Capítulo 20

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¿Cómo se atrevió a tocar su mano, eh? ¿Acaso ese imbécil quiere ser despedido?

Jungkook vino a la empresa hoy, no sé ve nada bien y me dolió que no se atreviera a mirarme cuando tomé sitio en la oficina. Hay una tensión entre nosotros que incluso puede atravesar ventanales y el no poder solucionar las cosas entre nosotros me está poniendo tenso, pero eso no es lo peor, de hecho saber que puede sonreírle al hijo de puta de Hanmin y a mí no, es más terrible que lo demás.

¿Acaso yo estoy pintado? ¿Cree que puede conversar muy feliz con otro tipo en frente de mí? Al parecer sí y yo quedo como el único idiota que se ha estado preocupando por él durante estos días. Él solo viene a coquetear con otro ante mis ojos, ¡mierda!

—Tierra llamando a Taehyung, tierra llamando a Taehyung.

—Oh, ¿qué?

—¿Me estás escuchando? —Hay un tono de molestia en la voz de Yangmi que me recordó lo mal que hemos estado llevando la mañana.

Si no es Jungkook, es Yangmi, gracias mundo, ¡mira lo feliz que soy! Es que no basta con que no se me haya parado ayer, ahora tengo que soportar la vergüenza de presentarme con mi novia después de eso y tratar de actuar como si no hubiera pasado nada. Mejor mátenme, será menos jodido.

—Estoy ido, disculpa, ¿qué decías?


—Que la cena que programamos esta mañana no podrá ser porque mi padre quiere verme ahora. —¿Quedamos en tener una cena? ¿En serio?

—Es una lástima, cariño.

—¿Qué tal mañana?

—Estupendo.

—Vale, entonces nos vemos mañana. —Yangmi hizo un puchero enternecedor.

—Vale...

Sentimos incomodidad al no poder despedirnos con un beso pues todos podrían vernos y no queríamos que los chismes llegaran a oídos de su padre o los gerentes, así que solo nos despedidos con un saludo de manos casi ridículo.

—Adiós, umh.

—Adiós.

Yangmi salió de la oficina cuando todos empezaron a organizar sus cosas para retirarse. Yo tomé todo mi tiempo esperando en la oficina, admirando cómo cada uno de los trabajadores dejaba el departamento, despidiéndose con una reverencia. Solo cuando Jungkook se levantó dispuesto a desaparecer por el pasillo, me dispuse a salir para ir a su encuentro.

—Jungkook —le llamé. Él caminó con prisa hasta la puerta principal, ignorándome olímpicamente.


Tuve que insistir para lograr que él se detuviera antes de cruzar la calle principal. Él se giró para verme de frente y entonces admiré las ojeras debajo de sus ojos sin aquel brillo especial que los caracterizaba.

—...

—Puedo llevarte en el auto.

—Yo... tomaré un taxi.

—Por favor déjame llevarte, ¿está bien?

Él se rindió cuando desvió la mirada y soltó un ligero suspiro. Yo aproveché aquello para tomar de su brazo y dirigirle hacia el estacionamiento.

El silencio se mantuvo entre nosotros, incluso después de haber abandonado el estacionamiento de la empresa en el auto. Solo fue el ligero golpeteo de la lluvia sobre el parabrisas que nos acompañó en el camino, pues él parecía no tener ganas de hablar, manteniendo su mirada puesta sobre la gente que se refugiaba donde podía.

—Jungkook.

—... —Él se giró para mirarme.

—Quiero pedirte disculpas, ayer no quise ofenderte de e-

—Olvídalo.

—Vale, solo quería hacerte saber que estoy arrepentido.

Él asintió y continuó admirando las calles, tratando de evitar una conversación conmigo. Por mí estaba bien, yo no estaba muy contento de verlo tampoco, así que si él quería eso, yo estaría de acuerdo. Por eso en todo el transcurso del camino hasta el departamento nadie dijo


absolutamente nada y dejamos que la tensión y ese jodido silencio incómodo se situaran entre nosotros.

Cuando llegamos a nuestro destino, él no esperó a que yo guardara mi deportivo. Él abrió la puerta y se despidió con un veloz "gracias" antes de irse corriendo hacia la puerta del edificio, evitando mojarse con la lluvia que había incrementado a medida que avanzaba la noche.

Yo no dejé que eso me afectara, seguí mi rutina normal; estacionando el deportivo en mi sitio, tirando mis zapatos húmedos en la entrada del departamento, haciendo un pedido a una pizzería que no estaba atendiendo por el clima, quitándome la ropa húmeda gracias a lluvia para tirarla sobre el sofá, rascándome un huevo sobre la cama, cambiando canales aburridos y tomando el último vaso de yogurt de soya para lidiar con el hambre.

Ah y todo eso acompañado de un suspiro al recordar cómo se encontraba mi situación amorosa y sexual. Es que nada parecía estar saliendo bien desde hace mucho, de hecho todos los recuerdos que se me vienen a la cabeza siempre tienen algo trágico qué contar. ¿La felicidad no estaba hecha para mí?

Apagué el televisor después de terminar mi vaso de yogurt y me quedé admirando ese agujero en el techo, pero no sentí rabia alguna porque mis pensamientos estaban idos en el piso de arriba. Sabía perfectamente que la habitación de Jungkook se ubicaba en la misma parte que la mía, al igual que todos los departamentos. Probablemente su cama se encuentra justo en el mismo lugar y tal vez ahora está ahí, pensando en lo idiota que soy.


Entonces la idea de hacer más grande ese agujero del techo para fisgonear se me pasó por la mente y solté una risa tonta. Vi una porno en donde cogían a través de un agujero y me pareció interesante, Jungkook tendría que pegar su entrada contra el piso y yo podría metérsela solo si aprendía a trepar paredes como el hombre araña. ¿Y si dejaba que una araña me picara? Ah, cumpliría el sueño de muchos niños y contraería una infección.

Ah, pero si su departamento se encontrara ubicado al lado, ahí sí podría hacer un agujero para coger de una manera innovadora. Mierda, debí haber pensado en eso antes de pedirle el departamento de arriba al portero.

Un trueno retumbante hizo vibrar las ventanas y las luces se apagaron del golpe, lo que me tomó por sorpresa, pues no había medido la intensidad de la lluvia. De pronto un sonido estrepitoso de algo cayendo en el piso de arriba hizo que me levantara de golpe, aquello venía del piso de arriba y Jungkook estaba ahí. De inmediato tomé mi móvil y encendí la linterna para salir corriendo hasta el cuarto piso, restándole importancia a que me encontraba medio desnudo y con el bóxer mal puesto.

Toqué la puerta con fuerza hasta que él abrió con una velocidad que me sobresaltó.

—¡Tae!

—¿Estás bien?

—Oh, Tae. —Él me abrazó en medio de la oscuridad del pasillo.

—¿Qué sucedió?


—N-no lo sé, me asusté y empujé la lámpara...

Sé que le teme a la oscuridad y a los truenos, además se encontraba solo, ¿cómo pude simplemente dejarle ahí solo sin preguntarle si se encontraba bien?

—Ven, vamos a mi departamento. —No era una pregunta, sino una orden.

—E-espera. —Él estiró su mano dentro del departamento y buscó algo en la pared. Tuve que ayudarle con la pequeña iluminación de mi móvil hasta que hallara sus llaves.— Vamos...

Tomé su mano sin decir nada y le conduje en dirección a mi departamento. En cuanto cerré la puerta, avanzamos hacia los sofás y nos sentamos en uno para no estar separados. Jungkook me abrazó y dejó caer su cabeza sobre mi pecho. Yo no dije nada, lo sostuve entre mis brazos y agradecí que él confiara en mí en esta situación.

—No temas, la luz regresará.

—Está bien.

—¿Te asustaste mucho, mh?

—S-sí... —Suena tan tierno, puedo jurar que justo ahora tiene un pucherito en la boca.

Esbocé una sonrisa que por supuesto él no pudo apreciar debido a la oscuridad, así que acaricié su cabeza para se sintiera protegido.

—Yo estaré aquí protegiéndote, ¿sí?

—L-lo sé...

—Me alegra que lo sepas.


Nos convertimos en oscuridad y respiraciones acompasadas cuando poco a poco la calidez de nuestros cuerpos se convirtió en una y nos mantuvo juntos, en un pequeño mundo que desconocía. La noche es mágica se dice, lo entendí.

—Tae... —su voz sonó rota, ¿estaba llorando?

—Bebé, no llores.

—¿Cómo podría no hacerlo? Me prometí a mí mismo tratar de vivir sin ti, pero en el mínimo problema... vengo corriendo a tus brazos.

—¿Por qué quieres vivir sin mí?

—Idiota...

—Yo quiero que estés aquí, no quiero dejar de verte y no quiero que te alejes.

—¿Siendo amigos?

—Siendo lo que sea.

—Es tan sencillo para ti. —Sentí el roce de sus uñas sobre mi torso cuando él movió su cabeza.— ¿Has olvidado que tomaste mi corazón y lo destruiste en mil pedazos?

—No, sé que soy un imbécil, pero lo hice porque eso habría pasado más adelante y hubiera sido más doloroso para ambos.

—No es justo...

—Perdóname.

—No quiero.


—Jungkook... —Mis dedos se enredaron con su cabello cuando perdí el sentido de las caricias.

—Eres el hombre de mi vida y eso no va a cambiar de un día para el otro —y no quiero que eso cambie.

—¿Crees que lo que yo siento cambió de un día para el otro?

—Sí, dijiste que yo te gustaba y luego... dijiste que me querías como un amigo.

—Bueno, no mentí.

—Claro, entonces me echaste de aquí y...

—Espera, yo no te eché, pensé que no querrías verme y te irías.

—Tuviste razón.

—Solo quería que no te alejaras de mi vida, ¿está bien?

—Vaya forma de hacerlo.

—Si el departamento es el problema, entonces te daré mis llaves para que puedas estar aquí cuando quieras, ¿vale? Llévate la copia e ingresa cuando quieras, este también es tu piso.

—Supongo que a Yangmi no le gustaría eso.

No pude decir nada ante eso, porque a Yangmi podría no gustarle saber que las cosas entre él y yo siguen iguales, no quiero que ella desconfíe como alguna vez lo hizo, quiero reivindicarme, aunque sea una tarea difícil no perder a Jungkook en el proceso.

—Había una vez un chico muy valiente llamando Tim que le habló al sol.

—De pronto Jungkook rompió el silencio contando una historia, bastante


fuera del contexto de nuestra conversación anterior.— "Hey señor Sol, vine a pedirte un favor" dijo. El Sol le respondió de manera descortés, pero él no se sintió ofendido y le respondió: "Tú tienes muchos problemas con doña Luna y probablemente por eso estás tan enfadado".

—Oh vaya.

—Entonces es Sol le preguntó: "¿Cómo sabes que doña Luna y yo hemos estado teniendo problemas?" a lo que él respondió: "Ayer ella estuvo demasiado fría y oscura, hoy tú estás ardiendo y lastimas, y... el niño que me gusta se enfermó por eso".

—Eso es muy tierno.

—El señor Sol no pudo negarse, entonces él le dijo: "Lamento haberle causado molestias, te concederé un deseo para remediarlo". Y... Tim le pidió que le regalara su amanecer al niño que le gustaba cada día de su vida, porque su mamá le dijo que era el único momento en el cual la luna y el sol pueden decirse cuánto se aman antes de alejarse, era un momento especial y quiso que fuera suyo.

Me quedé en silencio, mi corazón latía con fuerza porque creí que haber oído esa historia antes, incluso podía jurar que conocía cada palabra aunque no pudiera repetirla.

—Esa historia fue hermosa...

—Pienso lo mismo. —Él acarició mis dedos con una sutileza cálida.— Posiblemente tus noches sean frías y te sientas solo, así que como aquel chico valiente yo le pediré a doña Luna que tus noches sean cálidas mientras te arrulla hasta que acabe la noche y llegue el amanecer, que... será tuyo también.


—Gracias Jungkook.

No supe qué decir, porque no sabía qué significaba la historia para él, incluso si había soltado un suspiro de decepción que terminó por impacientarme. No sé qué conexión tiene la historia con nuestra situación, aunque me resultara extremadamente familiar. Sé que sus palabras fueron dulces y me provocaron paz, pero no sabía exactamente qué esperar. ¿Es que acaso la luna y el sol somos nosotros? ¿Quiénes somos nosotros? ¿Me contó esa historia cuando estaba borracho y ahora no recuerdo nada?

Las luces se encendieron y la magia de la oscuridad desapareció. Aún seguía lloviendo a cántaros y la luz podría irse de nuevo, quise asegurarme de que él no tuviera miedo esta noche.

—Jungkook, quédate esta noche, ¿vale? Hazlo por mí.

Él asintió, secando los restos de lágrimas sobre sus mejillas. Yo tomé su mano y avancé junto a él hacia la habitación, le resté importancia al desorden que le llamó la atención, porque él detestaba que las cosas no estuvieran en su lugar y sabía que yo era un tipo desordenado, así que...

solo pisé el pantalón que usé ayer y avancé hasta la cama, para internarme entre las sábanas. .

Jungkook se quitó la bata que cubría su cuerpo y de inmediato se cubrió con las sábanas procurando ocultar algo que yo ya había visto; una braguita pequeña cubriendo su miembro, sus piernas expuestas al desnudo y una camiseta mía que yo ya daba por perdida.

—Buenas noches... —susurró.

—Buenas noches, descansa.


Dejé la luz de una lámpara haciéndonos compañía y me quedé mirando a la nada durante una hora. No pude dormir ni siquiera intenté hacerlo, de alguna manera pensar en él me quitaba el sueño. Eso está comenzando a desquiciarme y no va a dejarme tranquilo, así que iba a dejar las cosas claras para poder dormir bien al menos por una noche.

Primero: Quiero a Jungkook como amigo.

Segundo: Quiero a Yangmi como novia.

Tercero: Jungkook puede decir lo que quiera, yo ya he tomado una decisión que por supuesto fue la correcta para no dañarle.

Cuarto: Siento culpa por haber herido a Jungkook y por eso no puedo descansar bien.

Quinto: La culpa algún día se irá y entonces Yangmi y yo podremos ser felices completamente, ¡podré dormir!

Sexto: El cuento de doña Luna y señor Sol, es un cuento que él contó en delirios luego de un momento traumático que le causó el susto del apagón y la lámpara caída. Es todo.

Por fin cerré los ojos y solté un suspiro. Ya tenía las cosas claras, eran seis puntos que me ayudarían a dormir. Sí, uf, eso era todo, tenía miedo de no poder aclararlo, pero solo necesitaba un momento para ordenar todos mis pensamientos y acabaría todo.

Sí, por fin... me giré un poco para hallar un lugar cómodo y esperé a que el sueño regresara. Esperé más porque al parecer tardaría. Los dedos de mis pies empezaron a moverse nerviosamente, ¿sueño dónde estás? ¡Ya tengo todo claro, puede venir eh! Calma, que tengo tiempo para


esperar, qué va, tómate tu tiempo viejo, que yo aquí tengo toda la noche, claro.

Abrí los ojos y bufé. No, hay algo que aún no tengo claro y no he querido pensarlo, sin embargo fue muy tarde para hacerlo porque yo ya estaba deslizando las sábanas que cubrían a Jungkook hacia abajo, en un intento de admirar sus piernas. Hay un séptimo punto que elimina a los otros seis.

Mis dedos actuaron automáticamente, no pude pensar sobre las consecuencias de mis actos, solo me bastó con saber que su respiración sonaba pesada, anunciando un sueño profundo. Deslicé su pequeña braguita hasta sus muslos y acaricié los mismos con sumo cuidado, como si flotara sobre la suavidad de su piel. Una punzada sobre mi pene me desconcentró, no había imaginado que me pondría tan duro con una simple imagen erótica.

Su posición de costado me facilitó llegar hasta su entrada oculta entre sus nalgas, pero incluso si quería rozarme con ella tendría que separar sus piernas. Joder, ¿qué estaba haciendo? ¿Qué?

Jungkook se movió, el corazón estuvo a nada de salirse por mi boca. Pensé que él me empujaría y gritaría por haberle hecho eso, sin embargo sucedió algo totalmente diferente. Él separó sus piernas un poco y deslizó una de sus manos lentamente por sobre su trasero para mostrarme su entrada desde ese ángulo.

Tragué duro y empecé rozarme sobre él de manera sucia. Ambos sabíamos que esto no estaba bien, pero no pensamos en nada para no "pensar" eso. Solo... disfrutamos del roce prohibido de mi pene con su


entrada dispuesta a ser penetrada, sin decir nada, al menos nada de lo que mi respiración agitada y sus jadeos agudos ya habían dicho.

No íbamos a cruzar esa línea, aún si ya la habíamos pisado.










Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora