39,5. Danza.

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Este capítulo venía ANTES del 38 "Encanto" pero decidí no subirlo porque el 37 estaría entre dos "XX,5"... y no lo iba a publicar realmente pero en los últimos capítulos he tenido varios comentarios de team Nanami así que esto va por ustedes, les amo.

—¡Shokue-sama! ¡Gojo-sensei! —la presencia de los alumnos de primer año interrumpe la sala de profesores. Es normal ver tanta emoción en Itadori y Kugisaki, pero verla en Fushiguro logra captar la atención de los esposos. Nanami está con ellos también, leyendo el periódico, bebiendo un café y compartiendo un postre con Shokue.

—¿Qué sucede? —pregunta Satoru, pues su esposa tiene la boca llena.

Los tres extienden una papeleta a ambos. Shokue la toma entre manos para examinar su contenido, traga antes de leer en voz alta.

—"Competencia de baile" —declama—. ¿Quieren que les prestemos dinero para inscribirse o algo? —los tres niegan.

—Siga leyendo —indica Nobara.

—"Competencia de baile" —repite—. "Inscripciones abiertas. Solo se aceptan parejas." ¿Quieres una pareja, Kugisaki?

—¡¿Eh?! ¡¿Por qué soy yo a la que le pregunta?! —reclama ofendida, gira a ver a sus compañeros quienes se encogen de hombros— ¡No! ¡Deme eso! —molesta arrebata el papel de las manos de la más temible y señala las letras pequeñas— ¡Solo se permiten mayores de edad!

—Ajá...

—¡El premio son 120 mil yenes!

—Ajá...

—Si quieren el dinero podemos solo prestárselo —responde Satoru, sabiendo que Shokue no es muy buena captando indirectas. Los tres niegan, y descubre una vez más que quizás no es más listo que Shokue—. ¿Entonces?

—El ganador se llevará un perro enorme de peluche —anuncia Yuuji—, ¡y Fushiguro lo quiere! ¡Por favor, participen y gánenlo!

—Eh —murmura Shokue, entrecerrando los ojos—, te puedo comprar un peluche, ¿sabes?

—Es una edición limitada, de diseñador —responde Megumi—. ¿Podrías ganarlo por mí?

—De acuerdo —anuncia, incluso su mirada parece brillar—. Satoru, vamos a inscribirnos ahora mismo y ganar ese perro.

—¿Eh? —gruñe su esposo— ¿Lo ves? Lo conscientes demasiado, Shokue, ¡tiene 15 años y todavía no quiere comerse sus pimientos rojos! Se un poco más dura con él. Dile que no.

—Imposible —masculle, frunciendo el ceño y estrujando la papeleta de información—. No puedo negarme si Megumi me lo pide.

—Creí que no eras una sentimental —habla por fin Nanami, dando una mordida a su pan.

—No lo soy —asegura, severa. Es mentira, lo es, y Megumi es una de sus debilidades más grandes—, pero es un peluche y 120 mil yenes. Satoru, por favor.

—Me rehúso —niega el más fuerte—. No pienso pasar vergüenzas por un peluche. Si tanto lo quiere que se lo robe o algo.

—No seas una mala influencia para los alumnos —regaña, molesta—. Bien, si no quieres participar pues jódete —se pone de pie y se sacude las migajas del vestido—, le diré a Utahime o a Shoko y ninguna va a negarse, ellas si me quieren —antes de dirigirse a la puerta toma otro pan de la caja que le llevó Nanami—. ¡Vamos, alumnos!

—¡Sí! —exclaman los tres, dejándose despeinar uno a uno por la aterradora mujer antes de seguirla a la puerta.

—Shokue —llama Nanami, cerrando su papel periódico y dejando su taza vacía sobre la mesa de centro.

Hambre ;; JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora