Capítulo 6

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Nuestras tres primeras semanas de relación no estuvieron tan mal, de hecho no estuvieron nada mal. No hay discusiones, tampoco peleas absurdas, todo es pacífico y tranquilo, cómo desearía que fuera así siempre, sí. Seguimos una especie de rutina que comienza de dos maneras:

La primera manera comienza con Jungkook despertándome por las mañanas con esa tonta manía de enredar sus piernas en mi cintura para que no pueda levantarme, al menos no sin él. Usualmente terminamos cogiendo y pedimos el desayuno del restaurante del frente, sin embargo la mayor parte del tiempo es él quien lo prepara, que prácticamente es lo mismo.

La segunda manera comienza conmigo haciéndoselo a Jungkook con mucha energía, por supuesto es mi manera favorita y la que se ha estado repitiendo toda la tercera semana. No alcanzamos al desayuno después de dos rondas y pedimos algo de comer del restaurante del frente.

Está muy interesante para ser el inicio de nuestra relación. Tenemos más tiempo libre luego de que las pasantías dieran por finalizadas hace días, aunque ya lucieran como tal desde la exposición de las calificaciones del proyecto. Me gusta pasar el tiempo con él, tampoco ha venido nadie de


visita y Jungkook me ha estado sobornando con comida cuando deseo salir de fiesta. Nada de qué lamentar.

—¡Ah, sí! Despacio...

—Mh, estás tan estrecho, bebé.

Las últimas estocadas fueron certeras, hicieron que Jungkook gritara sin poder contenerse incluso si mi mano cubría su boca para que ningún ruido saliera de ella. Dejé que mi cabeza reposara sobre su nuca, aspiré el dulce aroma de su cabello poco antes de venirme en su interior.

Por momento fuimos solo respiraciones pesadas recorriendo cada espacio del reducido espacio del baño del tren. Fui yo quien estiró su mano para tomar las toallas desechables del lugar para limpiarnos, porque Jungkook luchaba por no resbalar del lavamanos y manchar su pantalón con residuos de su semen sobre sus manos.

Una bonita manera de romper la rutina y viajar a Busan.

—Pueden atraparnos, ¿te imaginas ser arrestados por esto, amor?

—Bueno, no me molestaría del todo.

—Tonto.

Cuando Jungkook terminó de lavar y secar sus manos, mirándome con unos fingidos ojos molestos, me dejó abrazar su cintura.

—Me vas a decir que no te excitó más hacerlo aquí.

—Cállate, mh. Debemos salir de inmediato, todos van a pensar que sucedió algo aquí.

—Está bien, paranoico. Ve tú primero, yo saldré en un minuto.


Jungkook terminó por esbozar una sonrisa después de empujarme débilmente para que le diera espacio hacia la puerta. Fue él quien salió primero, dejándome solo en aquel pequeño baño, por supuesto que me reí. Aquello había hecho mi día y tenerme a mí de buen humor, significaba todo un día lleno de diversión.

Salí con calma después de un minuto, incluso si algunas chicas me miraban descaradamente tratando de llamar mi atención. Hallé mi asiento junto a Jungkook y tomé mi lugar al lado de la ventana, porque nunca había venido a Busan, así que quería saber cómo era la ciudad en donde Jungkook creció. Estaba muy seguro de que toda la gente sería bastante amable, tal y como lo es él.

—Amor.

—¿Sí?

Giré la cabeza cuando él me llamó. Me llamó la atención ver aquel montón de notas y folletos bajo su poder. Soy consciente de que estos días ha estado muy ocupado con la preparación del viaje, realmente no entiendo qué tanto hay que preparar, va a visitar a su madre y el recorrido lo conoce de memoria, no hay nada más qué hacer. Sin embargo él no ha parado, sus llamadas secretas tampoco. Podría decir que me está engañando con alguien más si no fuera porque le llama "mamá" a la otra persona.

—No debemos desempacar, solo nos quedaremos esta noche y mañana temprano regresaremos a Seúl, ya tengo todo reservado.

—¿Cómo que regresaremos mañana? Ya casi serán las cinco, no tenemos tiempo de conocer nada.

—No hay nada qué conocer, amor.


—Bebé... Mark, Suzy, Matt y Jack me pidieron que comprara algo para ellos.

—Compraremos regalos en la estación, no hay problema.

No quise decir nada, solo solté un risita, porque él lucía muy tenso, tal vez porque estábamos a cinco minutos de llegar. Comienzo a creer que realmente tiene problemas con su madre, pero problemas sumamente jodidos, tanto como para verla solo unas horas.

Me quedé viendo el paisaje casi borroso de Busan bajo la oscuridad del atardecer despidiéndose, hasta que pisamos tierra firme. Yo tuve que cargar las maletas porque Jungkook temblaba como una hojita en otoño, mientras esperábamos la llegada de un taxi.

—¿Bebé?

—Tae yo...

—Le has dicho a tu madre que estoy saliendo contigo, ¿no?

—Claro que sí, ella... sabe de ti.

—¿Estás bien? Te pusiste pálido.

Jungkook ya me está preocupando, ¿le teme a su madre? Por la manera en la que se está comportando supuse que es difícil para él afrontarla.

—Sí. Solo no olvides que mañana temprano regresaremos a Seúl, ¿de acuerdo?

—¿Es por tu madre? ¿No quieres verla mucho tiempo?

—Eh... sí. Ella es una mujer muy difícil de tratar, amor, no tienes idea. Así que le darás un saludo, luego iremos a dormir y mañana nos marcharemos.


—Pero tú dijiste que querías verla con muchas ansias y que ella deseaba ver tu título profesional y...

—Sí, claro que sí.

Un taxi interrumpió nuestra conversación. Me apresuré en subir las maletas, antes de abrir la puerta para que ambos ingresáramos. En el trayecto él no dijo nada, yo me dediqué a contemplar la ciudad llena de luces y lugares que lucían divertidos. Podríamos visitarlos si no fuera porque Jungkook está muy incómodo aquí.

De pronto recordé haber visto ciertas calles en una película, no recordaba el nombre ni los actores, menos el drama, pero sí la escena. ¿De qué escena se trataba?

Llegar a la casa de Jungkook no tardó mucho. El entusiasmado fui yo, porque su casa era bonita y bien decorada. Todas las luces se hallaban encendidas, incluso la colindante con la cerca, ¿cómo una mujer problemática o difícil podría vivir en un lugar tan bonito?

Él y yo nos miramos a los ojos en el momento en que el taxi tomó otro rumbo, dejándonos varados en la acerca. Esbocé una sonrisa para tratar de tranquilizar a Jungkook.— Todo va a estar bien, ¿de acuerdo?

—Claro...

—¿Me veo bien? —Arreglé mi cabello gentilmente. Bueno, conocería a su madre, no podía simplemente lucir mal.

—Claro que sí.

—Es obvio, me refiero al cabello.


Él esbozó la primera sonrisa desde que llegamos y me robó un tímido beso. Luego abrió la cerca y avanzó por el caminito de piedras talladas del suelo hasta la entrada de su casa, yo le seguí arrastrando las maletas que hicieron un ruido molestoso. Aquello causó que la puerta se abriera mucho antes de que nosotros la tocáramos.

Su madre era una mujer bajita y bastante atractiva que no dudó en abrazar a Jungkook en cuanto se encontraron. Cualquiera podría pensar que se trata de una madre y un hijo que se adoran y que se han extrañado muchísimo, así lo pensé yo. Aunque había imaginado un saludo menos cariñoso, incluso hostil, pero ellos se aman. Sé que mi novio está a nada de llorar, la manera en la que respira le delata, pues así me abraza cuando se pone emotivo.

Ella levantó la cabeza algunos milímetros, se encontró con mis ojos y dejó de pestañear, me miró de una manera tan sorprendida que me comenzó a poner incómodo. ¿Jungkook no le habló de mí?

—Oh mamá. —Jungkook se separó de ella y tomó mi mano para presentarme a su madre.— Él es... es Taehyung, mi novio.

—Es un placer...

Estiré mi mano para que ella la tomara, así lo hizo, mientras yo me inclinaba educadamente.

—El placer es mío, señora.

La incomodad siguió amontonándose cuando ella se negó a soltar mi mano. ¿Qué debería hacer en ese tipo de momentos? No tengo experiencia con suegras.

—M-mamá, deberíamos entrar. —Eso bebé, ¡sálvame!


—¿Qué? —Ella movió la cabeza a los lados, como saliendo de una ensoñación y soltó mi mano.— Ah sí, claro, pasen.

Jalé las maletas dentro y me encargué de dejar mis zapatos muy bien ordenados, solo para dejar una buena impresión. Más tarde nos condujimos hasta la cocina de donde un aroma delicioso llamó la atención, era la cena, el mejor momento de la noche.

—Preparé comida occidental, espero que te agrade, hijo. —¿La señora acaba de llamarme "hijo"?

—Oh, nunca la probado, pero claro que me gustará si usted la preparó.

Ella esbozó una sonrisa cuando sirvió mi plato con doble ración. ¿Jungkook le habrá dicho que suelo comer un "poquito" más los días que me ejercito? Como sea, todo es bien recibido. Nunca probé comida occidental, así que será una gran experiencia, Jungkook solo cocina comida coreana y a veces italiana.

—Mamá, ¿no pudiste preparar otra cosa? —Jungkook lucía muy irritado cuando empezamos a comer.

—Creí que... les gustaría.

—Claro que nos gusta señora, está sorprendentemente delicioso. — Intervení como un buen chico. Tampoco mentí, la señora Jeon cocinaba tan bien como su hijo, me sentí bendecido.

—Es bueno saberlo hijo, disfruta tu comida.

Muy contrario a todo lo que mi novio dijo, ella es un amor de persona. Durante toda la cena nos dijo palabras bastante amables y reconfortantes, nos felicitó a ambos por haber obtenido nuestro título profesional y nos dio helado de postre. Por algún motivo me recordó a mi


madre y sentí una melancolía dulce, quizás porque el lugar en sí, se sentía reconfortante. Todo fue realmente agradable.

—Entonces... Taehyung y yo descansaremos en mi habitación.

Luego de dos horas amenas de conversación, nos levantamos dispuestos a visitar la habitación de Jungkook. Deseaba poder conocer cómo fue el lugar en donde él creció.

—Claro, espero que descansen bien.

—Igualmente señora, gracias por el recibimiento —le dije haciendo una reverencia. Ella sonrió debido a mí. Está claro, ella me amó y qué madre no me amaría.

—No agradezcas eso, hijo. —Es que ella sigue llamándome hijo.— Oh, eres realmente alto —me dijo, tomando una de mis manos—, eres alguien muy atractivo, ya casi eres un hombre.

¿Ok?

—Gracias señora...

Emh...

—Bueno mamá, nos vemos mañana. —Jungkook jaló de mi brazo y me llevó hasta las escaleras que conectaban con el segundo piso.

Pensé en las extrañas palabras que dijo la señora Jeon mientras iba subiendo las maletas, pero les resté importancia cuando llegamos a esa habitación. Jungkook dudó un poco antes de abrir la puerta, pero terminó por abrirla cuando le impulsé a hacerlo. La emoción era evidente en mí cuando encendió la luz. Emoción que se fue desvaneciendo en el momento en que admiré aquella habitación casi vacía, ¿qué? ¿No hay


cosas? ¿Juguetes? ¿Posters? ¿Dónde está la adolescencia de mi novio?

—¿Esta es tu habitación?

—Sí...

No iba a juzgar su adolescencia, porque yo no recuerdo la mía. Así que tan importante no es... supuse. Me lancé sobre su cama, agradeciendo que sus sábanas se sintieran suaves debajo de mi espalda.

—Bebé, quiero hacértelo, ven.

—Tae, ¡mi madre está en la casa!

—Sí, pero no en esta habitación.

Él me lanzó una almohada y se acomodó a mi lado para abrazarse a mí de la manera posesiva en la que le gusta.

—Eres un tonto...

—¿Qué hice mal, eh?

—Ser tan lindo, eres demasiado lindo con la gente.

—¿Me vas a decir que te pusiste celoso porque fui educado con tu madre?

—Claro que no...

Cerramos los ojos, disfrutamos del silencio que reinaba en cada rincón. Dejando que el cansancio del viaje poco a poco se apoderara de nuestros cuerpos. Seríamos solo sueños en cuestión de minutos, así que solo nos dejamos llevar.

—Ojalá nunca recuerdes... —susurró Jungkook sobre mi pecho.


Yo quise preguntarle a qué se refería, pero el sueño me transportó a otro mundo, uno más tranquilo y soñador. Me quedé dormido.









Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora