Capitulo LXXII: ¡Te amo infinitamente!

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Kara 7:20

Al llegar a casa todo se sentía tan extraño, paso un año y cuatro meses desde que estoy en coma y es extraño volver ya que no puedo recordar nada sobre mi vida excepto a Lina, Lucien, mi esposa y mis hijos. Me siento rara por que aunque recuerde a mi esposa no puedo recordar a mi familia ¿tengo familia? Creo que eso lo discutiré con Lena más tarde.

—Amor...quiero ver a los niños— dijo Kara queriendo despertar a sus hijo pero es demasiado temprano.

—Mi vida...espera hasta que se levanten, es demasiado temprano para ellos y después no van a querer dormir y yo tengo sueño— dijo Lena mirando a Kara quien tomó a Lena de la cintura y la atrajo hacia ella.

— ¿y si nos desvelamos?— Omitió Kara sintiendo la mano de Lena en su nuca.

—Me encantaría, pero quiero dormir amor— Lena le hizo un puchero tiernito y Kara lo entendió.

—Bien, pero mañana no te salvas— subieron las escaleras y Kara le dio una nalgada a Lena, quien sonrió mirándola.

Me metí en la ducha, necesitaba una después del tiempo que no pude dármela, se sintió tan relajante hacerlo y lo más extraño es que siento qué pasó un día, pero mi suegra murió, que no la recuerdo pero se que era grandiosa sino Lena no estaría tan triste.
Salí del baño de una de las habitaciones de la casa ya que la mía y de Lena está ocupada pro mis hijos. Salí desnuda, así como dios me trajo al mundo mientras que Lena contemplaba mi abdomen yo me secaba mis partes y mi espalda.

—¿Puedes secarme la espalda?— dijo Kara y Lena se levantó de inmediato soltando el libro que tenía en manos. Llegó al lado de Kara y comenzó a secarle la espalda lentamente, Kara se dio vuelta quedando cara a cara con Lena, quien sonrió mirándola y no tardó mucho en besarla.

—Los días sin besarte se hicieron eternos, llevaba días sufriendo viendo cómo poco a poco tu aroma se iba desvaneciendo, me encanta despertarme y sentir tus brazos, me muero de angustia cuando no te tengo al lado. Este año y medio ah sido un infierno, no se como lo soporte estando tan lejos de tus besos— dijo Lena y luego besó a su esposa apretando una de sus nalgas, es la segunda parte favorita que ama de Kara después de su abdomen.

—sin recordar nada pude extrañarte, un sentimiento mutuo que me aleja cada instante.
Me aleja de ti rumbo a lo desconocido, mis párpados pesaban para poder abrirlos, me hubiera encantado poder haberte tenido en mis brazos, poder haberte escuchado las noches que pasaste llorando. No fue mi culpa pero tampoco fue tuya, ni el destino por que fue solo otra prueba para pasarla amándonosaq, lo ah logrado por que en cada alto y bajo tú estuviste ahí, te amo hoy y te amo siempre. Mi amor es incondicional estando o no de frente, mi dulce amada, mi dulce esposa yo te amaría por mil años aunque todo esto quede en mi memoria— se besaron apasionadamente y Kara tiró a Lena en la cama, Lena se sacó su chaqueta y comenzaron a besarse fogosamente tocándose la  una a la otra, olvidando el resto del mundo, sólo concentrándose en sus bocas, ojos y oídos. Es como si existieran solamente a ellas, tocando sus cuerpos sintiendo esa brisa leve que entra por debajo de la puerta, se extrañaron tanto que no pueden pasar ni un minuto más separadas y sin tocar su piel, sus bocas son y están hechas tal para cual, ella se complementan son la una para la otra, son hechas para estar juntas y destinada por el resto de sus vidas y quizás, solo quizás en la siguiente vida también estén juntas. Lena tenía su boca en el oído de Kara, la cual tenía su mano recorriendo su cuerpo hasta que llegó a su zona íntima metió sus dedos con tanta presión que eso generó que Lena soltara un gran suspiro y luego un leve gemido, recordando que los niños están en el final del pasillo en la puerta de la derecha.
Sintiéndose, suspirando, gritando el nombre de la otra una mañana excelente para despertar el día, pero para ellas era la mañana perfecta para haberse desvelado, en vez de dormir decidieron poder tener relaciones, hacer el amor para no extrañarse más. Kara puso su cuerpo encima del de Lena quien rápidamente clavó sus uñas en la espalda de la rubia, suspirando y jadeando el nombre de Kara Danvers.

Mis ojos en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora