Capítulo 13

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Lo que me causa más nostalgia son los bebés...

Solté una risa que más lucía como suspiro. Deseaba formar una familia, así como Jin y Namjoon, quería adoptar bebés y ser feliz. Ahora esa ilusión está rota y destruida por los suelos, jamás podré tener una familia porque... la persona que amo me odia. Todo terminó sin ni siquiera haber empezado.

Un amigo de Taehyung nos trajo a casa al amanecer. Fui yo quien tuvo que curar sus heridas y cambiar su ropa sucia, porque primero, él no quería ir a hospital y segundo, porque no quería que nadie se acercara a él. Todos al igual que yo estuvieron sorprendidos por la actuación de Taehyung anoche, les oí hablar sobre que él era el más fresco de la fiesta y que no se peleaba con alguien sin razón.

Yo ni siquiera pude dormir pensando en tantas cosas; llorando a ratos, verificando cada hora que las toallas frías no se resbalaran por su cuello, pensando en la mirada de Yoongi, contando los minutos que faltaban para que llegara el medio día, preguntándome si el instructor aceptaría nuestras excusas para faltar... todo.

Dejé de picar los vegetales, caminé de vuelta hacia la habitación. Taehyung seguía descansando, desconectándose por algunas horas, yo revisé las toallas húmedas de su cuello y las vendas sobre sus muñecas, todo estaba bien. Las compresas sobre su costado seguían intactas, pronto estaría mucho mejor y más aliviado debido al spray muscular que le permitió conciliar el sueño. Levanté la mirada, recorrí su rostro, sentí nostalgia y dolor. Me atreví a acariciar su mentón con sumo cuidado, justo ahí Yoongi le dejó un moretón que no desaparecía mínimo en una


semana. Subí lentamente, acaricié sus mejillas y luego sus labios, sentí cómo el aire tibio escapaba por su nariz...

¿Ese chico le gustaba mucho, eh?

Los celos son solo el aviso de algo que ya se sabe y no se quiere admitir. En mi caso, los celos son ese aviso que me repite lo que ya se sabe. Quiero a Taehyung, es decir, quiero todo junto a él. Amo a Taehyung, siendo más sincero. Esbocé una sonrisa amarga, de esas que reprimen lágrimas.

Mi madre me dijo —después de que le conté lo ocurrido aquel fatídico día entre Yoongi, Taehyung y yo— que yo nunca le amé.

Jin me dijo —después de saber la historia— que yo nunca le amé en verdad, que mi corazón inevitablemente el pertenecía a otra persona y que me veía tan destruido por la culpa...

Jimin me dijo —luego de saber lo ocurrido con Taehyung— que yo nunca le amé en verdad, que era lo peor que pudo haberle pasado en la vida y que iba a lastimarme tanto como yo lo hice.

La señora Kim me dijo en su carta, que yo nunca he querido a Taehyung...

¿Y qué mierda sabían ellos? ¿Por qué hablaban de mi amor como si fuera suyo? ¿Por qué hablan por mí si ni siquiera pueden leer mis sentimientos? ¿Qué mierda saben? Comencé a temblar. ¿Qué saben ellos sobre lo que siento?

Mi madre abandonó a mi padre cuando yo había nacido porque se enamoró de alguien que no le correspondió —lo supe a los diez años—, no por eso dudaron de su amor por mí y por mi padre, porque en algún


momento lo amo y probablemente lo sigue haciendo, aunque él haya desaparecido de nuestra vida. Ella cometió un error, sí, pero continuó por mí y por el amor que le tenía a mi padre, el amor que pensó que ya no tenía. Jamás podría juzgarle.

Jin jugó con Namjoon varias veces, le rompió el corazón y no fue hasta que él asumió sus sentimientos que decidió luchar por él. Namjoon vio sus sentimientos sinceros y le dio una oportunidad. Ahora son un matrimonio feliz y tienen una hermosa familia. Él cometió varios errores, sí, pero continuó por él y por su amor, aunque haya sido doloroso. No lo juzgo.

¿Qué hay de Jimin? Jimin sigue buscando a Taehyung, gritándome que le quiere de verdad, cuando le ha jurado amor eterno a Yoongi. Sí, probablemente está cometiendo el peor error de su vida, quién sabe, pero él estuvo junto a Yoongi cuando sintió que se moría, él estuvo junto a Yoongi cuando más necesitó de alguien y es algo que yo jamás juzgaría.

La señora Kim... ¿quién realmente no le quería? Su amor se traducía en encerrar a Taehyung en una burbuja impenetrable, su amor consistía en contarle las vacunas mensuales e impedir que tuviera amigos, le convirtió en lo él más detestaba, le hizo un chico solitario y dependiente. ¿Qué sucede ahora? Ha dejado que Taehyung haga lo que quiera, ha permitido que su hijo abriera las alas y se entregara al vuelo sin haber aprendido a volar. Tras su muerte hay más desolación... porque en los ojos de Taehyung solo hay vacío y ni siquiera recuerda su pasado.

En sus ojos hay soledad, la vi, la vi reflejada en sus ojos y sentí que me moría.

Sí, todos dicen que yo lastimé a Taehyung y que nunca le amé, pero no


les importa en lo más mínimo esa soledad en su mirada. Absurdo. Y la persona más cruel de mundo, la persona que le hirió más que nadie está aquí... acariciando su rostro, deseando poder llenar de felicidad esos ojos, preocupándose por su alimentación, por sus heridas, asegurándose de que descanse bien, despertándole por las mañanas cuando se hace tarde, dándole calor por las noches de frío, estando con él. ¿Y dónde están los demás que se preocupan por él? ¿Dónde? ¿Dónde están sus amigos por los que se desvive? ¿Han llamado si quiera? ¿Tan solo conocen su número? ¿Su departamento? ¿Saben que Taehyung es su nombre real y no Vante? ¿Qué hay de esos chicos con los cuales se acuesta? ¿Saben que Taehyung está herido? ¿Saben sobre el dolor de cabeza que tiene? ¿Saben que fuma porque le duele? ¿Saben que solo basta un par de toallas húmedas para quitarle el dolor? ¡¿Lo saben?!

Yo crecí con él, lo que somos es debido a ambos. Sí, él me cuidaba cuando se enfermaba y yo también. Él dormía conmigo cuando tenía frío, yo también. Él le pedía a su madre que cocinara un plato para mí, yo también. Me lastimó, yo también. Me besó, yo también. Fue un idiota, yo también. Hice algo que le lastimó hondamente y él lo hará también. Me excité, él también. Sentí celos, él también. Pero los dos, lo hicimos los dos y es algo nuestro, es nosotros, es él y yo, Taehyung y Jungkook, Jungkook y Taehyung; dos.

Por eso sé que él me amaba y por eso sé que le amo. Él lo supo antes, yo después, no importa. Quizás ahora él ya no me ama y yo comienzo a hacerlo, no importa. No me considero alguien bueno, él tampoco y no importa. No importa.

Perdónenme, perdóname madre, Jin, señora Kim y los demás, los quiero, muchísimo, pero si hay alguien quien tiene que juzgarme, es Taehyung,


lo demás... no tiene valor, ni sentido. Lo que soy, es debido a él. Él también.

Taehyung se removió lentamente, retiré mi mano de inmediato. Sus ojos se abrieron poco a poco, pestañeando débilmente hasta que su vista reconociera las formas de su alrededor. Me miró, me escaneó con la mirada. Se levantó de golpe, yo intenté detenerlo.

—Espera, Taehyung.

—Joder, ¿qué pasó? —Se quejó tocando su costado, admirando las compresas y vendas sobre su cuerpo. ¿Él no recordaba nada?

—Con calma.

Él se quedó en silencio por algunos segundos y levantó la cabeza para mirarme, con una expresión de sorpresa, como si hubiera podido recordar un poco de lo que había sucedido ayer. Las toallas resbalaron por su cuello y cayeron sobre las sábanas.

—Me duele todo... menos la cabeza. —Susurró con su voz profunda y ronca.

—Taehyung...

—Quiero tomar un baño. —Taehyung se levantó de la cama, yo le di espacio para que pudiera hacerlo.

—¡El almuerzo está casi listo! —Grité antes de que él cerrara la puerta del baño con fuerza.

Salí de vuelta hacia la cocina y me dispuse a dejar los vegetales en agua caliente, antes de que las algas y la carne ya estuvieran listas. Taehyung apareció después de veinte minutos, con una expresión cansada y sin


ánimos de hablar, con el cabello revuelto y sin las vendas o compresas.

Pensé que podría ponérselas de nuevo, más tarde.

