Capítulo 19

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—No sabía que llegaste de Japón, Yangmi.

—Sí, es que quise darte una sorpresa.

Se separaron, se miraron por varios segundos y luego volvieron a darse un abrazo, seguido de una risa ruidosa. Yo me sentí aislado y a la vez marginado. Era su momento, eran los dos y yo estaba de sobra. Aquello golpeó mi corazón con fuerza.

—Aún así debiste avisar, ¿esperaste mucho?

—No, llegué hace poco, ¿a dónde fuiste?

—Ah, pues... —Voltearon a mirarme entonces, por fin me notaron.— Oh, él es amigo Jungkook.

Mi amigo Jungkook, mi amigo Jungkook, mi amigo Jungkook, mi amigo...

—Hola Jungkook, mi nombre es Yangmi, es todo un gusto para mí —dijo con una voz dulce. Se acercó a mí y me regaló un corto abrazo, que yo no pude responder con velocidad. ¿Ella me había abrazado?

—Igualmente... Yangmi.

Taehyung abrió la puerta del departamento para que pudiéramos ingresar. Él esperó a que ella ingresara primero y seguidamente lo hice yo. Me sentí muy incómodo y bastante tensionado. Quería meterme en la


cabeza de Taehyung y saber qué es lo que pensaba, ¿en ella? ¿En mí?

¿En qué?

Yo me dirigí hacia el sofá pero ellos tomaron el rumbo hacia la cocina, yo no supe qué hacer. Solo tomé asiento y esperé, solo esperé.

—¿Te has estado alimentando bien? —Le preguntó ella.

—Sí, sí.

—Oh, vaya que sí. —Oí como abrían el refrigerador. Oí cómo sus tacones resonaban sobre el piso.— Estaba preocupada de que no fuera así.

—Me he vuelto más responsable.

—Oh, tienes todo muy limpio.

—Sí...

Mentira, yo lo he hecho todo. Yo he limpiado todo y he cocinado.

—¿Te sirvieron las notas?

—Claro.

—¿Has usado el horno? —Le ha pillado, ¿qué le va a decir? ¿Qué él se ha vuelto repostero?

—La verdad es que Jungkook lo ha usado, él también sabe hacer esas cosas... —Vale, lo ha admitido. Taehyung no sabe mentir.— Él también ha ayudado a cocinar y esas cosas.

—Oh, ¿en serio? Es fenomenal. —Ella lo decía con un tono entusiasta muy natural, ¿acaso sabía fingir muy bien?— ¿Vive aquí?

—Sí.


—Eso me quita un peso menos, sabes que no nunca me gustó que vivieras solo.

—Lo sé...

El silencio retomó al departamento. Ellos regresaron hacia la sala, se encaminaron hacia la sala y tomaron asiento en el sofá más largo. Me sentí muy nervioso de pronto. Ella mantenía esa sonrisa perfecta y bonita, me miró atentamente y se dirigió a mí.

—No sabía que vivía aquí. Usualmente soy yo la que está al pendiente de lo que come Taehyung, así que si gustas que venga a preparar algo para ambos, solo tienes que decírmelo, ¿vale?

Me quedé estupefacto, ¿me estaba diciendo que ella también cocinaría para mí? Esta mujer está loca, no entraba en mi cabeza que realmente esa fuera su verdadera personalidad, no, para mí era una zorra. Asentí de inmediato, ella soltó una risita.

—Es bastante tarde, ¿viniste con tu chofer? —Interrumpió Taehyung, dirigiéndose a ella.

—No, vine en taxi. Llegué hace una hora y quise verte primero.

—¿Tus padres no saben que llegaste?

—No aún.

—Te llevaré.

—No es necesario, puedo tomar otro taxi.

—¿A esta hora? No, te llevaré.

Ella movió la cabeza e hizo una expresión tierna. Asintió.


—Vale...

—Iré por el auto, tocaré la bocina cuando esté fuera, ¿está bien?

¿Dijo auto? ¿Taehyung tenía un auto? A-U-T-O.

—Síp.

Taehyung salió del departamento y yo me quedé junto a Yangmi. Ella se acercó un poco más a mí.

—¿Conoces a Taehyung desde hace mucho? —Ella quería hablar conmigo, yo no tenía ganas de hablar con nadie. Me sentí herido, como si para Taehyung yo hubiera desaparecido de la faz de la tierra cuando ella llegó. La odié, la odio.

Lo conozco desde que tenemos uso de razón.

—No.

—Bueno, las amistades más duraderas empiezan de esta manera, ¿no crees?

—Claro...

Desvié la mirada. La tensión comenzó a lastimar mi espalda. Contuve las ganas de llorar. Ella en serio era hermosa, tenía una voz dulce y agradable, olía bien, se veía bien, tenía chofer, tenía a Taehyung.

—¿Estás cansado? No quiero incomodar. Lamento mucho haber venido a esta hora, pero realmente quise venir. Taehyung y yo somos amigos desde hace mucho, ¿sabes?

Solo cuatro años, no es tanto, vieja bruja.

—Entiendo, no te preocupes.


—Gracias, querido Jungkook. Si gustas descansar no hay problema por mí, yo me iré en unos minutos.

—No estoy cansado, mh.

¿Cómo ser cortes cuando estoy conteniendo mis ganas de llorar?

La bocina sonó desde abajo. Ella se levantó, yo me levanté junto a ella.

—Tengo que irme, volveré muy pronto a visitarlos. Ha sido un placer en serio.

—Igualmente.

Se levantó para darme un abrazo y luego se despidió de mí agitando su diestra, yo hice una ligera reverencia antes de que ella saliera del departamento. Me apresuré en mirar por la ventana. Pude admirar el auto de Taehyung, era rojo y tenía pinta de ser deportivo. Él cargó dos maletas, probablemente las de Yangmi que estaban en el vestíbulo y las puso en la maletera.

Yangmi apareció entonces. Taehyung le abrió la puerta con amabilidad, ella ingresó en el lugar del copiloto y él cerró la puerta, luego rodeó el auto y tomó su lugar en el volante. Tan pronto como él ingresó, el auto comenzó a moverse y se fueron. ¿Por qué a ella sí la lleva en el auto, eh?

Lloré, sí, lloré mucho cuando tomé un baño y cuando me puse el pijama. Lloré por muchas cosas, no pude contenerme. Solo lloré hasta que empecé a toser y lastimar mi garganta.

Intenté dormir, en serio luché para poder hacerlo, pero no pude. Necesitaba hablar con Taehyung, necesitaba quitar esta sensación de haberle perdido. Quería sentir la seguridad de que todo por lo que había


luchado había valido la pena y que él sintió lo mismo que yo esta noche, esa conexión trascendente entre nuestro cuerpo y nuestra alma.

Tardó dos horas y media, para mí fuera una eternidad. Oí la puerta, el sonido de las llaves impactando contra el piso, sus pasos lentos dirigiéndose hasta la habitación. No prendió la luz, tampoco se preocupó por la lámpara encendida. No quería que viera los rastros de lágrimas sobre mis mejillas. Me moví un poco, le miré. Él detuvo su atención sobre mí.

Era la una y media de la madrugada.

—¿Sigues despierto? —me preguntó, mientras se quitaba la chaqueta.

—Sí... te escuché entrar. —Mentira, no pude dormir, no hasta verlo llegar.

—¿Fui muy ruidoso? Lo siento.

—Está bien...

Él se veía serio, tuve miedo. Taehyung solo sonríe o está molesto, por dos razones específicas, sonríe porque se siente tranquilo o está de ánimos, cosa que es usual, o está molesto, casi furioso cuando le duele la cabeza. Sin embargo ahora está serio y no sé qué significa.

Él se quitó los pantalones, mas no la camiseta y se internó en las sabanas.

—Ya duérmete. —Hay melancolía en su voz, ¿verla le puso tan mal?

Eso intenté hacer. Apagué la luz de la lámpara, nos quedamos en medio de una oscuridad que nos tragaba lentamente.

—¿Taehyung?


—¿Qué?

—¿Te gustó bailar conmigo? —Tenía que preguntarlo, la duda me carcomía por dentro.

—Claro. —Lo dijo en un tono tan despreocupado y cansado. Mi corazón latió con dolor, me mordí los labios, me sentí presionado y desesperado.

Me acerqué a él, logré sentir sus brazos. Busqué su boca entre la oscuridad, pero él tomó mis hombros y me detuvo.

—¿Qué crees que haces?

—Quiero besarte. —No sé cómo pude decirlo sin llorar.

—Jungkook, solo duérmete ya por favor.

Me empujó sin ejercer mucha fuerza hacia mi lado. Yo dejé que mi espalda colisionara contra las sábanas. El nudo en mi garganta se formó de inmediato, mi corazón se rompió en mil pedazos.

Estaba molesto, lo supe cuando soltó un suspiro pesado y cargado de rabia. Él se giró, se removió un poco y me dio la espalda.

Mis manos se hicieron puños, puños que presioné con toda la rabia y fuerza contenida, hasta que mis uñas se clavaran dolorosamente en mis palmas. Me odié muchísimo, odié a Yangmi y le odié, solo por ese momento. Me llamé desgraciado, eso era, un desgraciado y pobre infeliz. Pensé en mi madre y mis ganas de abrazarla mientras estallaba en llanto. Pensé en Busan, en mi casa, en mi universidad, en el viejo parque; extrañé todo. Pensé en Namjoon y Jin, mi último soporte de dolor, cerré los ojos pensando en ellos y en el pequeño Seokjoon.


Y lloré de nuevo, en silencio o eso intenté. Fallé, sollocé una hora después. Rogué para que Taehyung se hallara dormido hasta ese momento y volví a sollozar. Quise desaparecer, no, morir, quise morir.








Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora