Muy temprano dejé los nombres para el bebé y algunos papeles en la oficina de Yangmi, antes de ir en busca de la pintura de color verde limón que decidimos combinar con el amarillo tenue para la habitación de nuestro bebé. No sabíamos exactamente si sería niña o niño, así que preferimos utilizar una gran variedad de colores, esperando acertar con el gusto del bebé o al menos eso dijo Jungkook.
¿Un bebé podría tener gustos a esa edad? No lo sé, Jungkook dice que sí. ¿Los perritos entienden lenguaje humano? No lo sé, Jungkook dice que sí. ¿Algún día van a llover dólares del cielo? No lo sé, Jungkook dice que sí.
Luché con la bolsa llena de latas de pintura mientras me dirigía hacia el estacionamiento para poder regresar a casa. ¿He comentado que Jungkook me obligó a quitar la puerta de la habitación de huéspedes para cambiarla por una de vidrio que llegará por la tarde? Pues sí, nunca lo imaginé en la vida, sin embargo por seguridad y para que podamos
saber que el bebé está bien es necesario ponerla. Me hubiera encantado que también cambiáramos la del baño en nuestra habitación, digo, para combinar.
Estaba a nada de cruzar la calle cuando reconocí a alguien viniendo lentamente del otro lado. Me detuve por algunos instantes para bloquear intencionalmente su camino, lo que obviamente llamó su atención y le obligó a levantar su cabeza para mirarme.
—Hey, Mark.
—Oh bro.
Se veía bastante decaído y mucho más delgado de lo usual. Era evidente que los días de ebriedad han estado dañando de salud, solo bastaba con verlo para saberlo. La vitalidad que siempre ha tenido mi amigo ha desaparecido en cuestión de meses.
—¿A dónde vas?
—Solo iba a buscar algo de comer —dijo, esbozando una ligera sonrisa.
—¿Vamos? Yo también tengo hambre.
—Tú pagas, ¿no? —preguntó con un tono burlón que se desvaneció al final.
—Ya qué.
Caminamos de vuelta hacia un restaurante ubicado a menos de dos esquinas, donde preparaban comida casera, lo que claramente Mark necesitaba.
—¿Qué llevas ahí?
—Orégano.
Él se carcajeó un poco y golpeó mi brazo, sin la menor intención de ayudarme.
—Idiota.
—¿Perdón? Está pesado y necesito ayuda.
—Que tus huevos te ayuden, bro.
Suspiré fingiendo enojo, aunque terminé riendo después. De todos modos la diversión entre Mark y yo siempre fue natural, porque complementábamos nuestras frases tontas añadiendo respuestas mucho más tontas a todo lo tonto que pensábamos. Probablemente por eso encajamos tan bien en un comienzo y por eso nuestra amistad se consolidó. Él siempre ha sido un gran chico y una gran persona, me dolería saber que los vicios le han dominado hasta hacerle daño.
Ingresamos en el restaurante y tan pronto como tomamos un lugar, pedimos el menú del pizarrón de afuera, porque sabíamos que sería el platillo más exclusivo.
—¿Fuiste a la carrera?
—No, me quedé dormido en el departamento.
—Te ves pálido, ¿estás bien?
—¡Claro que sí! No hagas preguntas gays —susurró, jugando con la servilleta.
—Idiota, si yo me preocupo por ti.
—Bueno... —el desvió la vista a la mesa del lado— mitad de mi cuerpo se paralizó y tuve que ir a emergencias.
—¿Qué?
—Pero estoy bien, sé que se debe a alcohol, el doctor me dijo que por mi salud debería tener más cuidado.
—¿No te dio un diagnostico? Eso no es normal...
—Sí, pero no lo entendí. Solo sé que ya no debo beber y eso.
—Debes prometerme que ya no lo harás, ¿de acuerdo?
—Sí, mamá.
Bufé cuando él se burló de mi preocupación, aunque sabía que él había tomado en cuenta mis palabras, porque admiré en sus ojos una desazón profunda.
El mesero organizó la mesa para nosotros cuando dejó los platos sobre la mesa y en cuanto se giró dispuesto a marcharse, nosotros empezamos a comer con una velocidad emocionante, de esas en donde solo puedes respirar con la nariz. Se me hizo muy gracioso y a la vez tonto, porque hace tiempo, después de una fiesta brutal donde ni siquiera recordábamos dónde estábamos, íbamos en busca de comida y literalmente tragábamos todo lo comestible que encontrábamos en la calle.
Tomé un poco de agua cuando pensé que iba a morirme atragantado con un pedazo de patata. Él se carcajeó del momento, porque usualmente yo ganaba. Vale, no estaba mal perder alguna vez.
—Es que hoy desayuné y no tenía tanto apetito.
—Ajá.
Continuamos comiendo, esta vez a un ritmo normal, al menos yo. Joder, estaba perdiendo el toque.
—Después de la fiesta del viernes, ¿regresaste bien?
—Sí, sí.
—Qué bien, pensé que... después de eso ya no querrías hablarme.
—¿Qué? ¿Yo? ¿Por qué? —preguntó con la boca sucia.
—Sí tú —dije mientras le lanzaba una servilleta a la cara—, hiciste tremendo drama.
—¿Qué?
—Estaba hablando de Jungkook y de pronto te enojaste, me sacaste el dedo y...
—Bromeas. —Mark mostró confusión antes de beber su vaso de agua.
—En serio, intenté hablar contigo pero me gritaste que dejara de romper tu corazón y lanzaste una botella de cerveza al piso.
Mark se atoró con el agua y empezó a toser ruidosamente llamando la atención de la gente. Me levanté de mi lugar para golpear su espalda con fuerza, hasta que la tos disminuyó más tarde.
—Oh joder... —Él tomó un gran sorbo de agua cuando se vio impedido de respirar—. No lo recuerdo, eh.
—Creo que no haberte contado la noticia te hizo sentir mal, en realidad no se lo dije a nadie...
—¿Cuál noticia?
—Jungkook y yo nos vamos a casar, bro.
—...
Él soltó un "oh" antes de terminarse su vaso de agua. Por un momento parecía ido, a punto de marcharse, pues no paraba de mirar alrededor esquivando mi mirada.
—¿Mark?
—Bro, me siento muy feliz por ti.
—Gracias. ¿No estás molesto por no haberlo sabido antes?
—No, no, no, no.
—Entonces...
—Jungkook es un gran chico, Suzy y yo siempre quisimos que él fuera algo importante para ti, porque es una gran persona, en serio. —Él tomó otro gran sorbo de mi vaso y no paró de asentir con la cabeza—. Me alegro mucho por ustedes. Cabrón, no le dejes ir nunca, ¿vale?
—Claro que no.
—Bueno, tengo que irme ya...
—¿Y el postre?
—Vendré mañana por él.
Estallé en risas al oír una de sus estupideces, él esbozó una ligera sonrisa antes de levantarse torpemente de su asiento.
—Espera, pagaré y nos vamos.
Llamé al camarero para que nos diera la cuenta, Mark se quedó algo pensativo.
—Nunca pensé que sentarías cabeza con alguien —dijo de pronto, en tanto yo le entregaba el dinero al camarero.
—Ni yo —dije velozmente, después de agradecerle al joven por su cortesía.
Tomé la bolsa de pintura y salimos hacia la calle. Él miró alrededor antes de mirarme a la cara, fue entonces cuando noté cuán profundas y marcadas se hallaban sus ojeras.
—Viajaré a Daegu esta tarde.
—¿En serio?
—Sí, iré a visitar a mis padres e intentaré arreglar las cosas con mi viejo.
—Estoy seguro de que todo saldrá bien.
—Eso espero, porque pienso quedarme allá...
—¿Qué? ¿Te irás definitivamente?
—Sí. Tuve la intención de llamarte para decírtelo, pero ahora que estás aquí puedo decírtelo personalmente.
—Bro... ¿entonces no nos veremos como antes? Al menos déjame la dirección para ir a verte.
—No sé exactamente dónde me quedaré en el caso de que ellos no quieran tenerme de vuelta, en todo caso yo vendré a visitarte.
—Vale, háblame a seguido, bro.
—Claro.
—¿Los chicos lo saben?
—No, yo... no quiero saber de ellos.
—...
—Ellos sí sabían que yo me encontraba en el hospital y nadie vino a verme. Tú eres el único que... se ha preocupado por mí en años, tal vez en toda mi vida.
Entendí perfectamente cómo se sentía eso, porque cuando los necesité, ellos simplemente...
—Eres como un hermano para mí, yo siempre voy a querer tu bienestar.
—Lo sé... gracias.
—Tonto...
Despeiné si cabeza antes de darle un abrazarlo con mi mano libre, él me empujó toscamente cuando algunas personas pasaron. Todavía sigue siendo un idiota en ese tema, así que solo esbocé una sonrisa.
—Tengo que irme, cabrón.
—Vale idiota, llámame cuando llegues, ¿sí?
Mark asintió y luego se giró para avanzar del otro lado de la calle, continuando su camino. Solté un suspiro pesado cuando también continué mi camino del lado opuesto de la calle.
—¡Taehyung! —le oí gritar, de inmediato me giré para ver qué pasada—, ¡sé muy feliz, te lo mereces!
—¡Tú también, Mark!
Mark elevó su dedo pulgar al aire y empezó a desaparecer entre la multitud de gente que seguía su ritmo. Yo hice lo mismo, apresurándome en llegar al estacionamiento en busca del deportivo, porque Jungkook podría necesitar ayuda con las paredes y el piso de la habitación de nuestro bebito.
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Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]
Fanfiction❝ Taehyung no pudo evitar que jungkook floreciera, aunque quiso protegerlo y ocultarlo de los demás, todos se habían dado cuenta de cuán hermoso se había puesto.❞ ❝ Jungkook se convirtió en una hermosa flor y ya no necesitaba a su mejor amigo, el ca...