Capítulo 14: Namjoon

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No pude conciliar el sueño ni por un solo segundo, todos los recuerdos y los pensamientos que invadieron mi cabeza durante muchos años regresaron para atormentarme.

Siempre hubo una duda, siempre estuvo el pensamiento "malo" que puse lejos en caso de estar equivocado. Sin embargo, alguno de los pensamientos "malos" finalmente han sido traducidos en verdades que me negaba a creer. El dolor es enorme y aun así continué deseando dormir creyendo que nada de eso había ocurrido. Deseaba despertar en la ignorancia y ser feliz, incluso si se trataba de una mentira con la que podría llegar a morir, yo realmente hubiera sido feliz.

Ingresé al edificio con calma, como sabiendo que mi visita no cambiaría el curso de las cosas. Seguí de largo hasta las oficinas del fondo y me sorprendí al encontrar a Seokjin esperando en uno de los sofás del pasillo, pues en el fondo aún contenía la esperanza de que pudiéramos detener el tiempo e ignorar todo lo demás en un arrebato de locura, no lo sé.

—Hola...

Seokjin levantó la cabeza y me saludó con un gesto incómodo. Él se encontraba tan afectado como yo, lo noté en las profundas ojeras sobre sus ojos bañados de un tenue rojo en muestra de cansancio.

—Buenas tardes, por favor pasen —dijo el abogado, sosteniendo la puerta para que pudiéramos ingresar.


Tomamos asiento en frente del enorme escritorio de madera brillante, sobre el cual reposaba una serie de documentos pertenecientes a nuestra familia.

—...

—El proceso de divorcio puede ser veloz si ambas partes facilitan las cosas, sin embargo no me es suficiente tener la presencia de ambos en esta oficina si no expresan su voluntad. —Cho siempre fue un buen abogado. Él manejó todo el asunto de Seokjoon cuando llegó a nuestras vidas y lleva todos los papeles de la empresa de una manera brillante. Él haría que el proceso fuera más rápido si así lo pedíamos—. Tal como lo manifestó el señor Namjoon al solicitar la ruptura de este vínculo, así que debo preguntarle al señor Seokjin si también está de acuerdo.

Seokjin jugó con sus dedos de manera nerviosa y torpe sobre sus rodillas, bajó la cabeza un momento para suspirar y luego levantó la vista.

—Sí...

Él está de acuerdo... vale, él está de acuerdo...

—De tal manera podemos hablar de los temas relacionamos a su matrimonio buscando una solución justa y fácil. —Cho movió un par de hojas que dejó cerca del borde—. Kim Seokjoon, tendrá una custodia compartida, ¿de acuerdo?

—Sí —repetimos ambos.

—Una person-

—Yo me haré cargo de la manutención. Seokjin tendrá en la casa al bebé y estará bajo sus cuidados.


Yo no podría alejar a Seokjoon de Seokjin, no cuando sé que le necesita más que a nadie en esa etapa. Yo no podría otorgarle los cuidados que el bebé requería, por lo tanto creí que sería lo más adecuado.

—Gracias... —susurró Seokjin.

—Correcto. El bien adquirido dentro del matrimonio podría venderse y el dinero ser repartido a partes iguales.

—Cho, me gustaría que se quedara con Seokjin, debido a que el bebé...

—No —Seokjin interrumpió—, yo quiero que se venda por favor.

Aquello me tomó por una sorpresa totalmente dolorosa. Era el hogar de nuestros sueños, Seokjoon estudiaría cerca en un buen lugar y viviría en un lugar seguro. ¿Eso puede cambiarse por el dinero?

—¿Está de acuerdo, señor Namjoon?

—Sí...

—Entonces se pondrá en venta. —Marcó un par de puntos sobre las fotocopias—. En vista de que los temas relacionados al divorcio han sido solucionados puedo proceder. Durante las siguientes semanas recibirán una serie de documentos que deberán firmar y finalmente el acta de nulidad. Es todo por ahora.

Nos levantamos de los asientos para despedirnos de Cho con un apretón de manos, luego salimos al pasillo después de abandonar la oficina. Caminamos en silencio durante todo el trayecto hasta la puerta del edificio.


Vale, estaba hecho, finalmente todo se había terminado, mi vida también.


—Pensé que no vendrías... —En serio lo pensé tanto, intentando hacerlo realidad.

—Decidí hacerlo.

La brisa fría de la tarde a punto de desvanecerse sobre la noche me golpeó las mejillas. No dijimos mucho hasta que alcanzamos tres esquinas a caminata y llegamos a una cafetería con una barra de fondo.

—¿Gustas entrar?

Él asintió sin dudarlo e ingresamos al lugar que comenzaba a apagar las luces fuertes de los asientos, para encender las tenues y coloridas para la noche. Tomamos asiento en la barra y decidí pedir una botella de whisky. Él no dijo nada sobre ello, tal vez porque sabía que lo necesitaba.

—Por favor no preocupes a Jungkook con esto, no quiero que se sienta culpable de algo que no le corresponde.

No quería oír nada de Jungkook por ahora. Serví una porción de líquido en dos vasos y lo deslicé hacia su lado. Yo tomé mi porción de un solo trago y continué sirviendo un tanto más, tratando de soportar el ardor sobre mi garganta.

—Vale.

Su móvil empezó a sonar y él se apresuró a cortar la llamada.

—...

—Puedes contestar si gustas.

—Lo haré después.

—¿Quién era?


—Nadie.

—¿Seokjoon se encuentra seguro?

—Sí, le pedí a la señora Min que cuidara de él.

—Me alivia.

El silencio nos absorbió. Éramos dos almas rotas mirando a la nada dentro de un vaso casi vacío.

—Namjoon, debo confesarte algo...

—Adelante.

Llené el siguiente vaso hasta el borde y pensé en que tendría un gran descuento en mi sueldo debido a mi falta sin justificación al trabajo.

—Tú nunca has sido el esposo perfecto que creías ser, ¿sabes? Dejé pasar todos tus errores y los asumí porque creí que dentro de un matrimonio debería existir la comprensión. Al menos era lo que profesabas y jamás ponías en práctica. Señalabas cada error mío y olvidabas los tuyos.

—...

—Aún así dejé que todo pasara porque mi amor era más grande que lo demás.

—¿Quieres decir que mi amor nunca fue grande?

—A veces parecía que no.

—Seokjin...

—Estuviste todo un mes entero buscando tu ascenso a costa de todo, llegabas por la noche tan cansado que ni siquiera te atrevías a saludar al


bebé y salías por la mañana muy temprano cuando nadie te oía, ¿tienes una idea de cómo me sentí cuando te vi diez minutos al día durante un mes?

—¿Crees que no fue difícil para mí también? Ustedes me hacían falta, pero pensaba que se merecían un lugar mejor y mi sueldo no abarcaba eso.

—Éramos felices en el primer departamento, tal vez era pequeño pero nosotros éramos felices ahí.

—...

—Ken apareció entonces y... ¿sabías que los vecinos me preguntaron si él era el padre de Seokjoon?

Terminé la mitad restante del vaso de manera veloz y puse mis codos sobre la barra cuando me sentí algo mareado. Seokjin empezó a sollozar y yo me quedé mirando el temblor en mis manos.

—...

—Por un momento dudé.

—Con mi hij-

—Me sentí solo y herido como nunca me había sentido, entonces me lastimó saber que la única persona que realmente se preocupaba por mí había sido Ken. Todo ello me impulso a verlo, ¿de acuerdo?

Entonces yo fui el culpable, me sentí estúpido por todo, sobre todo por haberme casado.

—¿Por cuánto tiempo se vieron?

—Dos semanas.


Esa fue la base que construimos con la confianza que juramos proteger. Él había ganado, tal y como lo planeó desde un principio, me venció, lo admito.

—¿Llegó a tocarte? Dime, ¿lo hizo?

—S-solo una vez...

Seokjin cubrió su rostro con ambas manos y empezó a llorar. Yo tuve la intención de sacar desde adentro la rabia que ejercía presión sobre mi pecho, rompiendo todas las botellas y vasos sobre la barra. Quise seguir el impulso de mi rabia e ir a buscar a ese hijo de puta y matarlo a golpes por haberse atrevido a acercarse a lo que más amaba. Sin embargo entendí que nada de eso podría retroceder el tiempo y devolvernos la felicidad que se había desvanecido hace mucho.

—Perdóname —porque después de todo, yo tenía parte de la culpa.

—Namjoon... perdóname tú por favor.

Contuve las lágrimas, no quería que los demás comenzaran a juzgarnos.

—Olvídalo.

Solo olvídalo, jamás mencionaste eso y jamás lo supe. Solo olvídalo.

—Nam...

—Ya no quiero saber nada más, los secretos ya no serán importantes para mí.

Saqué mi billetera para pagar la botella y me moví de mi asiento para pedirle a Seokjin que se levantara, era hora de marcharnos. Entonces caminamos fuera del establecimiento con lentitud, porque yo sentí


algunos mareos. De pronto la noche apareció ante nuestros ojos, oscura y sin la compañía de la luna.

—Nam. —Seokjin secó sus lágrimas con la manga de su suéter—.

Regresaré a Busan con mis padres.

—¿Estás seguro?

—Sí, el enojo de nuestro matrimonio ya pasó, ellos quieren conocer a Seokjoon.

—Si quieres que crezca en Busan, está bien, puedo solicitar una transferencia de puesto hasta ahí.

—Sí, sí...

No fuimos capaces de levantar la vista para mirarnos a los ojos.

—Sobre lo de ayer... quiero decirte que mentí al decir que solo amaba al Seokjin de la universidad. Yo te amo por sobre todas las cosas desde entonces.

—También te amo por sobre todas las cosas, Namjoon.

Asentí cuando no pude tragar el nudo que se había formado en mi garganta tras oír su voz rota.

—Debo... irme.

—Sí, yo... tengo que ver que Seokjoon se encuentre bien.

Extendimos nuestras manos para despedirnos en con el apretón de manos más doloroso de nuestra historia, porque fue el primero. No hubo besos ni susurros de amor, solo una fría brisa que rozaba nuestros labios con pena.


—Adiós.

Adiós a lo que alguna vez tuvimos. El adiós que daba inicio a la relación de un hijo en común, que ponía nuestros pies sobre la realidad.

—Adiós.

Retrocedí lentamente, él se giró siguiendo el camino contrario al mío. Mi corazón se aprisionó en sí mismo y me fue difícil respirar. Nunca imaginé que una despedida podría matarme en vida, porque sentía que me moría.

Me detuve y observé la espalda de Seokjin alejándose a lo largo de la calle, entonces grité su nombre. Él se detuvo para mirar en mi dirección al escucharme.

—...

—Jin, ¿hubiera funcionado? ¿Esto pudo haber funcionado?

—Tal vez sí, quizás en otra vida tú y yo logramos ser felices...

Las personas que cruzaron del otro lado de calle inundaron el lugar, empujándonos e impulsándonos a avanzar. Nuestros pasos se movieron abruptamente, no pudimos luchar cuando la presión de los empujones terminó por alejarnos definitivamente. Giramos para seguir el ritmo de los demás y desaparecimos en medio de todos, iniciando un nuevo camino propio y diferente al que tuvimos.





Jungkook, el chico flor ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora