorio de Xiao, este no le creía ninguna palabra.

Xiao no a dejado de mirarlos desde que llegaron, esperando que habrán la boca antes de que se le acabe la paciencia. No quería obligarlos o usar su poder ellos tres. Sin embargo no le estaban dejando opción, con su silencio solo le estaban diciendo; usa tu fuerza.

—¿Entonces?—Cruza sus brazos, dándole a entender que no les creé absolutamente nada.

Sería fácil entrar en sus cerebros y buscar la información que quiero, pero son mis hermanos no puedo hurgar en sus cabezas solo porque no quieren hablar. Con ellos lo pienso mucho antes de violar su privacidad pero con Akita es diferente, con él lo hago desde el momento en que lo veo. Por eso es que me parece extraño que no haya venido con mis hermanos, él por nada del mundo faltaría porque entonces recibiría un castigo.

—¿Cuánto mas debo de esperar para que abran la boca?—Pregunta.

‹¿Esto es obra de mi padre? ¿El que haya estado soñando últimamente con esa persona o ser también juega un papel importante? Siento que he visto esos ojos negros no solo en mis sueños también en otra parte. ¿Dónde? Es como si estuviera olvidado algo sumamente importante, o acaso tengo que ir a ese lugar de mis sueños en busca de respuestas.› Cuando vino a darse cuenta su mano se encuentra sosteniéndo la rosa negra que cuelga de su collar.

Destruyendo las pequeñas historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora