Capítulo 31

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Taehyung salió muy temprano al sector de motocicletas para arreglar dos motos de sus amigos. Me dijo que procuraría llegar temprano para comer juntos, así que me apresuré en dejar todo listo para su llegada y ocupé el tiempo restante en lavar y doblar la ropa en el cuarto de lavado.

Dejé caer un calcetín, estaba dispuesto a levantarlo cuando algo llamó mi atención. Hay un minibar en la esquina del cuarto, lo he notado hace tiempo, pero es la primera vez que me detengo a pensar en ello. No es como si me causara interés, en absoluto, es solo que Taehyung lo puso ahí por algo y supongo que guarda cosas ahí. Miré alrededor, no estaba haciendo nada malo pero no quería que pensara que soy un fisgón.

Levanté el calcetín y luego caminé hacia el minibar, abrí su puerta delicadamente y me impresioné por la enorme colección de botellas que


descansaban dentro. He ahí la respuesta a mi pregunta, Taehyung sacaba el vino de ese lugar, ahora tiene sentido, en el refrigerador solo hay cervezas y lo demás lo guardaba aquí. Inspeccioné con calma, me cautivaron los colores y formas al instante. ¿Taehyung bebía mucho? ¿Por qué tiene una colección ahí?

Estiré mi mano y tomé una bebida sumamente helada, no reconocía la marca ni el contenido. No todo se trataba de bebidas con alcohol, de hecho varias botellas eran similares a las sodas y eran bonitas. Medité un poco, yo solo quería ver qué había dentro, no quería tocar nada, pero sentí mucha curiosidad. Tomé una botella de cristal que tenía colores extravagantes y llevaba con letras resaltantes las palabras "Fruit Drink", asocié eso con una bebida de fruta, no me digné a leer lo demás. Revisé su contenido, estaba como a la mitad y esbocé una sonrisa, Taehyung la probó.

Salí corriendo hacia la cocina para traer un vaso y regresé velozmente para verter el contenido. Tenía un color claro y un olor muy fuerte, le resté importancia cuando me concentré en beber, se trató de un sorbo inofensivo que en la lengua tenía un sabor agradable y que cuando pasó por mi garganta me quemó de golpe, no pude tomar aire, empecé a toser mientras sentía el amargo sabor de la bebida. Mis orejas ardieron y sudé cuando a duras penas logré calmar mi tos. De inmediato revisé la botella para asegurarme de que no estuviera vencida, pero no encontré datos, al menos no que yo pudiera entender. Me quedé muy confundido, más por la extraña sensación dulzona que tenía mi lengua y la amargura que picaba mi garganta. Me pareció recordar los besos de Taehyung cuando estaba ebrio...


Lo pensé mucho y finalmente decidí darle una segunda oportunidad al jugo. Tomé aire y suspiré para calmar mis nervios, tomé otro sorbo similar al anterior, la sensación fue la misma pero en un nivel menor, es decir, la sensación en la garganta seguía ardiente pero no tan amarga y el sabor dulzón tuvo más protagonismo. Me sentí más confundido, hice memoria, no creí probar algún caramelo que pudiera dañar el sabor de lo que bebía. No lo pensé de nuevo, probé una vez más y noté un cambio, aunque aun existiera ardor y amargura, el sabor dulzón me atrajo como nada, era indescriptible. Bebí varios sorbos más hasta que el contenido se terminó del vaso. El aroma a caramelo o fruta se sentía ene el ambiente, qué curioso.

Serví otro vaso y me terminé la mitad de un solo golpe, me atoré con el repentino ardor que aun no terminaba de gustarme del todo, pero ahí estaba de nuevo ese sabor delicioso que bailaba en mi lengua. Esbocé una sonrisa, me sentí feliz y solté una risa estridente como si me hubieran contado el mejor chiste del mundo. Intenté levantarme del piso sosteniendo en una mano mi vaso, sentí un mareo repentino, abrí los ojos, debería ser más cuidadoso. Tomé otro trago que terminó con el contenido del vaso, esta vez no tosí pero solté un jadeo, eso había sido demasiado. Aún así, me encargué de levantar la botella y servir un poco más, ya casi no había mucho, mis manos no podían atinar, derramé la mitad y la otra que llenó el vaso la tomé sin dudar. ¿Por qué bebidas tan deliciosas tenían botella pequeña, eh?

Caminé hacia adelante y me sentí más mareado y comencé a reírme de mí mismo por caminar de manera tambaleante. Dejé el vaso y la botella olvidados sobre la lavadora, miré alrededor y cuando vi mi ropa interior reí con tanta fuerza que juraba que los vecinos podrían escucharme.


—Jungkook eres toda una perra —dije riendo mientras tomaba una tanga, la misma que usé con Taehyung hace semanas— y aún así él no te quiere.

Me apoyé sobre la secadora y deslicé mis pantalones junto al bóxer hasta el piso y grité de felicidad como atinándole a la puntería. Un entusiasmo bárbaro me llenó, me sentía tan feliz como nunca. Batallé por más de cinco minutos para que la jodida tanga subiera por mis piernas, se veía enredada y mal puesta, solo al final pude ponérmela correctamente y salí caminando por el pasillo. ¿Qué es lo que estaba haciendo?

Una parte inentendible de mí decía que solo me quedara sentado, pero yo sentía que debería moverme, que hacía falta un poco de música para ambientar el lugar. Ingresé a la habitación sosteniéndome de la puerta, mi cabeza giraba, o eso sentí y yo gritaba con un "u-hu" cada vez que incrementaba. Las cosas se alejaban de mí, cerré los ojos, todo estaba bien pero de pronto volvían a alejarse. El mareo se fue y yo corrí tratando de alcanzar el closet antes de que se alejara de nuevo, me abracé de él y solté otra risita. Luché tratando de abrir las puertas, pensé que deberíamos cambiarlas porque no abrían. Por fin una logró hacerlo, pero golpeó mi frente, maldije en voz baja y al ver la ropa de dentro olvidé todo lo demás.

—Oh Tae, mi amor. —Mi voz sonaba distante, como si no fuera yo quien las estuviera diciendo.

Tomé la ropa de Taehyung y por error algunas resbalaron al piso, repetí seguidamente el "ups" y reí pisándolas con mis zapatos a punto de zafarse de mis pies y que terminé dejando abandonados en cuatro pasos más.


—Huele rico —susurré y dejé caer mi cara contra el promontorio de ropa que había desordenado. Me dejé ahogar por el aroma masculino y delicioso de Taehyung impregnado en su ropa, me aferré a ella con las manos y solté jadeo. Una sensación placentera recorrió mi cuerpo y comencé a respirar profundamente, hacía mucho calor y solo tenía la necesidad de restregarme en contra del lugar.

Empujé un poco para levantar mi cara, no medí la fuerza y retrocedí velozmente algunos pasos, no pude estabilizarme, seguí caminando hacia atrás haciendo inevitablemente la caída sobre la cama. Giré cuando estuve sobre ella y reí sin parar divirtiéndome a todas ganas. Llegué a la orilla, me levanté dificultosamente y comencé a jalar mi camiseta tratando de quitármela hacia abajo, no pude, me sentía atrapado por mi propia camiseta. ¿Qué tipo de ropa era esa? ¡No la compraría nunca más!

Brinqué hacia la puerta y me sostuve del tabique para salir con calma hacia el pasillo.

—¡Bua bua bua! —Grité con fuerza y reí de nuevo, qué divertido se siente todo, quiero flotar pero tengo miedo de volar, ¿y si me voy lejos y ya no regreso? No, no, yo soy un chico de hogar, no hago esas cosas.

La puerta sonó, vi en cámara lenta cómo Taehyung ingresó al departamento con una de sus chaquetas favoritas de cuero y unos pantalones de mezclilla exquisitos. Esbocé una sonrisa de felicidad eterna y los latidos de mi corazón se dispararon. Era mi hombre.

—¡Amor! —Grité. Intenté caminar hacia él con velocidad pero todo se movió instantáneamente, tuve que sostenerme de la pared que quería escapar de mí de nuevo.


—¿Jungkook? —Taehyung me dio encuentro a la mitad del pasillo, yo me aferré a él y le di un abrazo, mientras no paraba de sonreír.

—T-te estuve... ¡esperando!

—¿Estás ebrio? —Él me separó tomando mis hombros para mirarme a la cara. ¿Qué pregunta era esa?

—¡No, jamás! Yo... yo no bebo. —Negué con la cabeza y me aferré de nuevo a su pecho.— Amorcito.

—Espera, no te muevas. —Taehyung me ayudó a sostenerme de la pared cuando él se separó de mí para ingresar al cuarto de lavado. Yo caminé lentamente hacia el lugar, tratando de seguirle. Él sostenía mi botella de jugo.

—Mierda Jungkook, esta es de las fuertes y además se debe mezclar. — Yo reí, qué chistoso suena "mezclar".

—Amor, ven aquí. —Susurré juguetón. No quería que tuviera esa expresión molesta en su carita.

—Te subió muy rápido, ¿en qué estabas pensando, Jungkook? Es un minibar... ¡es una bebida alcohólica!

—Es juguito —dije haciendo un puchero.

—Me sorprende que estés tan feliz, las chicas lloran si beben esto por primera vez, así de puro y...

—¡Cállate y ven aquí! —Levanté mis brazos, sentí que iba a caerme, me sentía muy bien. Taehyung corrió a abrazarme y yo me aferré a él y luego dice que no le gusto, es un mentirosito.

—Jungkook, te llevaré a la cama.


—Ya te estabas tardando. —No paré de sonreír, él soltó un suspiro.

—Vas a dormir

—Contigo...

Él quiso llevarme pero yo me opuse, quería que hiciéramos el amor en el pasillo. Taehyung me levantó de pronto entre sus brazos, yo olvidé en qué estaba pensando y reí.

—Colabora por favor.

Todo se movía alrededor, Taehyung me llevaba en brazos cual princesa y yo acariciaba su rostro con mi mano que aún podía ver moverse. La habitación iluminada apareció, ¡tadadadadá tadadadá, como una luna de miel! Sentí la suavidad de las sábanas debajo de mi espalda y aprisioné a Taehyung entre mis brazos jalando de su cuello para que no se alejara ni un centímetro, también enrosqué mis piernas en su cintura al notar que quería levantarse.

—Eres muy guapo, mi amor...

—Jungkook, déjame, tienes que dormir.

—Quiero cogidita.

—Jungkook...

—Me puse esto para ti —le dije con entusiasmo, dejando libre su cuello y para que así pudiera admirar mi ropa interior.

—Vale, vale.

—¿Te gusta? —Tomé sus manos para que no se alejara.

—Sabes que sí, ahora duérmete.


Logró zafar una de sus manos de mi agarre y se estiró para tomar una almohada, yo aproveché el momento para empujarle con toda la fuerza que aún tenían mis manos, haciendo que cayera sobre el otro lado de la cama. Me monté sobre su regazo y sostuve sus hombros. No, no, no. Él no iba a ningún lado.

—Cógeme, cógeme, cógeme.

Me moví torpemente sobre su entrepierna, haciendo todo lo posible para que la partidura de mi trasero rozara de lleno su pene. Gemí ante la sensibilidad del ligero toque.

—Jungkook, en serio, estás ebrio y-

—¡Yo no bebo! Yo soy... s-soy un buen chico que espera que... su hombre de parta el culito.

Solté una risita e incrementé el ritmo de mis movimientos, no pude evitar jadear al sentir ese bulto rozándose con mi entrada que seguramente estaría a la vista luego de que mi tanga estuviera mal acomodada. Escuché un jadeo reprimido por su parte y sonreí maliciosamente.

—J-jungkook no...

—Tú quieres, por eso d-dejaba que me rozaras el pene al dormir —solté una risa— y también por eso a tu mamá no le gustaba que durmiera en tu casa.

Era cierto, a la señora Kim no le gustaba mucho que Taehyung y yo durmiéramos juntos en su casa, a veces pensaba que podía leer mis pensamientos cuando empezaba a descubrir mi sexualidad.

Afortunadamente mi madre no le veía lo malo al asunto así que dormíamos más veces en mi casa. Dejaba que él me abrazara antes de


dormir y que se pegara a mi cada vez más mientras avanzaba la noche, subía mis piernas y dejaba mi trasero a su disposición, él pegaba su pene y solo así podíamos dormir bien. Nadie se atrevió a hablar sobre el asunto, pero él y yo lo sabíamos muy bien, aunque él pensara que yo no me daba cuenta de nada en absoluto.

—¿Qué dices?

—Que lo sé, siempre has querido cogerme.

—Estás ebrio —susurró. Entonces tomó mis caderas con sus manos y me ayudó a moverme con más velocidad, ya no era suficiente. Estaba muy nublado, acalorado y excitado. Comencé a saltar sobre su pene, él movía su cintura hacia adelante haciendo las colisiones más placenteras.

—Q-quiero que me embaraces. —Lo dije en serio, como si eso fuera una posibilidad.— Quiero tener un hijo t-tuyo.

—Kookie... tonto.

Jadeaba sin parar, el movimiento intenso aceleraba mi corazón y mis latidos, respiraba con la boca muy abierta, sin poder separar mi vista del rostro atractivo de Taehyung y de esa manera excitante de morderse los labios.

—Nos vamos a casar... f-follaremos más, tendremos bebés y envejeceremos juntos —dije sonriendo, Taehyung soltó una risa.

—El "follaremos más" me gusta.

Todo me dio vueltas, de pronto tenía a Taehyung sobre mí, mirándome con una expresión bonita que me estremeció. Logré sentir las sábanas acariciando mi espalda. Mi piel ardió ante las caricias de sus manos, por


eso jalé de su cuello para abrazarme más a él. Taehyung intentó buscar mi boca, pero yo la esquivé, no, no, no, los amigos no se besan. Reí.

Estiró mis piernas a los lados y deslizó un poco mi tanga para que no estorbara. Se alejó de mí para contemplarme desde su lugar entre mis muslos.

—Q-quiero tu pene... ¡quiero!

Me mordí los labios al observar cómo deslizaba el cierre de su pantalón y cómo bajaba su ropa hasta que su pene saliera a la vista. Era grande y yo sentí una punzada en la entrepierna, mh sí, yo quiero.

—¿Te gusta, eh?

—Quiero d-de tu leche, mi amor. —Oí su risa profunda y con toques eróticos.

—¿De mi leche?

—S-soy un bebé que quiere leche de su hombre.

—Mierda, Jungkook...

—Dámelo.

—¿Vas a chupármela?

—¡Sí! —Claro que iba a chupársela al amor de mi vida, claro.

Taehyung se bajó de la cama, intenté levantarme creyendo que iba a huir, pero me detuve al saber que solo estaba deshaciéndose por completo de esos molestos pantalones. Regresó conmigo, se acercó a la orilla y jaló mi cuerpo hasta el mismo lugar. Tomó mi rostro con cuidado y lo acercó hasta su entrepierna, era una posición incómoda para mí, pero cuando pude tener su pene cerca de mi rostro, no me importó. Tomé su


gran tamaño con mi diestra y comencé a meter la punta a mi boca. Acercó sus caderas y mi mano fue retrocediendo hasta la base de su pene porque él se empujó más adentro. Mi boca se llenó de él por completo, me fue difícil respirar incluso si solo había metido la mitad.

—Vamos bebé, vamos.

Cerré los ojos. Cerré mis labios alrededor de su extensión, mi lengua se movió sobre el pequeño espacio que tenía e hice todo lo posible para llenarle de humedad. Aún no estaba completamente listo, pero él inició las embestidas y yo lo recibí sin poner excusas. Sentí arcadas cuando logró aterrizar cerca de mi garganta y aún así gemí ahogadamente lleno de placer.

Saqué su pene de mi boca para tomar un poco de aire, mientras masturbaba su húmeda extensión entre mis dedos. Su respiración pesada chocó en contra de mis labios, y la fría sensación que sintió mi barbilla me hizo saber que tenía mucha saliva resbalando por mandíbula. Esbocé una sonrisa traviesa y volví a meter su pene dentro de mi cavidad bucal esta vez con más lentitud, aunque esto solo resultara al inicio, porque sus embestidas rápidas y necesitadas retornaron nuestro ritmo.

Respiré profundamente por la nariz a medida que me faltaba el aire para seguir. Sentí las tambaleantes caricias de sus dedos sobre mi trasero. Gemí cuando encontró mi entrada y comenzó a acariciarla con pequeños toques y rasguños. El chasquido de mi boca siento embestidas retumbaba por mis oídos, abrí los ojos y apreté mis muslos con fuerza sin poder controlar mis emociones y mi nivel de excitación.


Él abandonó mi boca, me empujó con torpeza, volví a caer de espaldas en tanto un peso adicional se sentía sobre la cama. Reí sin saber la razón. Reí cuando abrió mis piernas y las subió sobre sus hombros.

—Te haré muchos bebés, bonito.

—Soy tu perra. —Reí de nuevo.

—Sí, lo sé.

Yo con inocencia permití que rozara el glande sobre mi entrada, gemí ruidosamente cuando entendí que estaba muy sensible y con los nervios a flor de piel. Moví mis piernas, logré bajarlas hasta la altura de sus brazos. Él intentó volver a subirlas para comenzar a metérmela, pero yo actué con más velocidad y le empujé con fuerza, tanta que logró alejar totalmente su cuerpo del mío.

—Los amiguitos no cogen —susurré feliz, riéndome de la situación. Los amiguitos no cogen, ¿y qué somos él y yo? ¡Amiguitos!

De pronto sentí nauseas incontrolables, me levanté de golpe, caí de rodillas sobre la alfombra del piso y me levanté como pude, cubriendo mi boca para que nada saliera de ahí, al menos no antes de llegar al baño. Resbalé en la entrada del baño, me sostuve del tanque y sin esperar más me dejé vomitar en la taza. Una sensación horrible me estremeció la espina dorsal, temblé. Sentí esa horrible sensación que te aprieta el estómago y que te impide cerrar la boca porque el vomito quiere salir. Esa sensación que te quema la garganta sintiendo la acidez gástrica salir de una vez. Respiraba agitadamente, pero aún así logré sentir las manos tibias de Taehyung que palmeaba mi espalda con cuidado, sentí mucha vergüenza de que él me viera en esas circunstancias. Sentí más asco de lo que ya sentía.


—Calma, está bien, bebé —susurró.

Las arcadas regresaron con más fuerza. ¡Qué asco, qué asco, qué asco! Grité internamente. Vomité de nuevo y terminé expulsando los últimos residuos tosiendo ya sin fuerzas. Me sentí vacío y avergonzado, jalé la cadena pensando que el vomito y la situación bochornosa desaparecerían juntas. Taehyung me ayudó a levantarme, abrazando mi cintura con cuidado. Me aferré al lavamanos del lado y estiré mi mano para que el agua corriera, lavé mi boca, mis manos y luego mi cara. Qué asco, qué as-

—Sécate, ya estás limpio —me dijo con calma, como si no importara que yo haya estado vomitando asquerosamente junto a él. Me entregó una toalla y yo sequé mi rostro con rabia, antes de dejarla caer contra el piso.

—T-tae... —comencé a llorar.

—No llores, está bien. —Me abrazó, yo me sostuve de él para no caer. ¿Qué estaba sucediendo conmigo? ¿Por qué vomité? ¿Por qué me sentía tan mal de pronto? ¿Por qué?

Él me cargó una vez más entre sus brazos y me llevó hacia la cama. No hicimos nada más, él no me lo permitiría, todo estaba arruinado y yo totalmente desanimado. Cubrió mi cuerpo con las sábanas y se aseguró de que las almohadas tuvieran una posición cómoda debajo de mi cabeza.

—Tae, lo siento... —Cerré los ojos.

—Olvídalo. Duerme y estarás mejor mañana.


—Te amo. —Creí que lo estaba pensando porque mi voz resonaba, no sé si dentro o fuera de mi cabeza.

—Descansa, bonito.

Me dejé vencer por el sueño y el cansancio, aunque necesitara más que nada los brazos de Taehyung. El sueño fue más fuerte que el vacío y la necesidad, y caí rendido.











Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora