Capítulo 28

419 45 1
                                    


Despertamos cuando el sol se mostraba por lo alto, dejando su inmensidad en cada espacio de la habitación. Podía jurar que aún eran las once de la mañana, pero el reloj marcaba las dos de la tarde de un día soleado y lleno de energía.

Jungkook se acurrucó un poco más a mi pecho cuando me moví torpemente tratando de liberar mi brazo paralizado aún situado debajo de su cabecita. Entonces me rendí y dejé caer mi cabeza sobre la almohada y solté un suspiro, él estaba ahí conmigo y todas las preocupaciones se esfumaron. Sí, tenía un prominente dolor de cabeza y me dolía la espalda por la posición incómoda en la que me había mantenido durante mucho tiempo, sin embargo todo quedaba reducido en comparación a lo que llenaba mi pecho de felicidad.

Acaricié sus mejillas con cuidado, anhelando su pacifica expresión sin poder disimular una sonrisa tonta. Él abrió lentamente los ojos luchando

ante el brillo de la luz y cuando su visión se hizo más clara, esbozó una sonrisa pequeña y me abrazó fuertemente, ahogando un chillido infantil. Entonces muy dentro dije "a la mierda con todo, somos felices".

—¿Buenos días?

—Buenos días... —susurró antes de levantar su cabeza y besarme con el mismo entusiasmo del último beso de anoche.

Sostuve su cintura, apreciando cada centímetro de la suavidad de su piel contrastante con la de mis brazos. Nos fundimos aún en ese calorcito tenue pero reconfortante de nuestro espacio entre las sábanas, siendo algo más que solo compañía.

—¿Dormiste bien, bebito?

—Shí mi vida.

Reímos bajito ante nuestro tonto tono de tortolos hablando de miel, aunque finalmente estaba entre nosotros y se quedaría muy dentro de nuestro corazón. ¿Tiene importancia? ¿Sentido? ¿Relevancia? No. ¿Para nosotros? Sí.

—¿Sabes qué hora es?

—No.

—Es la hora de una segunda rondita.

Jungkook estalló en risas por la frase, yo me quedé tratando de afrontar la seriedad del asunto. ¿Es que acaso no sabe que la cogida de reconciliación tiene segunda y tercera parte? Sigue un ritual, no es una cogida de odio que llega a los limites, no, tampoco era una cogidita casual de "vamos a quitarnos el estrés", estaba justo en el medio, no tan

intenso como uno se lo imagina, no tan sutil como puede imaginarse.

Simplemente perfecto.

—¿No te bastó con lo de ayer?

—No, quiero más.

—¿Y no tienes hambre?

—Hambre de ti, mi vida.

Ambos estallamos en risas desafinadas sin poder contenernos y cuando el momento pasó, nuestras bocas volvieron a encontrarse con ese sentimiento de necesidad que todavía seguía causando el mismo impacto en mí; desborde de sentimientos de difícil expresión, incontenibles. Mis manos resbalaron de su cintura hasta su trasero y con cuidado se internaron entre sus muslos hasta encontrar su entradita, solo para jugar con ella con leves roces que confirmaban aún el recuerdo de haberme metido ahí, porque definitivamente aún se sentía muy abierta y caliente.

—Amor...

—Debes estar muy rosadito, mh.

—Sí, lo hiciste con mucha rudeza, tonto.

—Pero te gustó.

—Tae, eso n-

—Porque cuando empezaste a gritar yo te dije "bebé, cállate que vendrán a quejarse" y tú dijiste "me importa una mierda, más mi amor, a-así, justo así, ¡oh así! Así amor" —dije imitando su tono nasal al gemir.

Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora