Cuando Shokue despierta ya no está en el metro. Reconoce la habitación de la enfermería del colegio, la iluminación tenue, el olor a desinfectante. La cama es muy cómoda, la sábana muy calentita y la almohada esponjosa. Remueve un poco su cuerpo para volver a dormir.
—¡Shokue! —pero antes de poder retomar su siesta, Suguru se acerca a su cama y le sacude el brazo. Con él se acerca también Haibara. A pies de la cama nota a Nanami, Gojo y Shoko.
Los ve uno a uno antes de volver a cerrar los ojos.
—¡No te duermas! —le reclama su primo.
—¡Pero estoy cansada! —se lamenta entre lloriqueos.
—Shokue-san —llama Haibara, sujetándole el hombro. Su toque es reconfortante, sus manos son suaves a pesar de lo fuerte que son sus golpes, y su tono es cálido—, ¿cómo te sientes?
—Hambrienta —responde como siempre, sonriendo de lado—. Vamos a comer hamburguesas.
—De acuerdo. Pero, por ahora, descansa hasta que te sientes mejor.
Se alegraba de haber escogido seguir viviendo.
—Te enfrentaste a dos maldiciones de clase especial —anuncia Shoko un rato después, mientras Shokue devora una hamburguesa de pollo. A su lado Haibara también come una. Se las ha comprado Suguru—, "Turen, el observador". Supuestamente había sido derrotado hace años por el clan Kamo, pero al parecer estaba escondido en esa estación como un útero maldito. La otra maldición no tenía nombre, pero ya había asesinado a otros tres chamanes. Yaga-sensei dice que es un milagro que estés viva.
—Lo es —afirma mientras come, asintiendo con la cabeza—. ¡Casi muero!
—¿Cómo lo lograste? —pregunta Nanami— ¿Cómo estás viva? Apenas puedes devolverme un golpe.
—Es difícil de explicar —murmura, desviando la mirada—. No lo sé muy bien, usé técnica inversa o algo así y además pude restaurar mi energía maldita y tal.
—Lo estás diciendo como si fuera fácil —acusa Yuu—. Ni siquiera Gojo-kun sabe usar técnica inversa y él es clase especial.
—Creo que tiene que ver con mi maldición —divaga—. Estoy muy cansada —lloriquea al fin—, no quiero hablar de esto. ¡Me dará indigestión!
—Bueno —interrumpe Gojo Satoru, que hasta ese momento solo observaba la escena en silencio—, con dos maldiciones grado especial en el bolsillo, quizás eres más fuerte que tu primo —y burlesco señala a Suguru, quien solo rueda los ojos y suspira.
—¿Eh? —sonríe ella, emocionada— ¿En serio? ¡Genial!
—No es tan bueno como piensas —masculle el otro Geto—. Eres diferente —"Y a ellos no les gusta lo diferente" recuerda las palabras de Yaga—. Ahora los altos mandos saben de tu maldición, Shokue. Saben que eres un contenedor.
Ante la mirada de aflicción de Suguru, Shokue frunce los labios y el ceño.
—Geto Shokue —llama su profesor, ingresando a la enfermería. Interrumpiendo a sus estudiantes—, tienes una reunión con los altos mandos y el director de la escuela.
—¿Ahora? —masculle, afligida por las recientes palabras de Suguru.
—Ahora —afirma Yaga—. Es sobre tu maldición.
Había una razón por la que Suguru y ella intentaban mantenerlo como secreto.
Al final del día era una maldición.
Y las maldiciones eran maldiciones donde sea que estuvieran.
—Shokue —Suguru la detiene antes de salir al pasillo. El agarre de su brazo es firme, más fuerte que nunca—, si intentan hacerte algo... —frena sus palabras y aprieta los dientes—. No importan las consecuencias, debes salir de aquí.
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Hambre ;; JJK
Fantasy"Uno dice «vamos»" La historia de como Geto Shokue y Geto Suguru, dos primos inseparables, tomaron caminos distintos. "Y el otro dice «estoy cansado»"