Solo vi su emoción cuando serví su plato hasta el borde.

—La última vez que probé sopa de algas fue hace dos años. —Dijo segundo antes de que comenzara a comer con toda la velocidad que podía masticar. Deslicé el platillo de arroz a su lado con cuidado y él le atacó sin piedad. Él no se alimenta bien y cuando el hambre puede con él, devora todo sin pensarlo.

—Espero que te sepa bien. —Era la tercera vez que la preparaba en la vida y la primera vez se me quemó.

—Sabe bien. —Dijo apresuradamente, sorbiendo de su platillo e intentando respirar.

Yo iba en la mitad, pero no pude más, no tenía apetito ni entusiasmo como para comer, aunque parece que las cosas siguen igual, inevitablemente las cosas han cambiado y él me ha roto el corazón.

Él empezó a comer más lento, seguramente porque su segunda ración comenzó a llenarle. Le hallé mirándome, pero no apartó la vista, yo sí.

—¿Y mi motocicleta? —Me preguntó titubeante.

—Está en el estacionamiento, un amigo tuyo la trajo.

Él se concentró en el platillo de arroz.

—¿Cómo llegamos aquí ayer?

Él estaba tan ebrio que ni siquiera sabía identificar cuál era su motocicleta. ¿Cómo iba a poder conducir? Según sus amigos, él duerme en una habitación con alguien y al día siguiente cuando está menos


mareado, se va con su motocicleta, así que esta fue la primera vez que alguien tuvo que llevársela por él.

—Otro amigo tuyo...

—Ah.

Aquel silencio me distrajo. Planeaba quedarme, pero exactamente a qué, no sé. A cuidarlo, tal vez. A hacerle compañía, probablemente. A qué más, no sé.

—¿Pensabas irte con ese estúpido? —Preguntó de pronto, yo me sorprendí porque juraba que él no recordaba nada.— Recuerdo las cosas, distorsionadas, pero las recuerdo.

—¿Recuerdas que estabas muy ocupado besuqueándote con otro y me dijiste que me fuera? —No quise decirlo de esa manera, pero quería sacarlo. Si recordaba las cosas, supongo que tiene que iniciar por eso.

—Pues no. Lo único que recuerdo es que tú estabas muy feliz yéndote con cualquiera que te sonrió.

—¿Por quién me tomas, eh? —Yo no era una más de sus putas.— Quien andaba muy feliz con cualquiera eras tú... —Dejé caer los palillos con torpeza, detestaba que él fuera tan idiota.

—Me di cuenta de cómo te miraba, incluso hace días. No soy un tonto, le coqueteas también, ¿no?

No iba a permitir que me dijera ese tipo de cosas. Me levanté con rabia, él me siguió con la mirada.

—¡Yo solo coqueteo contigo!


Él no entendía lo que quería decir. Y es que para mí es importante decirle que jamás tendría algo con Yoongi, no de nuevo, nunca más, jamás, porque se trataba de Taehyung y de alguna manera cuando le miro solo recuerdo el pasado y comienzo a entrar en pánico. Quiero decirle que confíe en mí, que no volveré a lastimarle. Pero recuerdo que sigue siendo él, pero no es el mismo y que probablemente me puede tomar como un loco, porque hace nada que nos conocemos, para él.

—No se nota.

—¡Claro que se nota, idiota!

Él se levantó de su sitio para afrontarme y me sentí muy pequeño de pronto, débil ante su cercanía y esa mirada que pone mi mundo de cabeza.

—Jungse-

—¡Jungkook! Mi nombre es Jeon Jungkook. —Dije con firmeza.

—Vale, Jungkook. No me parece bien que quieras venir a controlar mi vida solo porque te gusto, porq-

—Pues la controlo porque se me pega la regalada gana.

—Entiende, no me gustas y creo que nu-

—¡No me importa! —Sus palabras dolían, sí, pero Taehyung no ha dejado de ser la persona con la que yo compartí mi vida. Si él no quería nada conmigo, pues bien, pero no voy a permitir que se destruya a sí mismo.— Yo controlaré tu vida hasta que aprendas a cuidarte a ti mismo, ¿has oído? Ya no eres un niño y tienes que empezar a ser responsable.


—Está loco, Jungkook... —Él se rió de mis palabras, cuando yo estaba hablando muy en serio.

Mis puños golpearon su pecho con poca fuerza, eso provocó más risas en él, pero sostuvo mis manos de inmediato. No quería que se riera de mí, estaba bastante avergonzado como para aceptarlo.

—D-déjame. —Él me empujó sobre el comedor. Yo no podía entender lo que estaba sucediendo.

—Mierda, cómo me excitas... —Susurró muy cerca de mi oído, mientras deslizaba su lengua por la extensión de mi cuello. Vibré, una punzada fue el inicio de mi erección. ¿Por qué su voz grave y ronca me provoca tantas cosas?

—Taehyung...

—Vamos cariño, contrólame, inténtalo. —Me provocó, yo no pude formular una oración coherente, no en cuanto sentí cómo se abría espacio entre mis piernas y rozaba su pene sin el más mínimo pudor contra mi trasero. Gemí, no pude contenerme y enrosqué mis pies alrededor de su cintura, deseando poder sentirlo más cerca.

—T-tae...

—Mírate, muy valiente diciendo que quieres controlarme, pero con el mínimo roce te sometes ante mí.

Eso no hería mi orgullo ni nada menos. ¿Quién es el que dice que no le gusto y está aquí, tocándome?

—Me gusta someterme ante ti...


Taehyung soltó varias risitas sobre mi cuello y sus embestidas se hicieron más fuertes y torpes. ¿Eso le había excitado? Porque yo estaba al borde de rogarle que me la metiera.

—¿Qué es Suga para ti?

—Es mierda. —Dije sin pensar, siendo sincero.

—Genial.

Atacó mis labios en aquel beso que estaba necesitando. Sentirlo de esa manera me devolvió la vida, me sentí satisfecho, casi lleno. Nos separamos cuando él tuvo ganas de apretar mi trasero con la fuerza de sus dedos.

—¿Qué soy yo para ti?

—Todo... —Gemí, balanceándome hacia adelante, buscando satisfacer la necesidad de sentirlo dentro.

Sus dedos sostuvieron mi pantalón y jalaron de él, mas le fue imposible bajarlo debido al cinturón que resguardaba el poco control que tenía. ¿Era una señal? Él empezó a aflojar el cinturón y yo comencé debatir mentalmente. ¿Ser la diversión de una noche o ser su vida?

Le miré de frente, observé esa expresión seductora y sus brazos masculinos, con las venas sobresaliendo por su piel.

Ser la diversión de una noche...

—Cógeme. —Pedí desafinadamente.


Sé sucio quise decirle, córrete en mí, haz que luzca como violación aunque yo quiera dártelo todo. Deja a ese chico que no era capaz de mirarme a la cara cuando lo hicimos la primera vez, no, mírame a la cara


justo como lo haces ahora y cógeme tan fuerte hasta que tu rabia se esfume y se disperse sobre mi cuerpo. Rómpeme, hazme tan tuyo que no quede restos de mí, solo tú. Olvidemos, dejemos atrás a ese chico que le temblaban las manos al tocarme y dejemos atrás al otro chico que te dejó el trabajo solo a ti porque tenía miedo. Métemela hasta el fondo sin aviso, con brutalidad y solo al final, antes de correrte, di mi nombre, solo para recordarme que no se trata de un sueño... seamos nosotros por una noche, solo nosotros.

—Cogerte será poco.

Taehyung logró aflojar mi cinturón y mi móvil comenzó a sonar estrepitosamente. Ambos nos detuvimos, mis mejillas se sonrojaron con fuerza y mis manos temblorosas sacaron el aparato del bolsillo de mi pantalón. Solo mi familia conocía ese número y si llamaban era porque se trataba de algo importante. No pude simplemente ignorarlo.

Taehyung soltó un suspiro frustrado y me dio espacio para que yo pudiera sentarme sobre la mesa. Contesté.

—¿Hola?

—¡Jungkookie! —Era Jin.— ¿Adivina quien está justo en pleno gwanghwamun, esperando por ti?

—¿Quién? —Taehyung me miraba, manteniendo los brazos cruzados sobre su pecho. Mis manos temblaron cuando sostenía el móvil.

—¡Yo! —Gritó mi hyung desde la otra línea, yo no pude creerlo. ¿Jin?— Nammie y el bebé. Queríamos darte una sorpresa, cariño. ¿Nos das tu dirección?

¿Mi dirección? No pude responder. ¿E-estaban aquí?







Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora