Cuando Jungkook se obsesiona con algo ya no puede parar. Ahora el trabajo se ha vuelto en su adicción y solo llevamos una semana en la empresa, realmente espero que eso se acabe pronto, porque usar los fines de semana para reemplazar nuestras salidas no me parece justo.
—Soy el jefe, cualquier cosa que presentes lo aprobaré.
—Sí, claro. —Ha estado delante de ese computador por muchas horas, escribiendo y borrando todas sus ideas para la venta de la siguiente semana y hemos follado poco, solo cuatro veces.
—Bebé, ¿no quieres salir?
Tengo una carrera interesante en dos horas, está claro que él tiene que ser mi copiloto. No es regla, pero usualmente ponen a una cara bonita que pueda sostenerse bien del conductor y Jungkook ya tiene experiencia en eso.
—Oh, aún me falta mucho, no podré hoy.
—Pero es domingo...
—Tener un fin de semana en casa no está tan mal, amor.
Me dejé caer sobre el sofá. Tiene la misma respuesta para todo, quedarme encerrado me frustra, poco a poco me siento asfixiado y él no puede entenderlo. Necesito salir, caminar o conocer, Jungkook sabe perfectamente que tengo una vida algo activa y aún así cancela todos planes sin preguntármelo. Sé que quiere comprarle algo bonito a su madre... pero si él quiere las bonificaciones yo se las daré, no es tan complicado.
—Anda, salimos y lueg-
—Amor, por favor, acabo de equivocarme.
Suspiré pesadamente. ¿En esto se ha convertido aquel chico que me volvía loco para cogerlo? ¿En esto se ha convertido aquel chico que salía conmigo a todas partes? Ese es el problema de los compromisos, mata la magia y el deseo.
Cerré los ojos para quedarme dormido, cosa que vi difícil. Mi móvil vibró y empecé a revisar el buzón para distraerme. Era un mensaje de aquel número que creí jamás volver a ver en mi buzón.
Nena:
¿Y si vamos al parque de diversiones y cumples tu promesa de regalarme el oso más grande?
Estaba a nada de olvidar aquella tonta promesa que le hice a Yangmi, cuando llegamos tarde al parque de diversiones hace años, como por nuestra tercera cita. Recuerdo haber practicado más de cien veces para alcanzar la puntería perfecta para ella. Aquel día nunca llegó y esto puede ser una oportunidad para mostrarle cuán talentoso me he vuelto.
Taennie:
Dalo por hecho. A las 16:30.
Levanté la cabeza para observar a Jungkook, por un momento se me cruzó la idea de llevarle al parque junto a Yangmi, pero no quería que se molestara más de lo que ya estaba por el asunto de sus celos sin razón y porque le he estado insistiendo demasiado en salir. Sé la respuesta y sé cuán importante soy en su vida en comparación al estúpido trabajo. Si él quiere poner orden de prioridades, también lo haré yo.
—Jungkook...
—¿Qué? —¿Tiene que usar ese tono frustrado?
—Saldré con Mark, regresaré tarde.
—Está bien... —Está borrando la última línea que escribió.— Abrígate bien.
No me abrigué bien, afuera el sol relucía y él seguía pensando en el frío que hizo ayer por la noche, quizás tampoco lo notó, bueno yo sí, porque seguía trabajando en sus estúpidas ideas mientras yo me congelaba en la cama. Sí, es genial tener novio, qué felicidad, qué bendición.
Salí sin despedirme de él, porque estaba seguro de que no notaría mi ausencia. Si un computador puede follar mejor que yo, pues les declaro marido y máquina, ¡puedes meterle tu puerto usb en la boca!
Tomé la motocicleta y conduje a toda velocidad hacia la zona del parque. Faltaba casi nada para la hora indicada y yo había hecho mi mayor esfuerzo para llegar en menos de veinte minutos, saltándome rojos y viejitas gruñonas. Todo fue recompensado cuando admiré a Yangmi desde lo lejos, pues los ánimos regresaron a mí, por fin podría divertirme como es debido, joder.
—¿Esperaste mucho? —Dejé la motocicleta estacionada en el mismo sitio en donde frené para hablarle.
—¡Tae! Acabo de llegar. —Me he acostumbrado a sus largos y bonitos vestidos, verla con algo más casual no está mal, pero me pone nervioso.
—Y bueno... —Guardé las llaves.— ¿Vamos?
—Claro que sí. —Ella tomó mi brazo y se abrazó a él, como en los viejos tiempos. Luego caminamos lentamente hacia la boletería.
Esperaba que preguntara sobre Jungkook en el silencio que se instaló entre nosotros al formar para comprar los boletos, pero las preguntas jamás llegaron y me sentí aliviado por ello, pues no quería tener que decirle que mi novio prefería a una máquina antes que a mí. Por lo contrario, ella se mantuvo dentro de la línea, solo comentó trivialidades y por un momento me hizo olvidar con su sonrisa, que todo lo que tuvimos ya era pasado.
—Entonces se levantó un poco y se le vio el bóxer amarillo.
Estallamos en risas. Yangmi me relató algunas cosas vergonzosas que sucedieron cuando visitó a su "prometido" en New York. Es que el tipo podría ser lo más fino que quisiera, pero combinar un dolce negro con un bóxer amarillo ya era cosa de gangsters.
—Se le vio el futuro.
—Y el trasero.
Bueno, ya teníamos la atención de toda la gente alrededor y qué más daba.
Nos dirigimos hacia la zona de apuestas y juegos, admiré desde lo lejos el juego de puntería. Me sentí confiado, ya había ganado muchas veces ahí y tendría oportunidad de lucirme.
—Tae...
—Voy a cumplir mi promesa, aquí estamos.
—Yo sé que lo lograrás.
—Hay que ver. —Por supuesto que voy a ganar, ni hay que mencionarlo.
Los ojos conocidos del señor que estuvo atendiendo el lugar hace tiempo me observaron. Pedí una ronda de tiro para derribar las latas que suelen ser las más sencillas, como siempre, la atención de la gente se posó sobre nosotros cuando logré derribar dos latas en un tiro. Solo bastó un tiro más para derribar todas las latas. Los aplausos surgieron de inmediato, al igual que la sonrisa de Yangmi.
—Es el oso más grande, joven. —El señor ya sabe que yo siempre exijo el más grande y bueno...
—Genial. —El oso se fue con ella.— Es para ti.
—Gracias Tae, eres realmente genial.
—Es cuestión de suerte.
Yangmi sostenía al peluche mucho más grande que ella con una ternura increíble, si no hubiera sido por el mensaje que hizo vibrar mi bolsillo le hubiera dicho lo linda que se veía. No tuve que tomar mi tiempo en identificar al que escribía, sabía que era Matt avisándome que no faltaba mucho para que la carrera comenzara. Bueno, hay un dilema con eso. Yangmi sabe que asistí a algunas carreras, pero ella jamás fue a una porque de cierta manera no quería que se involucrara con esa gente. Jamás podría avergonzarme de mis amigos... pero no es un bonito panorama admirar a todos ebrios revolcándose sobre la tierra de la carretera abandonada.
Sin embargo, ella es perfecta para ayudarme ahora. Jungkook jamás habría aceptado mi invitación así que...
—¿Sucede algo?
—Sí... en realidad, justo ahora tengo una competencia y...
—¿Tienes que irte? —Hay desilusión en su expresión.
—Sí, pero quería llevarte conmigo par-
—¡Sí, me encantaría!
—Pero necesito a alguien quien corra junto a mí en la motocicleta y...
quería saber si quisieras experimentar esto conmigo.
—Por supuesto que sí.
¡Joder, es un gran alivio! Por un momento dudé, pero conozco a Yangmi y sé que ella no es aburrida.
Tomé su mano y nos dirigimos hacia la calle, donde dejé la motocicleta imprudentemente estacionada. Ella puso al oso entre nosotros y con esfuerzo logró abrazarme, pero eso no fue lo más tierno, porque ella le puso el casco al oso, cosa que recordaría por mucho tiempo.
Pisé fondo y me dirigí hacia la carretera abandonada, reconociendo todo el camino que ya me sabía de memoria. No me sentí orgulloso de llevarla ahí, pero al final comprendí que no había nada de malo, se trata de ella y ella estaría feliz al igual que con todas las cosas que descubrió en mí.
Llegamos en cuarenta minutos sin disminuir la velocidad. Todo estaba listo para salir, recibí algunos gritos por parte de mis amigos ante mi retraso. Solo tuvimos tiempo para bajar al oso por seguridad.
—Escucha Yangmi, si tú caes perderé automáticamente y probablemente deberán llevarte a emergencias, así que debes sostenerme bien, junta
los dedos, si los sientes resbalosos aférrate a mi camiseta o a mi estómago, ¿vale?
—Entiendo, pero y-
—¿Vante?
Me giré al oír aquel llamado. Maldije por lo bajo, ¿iba a competir contra el hijo de puta de Suga otra vez?
—Ah, hola.
—Traes nuevo copiloto, ¿qué pasó con Jungkook?
Había notado que el copiloto de Suga sería uno de sus amigos. ¿Qué pasó con su novio?
—¿Qué pasó con Jimin? ¿Ya se cansó de verte perder?
—Escúchame cabrón, ha-
—¡La carrera está por comenzar! —La mesa de apuestas destinó a una chica para que levantara las banderas. Suga me regaló una mirada odiosa y tomó su motocicleta.
La cuenta regresiva comenzó. Yangmi se sostenía muy bien, pero sabía que sus dedos no eran tan fuertes como para aguantar, solo esperaba que llegara hasta la meta.
—¡Ahora!
Partimos con gran velocidad, me sentí confundido al divisar la señalización en desorden, seguí a Suga que llevaba la delantera por dos metros. Pisé fondo, oí un grito sorpresivo de Yangmi que me desconcentró, maldita sea, Suga está aprovechando las curvas para ganar ventaja.
Esperé que la curva más grande llegara para tener ventaja, pero comencé a ponerme nervioso por Yangmi, está aplastando mi torso con fuerza y el dolor de sus uñas clavadas sobre mi piel es una molestia para conducir. Decidí hacer todo lo posible para concentrarme, pero la mirada burlona del copiloto de Suga comenzó a irritarme.
Tomé aire, nada tenía que interrumpir mi hazaña. Estábamos a diez metros de la curva, era mi momento de llevar la delantera, pero entonces Yangmi empezó a gritar con miedo, sentí cómo lentamente sus dedos fueron abandonando mi torso. Era el momento de decidir, y decidí frenar.
—¡Tae! —Cuando estuvimos inmóviles en el comienzo de la curva, nuestras respiraciones resonaron en el vacío solitario de la carretera.
Había perdido por primera vez, en serio había perdido...
—¿Estás bien?
—S-sí... yo... ¡continúa, se hace tarde!
—No, he perdido.
—¿Qué?
—Si me detengo pierdo, la carrera está monitoreada.
—Tae... lo lamento, realmente lo lamento.
—Está bien, a veces se pierde y otras se gana.
Si se hubiera tratado de otra persona le había golpeado sin dudar, pero se trata de ella, así que...
—Ahora...
—Sostente bien, regresaremos.
Detestaba verla con esa expresión culpable, no era su culpa, fue culpa mía, no debí llevarle a un lugar así, menos a una carrera donde no sabe exactamente qué debe hacer. Jungkook era otra historia, no es tan histérico y sabe obedecer bien las órdenes, supongo que debí haber insistido en llevarlo a él.
Regresamos sin prisas, esperé el griterío y los abucheos de los demás, que por supuesto llegaron cuando me vieron desde lo lejos. Les había fallado, y bueno, que se jodan.
—¿Vas a pagar todo el dinero que perdieron los que apostaron por ti, eh? —Matt le entregó el oso a Yangmi con una expresión molesta.
—Cállate Matt.
Matt no se veía de buen humor, yo decidí no hablar con los demás, estarían muy ebrios como para comprender. Había ganado todas las carreras para ellos, pero ahora me odian por haber perdido una vez. Pues a la mierda.
Pasé de largo sin escuchar sus voces, salí del desvío y me detuve en la cancha abandonada, donde no hubiera nadie.
—Yangmi...
—Tae, en serio lo lamento.
—No, bonita. —Bajé de la motocicleta para mirarle a los ojos.— Están ebrios y son unos cretinos, esto no es tu culpa. No pude concentrarme, además la moto no está en buenas condiciones, así que no te disculpes por nada.
—¿Me lo prometes?
—Te lo juro.
Yangmi esbozó una sonrisa que alivió mi preocupación. Elevó su diestra sobre mi mejilla para regalarme una par de caricias sutiles y cálidas que me dejaron en silencio. No puedo explicar cuándo fue el momento en que la cercanía se vio reducida a nuestros rostros contemplándose a centímetros. Ella cerró los ojos y esperó un pequeño movimiento iniciado con tan solo un inocente roce.
Yo no pude respirar, tampoco pude pensar muy claro. Dejarme guiar con mis impulsos siempre me ha traído problemas, razoné eso. Luego recordé que Jungkook estaría en casa creyendo que estaba junto a Mark, no solo era la primera vez que había perdido una carrera, sino la primera vez que mentí tan descaradamente, siendo yo la persona que prefería sinceridad ante todo. Me alejé de su rostro y aclaré mi garganta, todo se desvaneció en aquel instante. Yangmi se veía más confundida que yo.
—Te... llevaré a casa.
Nadie dijo nada en el camino de vuelta, ni una sola palabra que pudiera romper esa tensión que viajaba junto a nosotros. Cuarenta minutos de vuelta que pasaron lento, casi tan lento como los segundos que conté dentro de mi cabeza.
Nuestra despedida fue incómoda, le agradecí su compañía y ella agradeció el obsequio. Todo fue terriblemente incómodo y yo me sentí tan asfixiado de esa sensación de culpabilidad en el pecho. No, es que el problema no fue que estuve a punto de besar a Yangmi, no, en serio quise besarla, deseaba hacerlo, se lo habría dicho a Jungkook en la cara
y así de una vez hubiéramos terminado esa relación que yo quiero que se convierta en amistad.
El problema es que Jungkook me gusta mucho y no quiero decepcionarle. Tampoco quiero que esa relación se convierta en amistad tan pronto, no ahora, no más adelante. Jungkook en serio, en serio me gusta. Esa fue la razón.
Conduje con velocidad, regresé al departamento con una desesperación que me carcomía el pecho. Incluso salté los escalones de dos en dos para llegar mucho antes. No pensaba en nada, solo en que tal vez los besos de Jungkook tenían mejor sabor.
Resbalé en el pasillo y me volví a levantar para correr dentro hasta la habitación, pues el computador estaba vacío. Me detuve al encontrar a Jungkook profundamente dormido sobre la cama. Aún era temprano y ni siquiera se había cubierto con una sábana. Supuse que estaba tan cansado que cayó dormido en cuestión de segundos.
Ocupé un lugar a su lado y abracé su cintura antes de besar sus labios, él despertó al instante con unos quejidos tiernos, pero aún así correspondió a mis besos de manera dulce. Entonces mi pecho se sintió tranquilo y sin aquella sensación incómoda que me quemaba por dentro, sentí paz.
—A-amor...
—No digas nada y solo déjame besarte, bebé.
Le callé con más besos que le arrancaron gemidos agudos, aquellos que me volvían loco.
Yangmi por favor quédate en el pasado, por favor.
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Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]
Fanfiction❝ Taehyung no pudo evitar que jungkook floreciera, aunque quiso protegerlo y ocultarlo de los demás, todos se habían dado cuenta de cuán hermoso se había puesto.❞ ❝ Jungkook se convirtió en una hermosa flor y ya no necesitaba a su mejor amigo, el ca...