Capitulo XVI: Ensoñacion excesiva.

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Kara 18:43

No fui de Eduardo esta mañana, me fui directo a lo de Melissa por que necesitaba hablar con alguien, le conté todo lo que está pasando con Lena y lo que dijo fue que ella sola se va a dar cuenta de lo que hizo, no pude lograr controlar mis llantos, mis ojos están rojos por llorar todo el camino a casa pero esa chica me hace tan bien, agradezco haber parado a comprar en esa joyería hace 5 años atrás. Es una chica dulce, tan buena y da muy buenos concejos, me duele todo lo que esta pasando con Lena pero de alguna manera Melissa hace que duela menos. De todos modos no quiero ver a Lena.
Ya estamos a 30 de junio y el frío se siente, los parques no están tan llenos como en enero, los días son más cortos y las noches más largas.
Me voy a duchar para bajar mi dolor de cabeza, luego me pondré hielo para la hinchazón de mis ojos rojos, no iré a ver a Eduardo así.
Prepare ropa para la noche ya que Eduardo me invito a cenar con su familia, al fin los conoceré después de tanto que hablamos.
Me metí al baño y desaté mi pelo el cual se encontraba con una trenza cocida, saque mi ropa y la tire en el cesto de ropa sucia, me adentré a la ducha caliente dejando caer el agua en mi cabeza.
19:30 salí de la ducha y me vestí con un pantalón blanco, un top negro, una campera de Jean y unos bolseó de color negro. Seque mi cabello con el secador de pelo y luego deje las ondas naturales formarse en mi cabello, quede con Eduardo a las 20:30 y ya son las 19:45, el vive un poco lejos así que a las 20 hs voy a salir para allá.
No paro de pensar en Lena, a cualquier hora del día ella está ahí presente en mi cabeza, son 5 años con ella clavada aquí en mi corazón y no puedo sacarla. Me puse hielo en mis ojos y al cerrarlos la vi a ella, vi sus ojos color esmeralda, su cuerpo tan Perfecto, su rostro, vi cada parte de ella las cuales extraño.
Lena, Lena ¿Que hare contigo? Ahora lo que queda es esperar aunque me destroza la espera, pero aún así no quiero verla.

20:26

En el camino pare a comprar unas golosinas para las niñas, para comer lleve 2 docenas de sushi y ahora me encuentro parada frente su puerta esperando ser atendida por Eduardo o por su esposa Ariana.

—¡Hola! Pasa por favor— Eduardo es quien abre la puerta saludando a la Kara con un beso en la mejilla.

—gracias, permiso— Dice la rubia pasando por la puerta.

—Kara, ella es mi esposa Ariana— Eduardo señala a la mujer que estaba parada en la sala.

—Es un placer conocerla, Eduardo habla mucho de ti— la rubia se siente un poco o nerviosa pero aún así toma la mano de Ariana.

—Por favor dime Kara, me haces sentir vieja— Kara larga una pequeña risa y desvía la mirada a dos chicas adolescentes sentadas en el sillón. —¿Y esas hermosuras?— La rubia deja su bolso en el respaldo de la silla mientras se da vuelta para mirar a Eduardo.

—Son mis hijas. Isabella, Miranda vengan aquí— Eleva un poco la voz Eduardo llamando a sus hijas. —Isabella tiene 14 y Miranda 16 son adolescentes ya sabes— Kara ascendió con la cabeza sonriendo. —Ella es nuestra invitada K...— Edu fue interrumpido.

—¡¡¡KARA DANVERS O POR DIOS, NO PUEDE SER— Miranda interrumpió a su padre mientras que esta saltaba de emoción y tapaba su cara. —¿Eres real?— Miranda tocaba el rostro de Kara y luego su mano. —OMG TIENE PULSO, ¡¡SI ES REAL!!— Miranda rodea con sus brazos a la rubia haciendo que esta la abrazara también.

—Claro que soy real pequeña— Omite Kara mirando a la rubia la cual estaba emocionada. —¿y qué hay de ti Isabella?— Claro que Isabella estaba muda sin poder creer lo que estaba pasando.

—Yo....hola— Levanta su mano moviéndola de un lado al otro.

—Ven aquí— dice Kara abriendo sus brazos los cuales luego son rodeados en la espalda de la rubia menor de 14 años.

Mis ojos en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora