Mientras Satoru salvaba a Riko, y mientras Suguru supervisaba a Shokue, Misato Kuroi, la sirvienta, había sido secuestrada.
Nada de lo que nuestro trío maravilla no pueda encargarse.
—¡Eh! ¿Okinawa no es un paraíso vacacional? —señala Shokue en cuanto se le informa de las noticias— ¡Suguru, llévame a comer chanpuru!
—¡¿Chanpuru?! —reclama Satoru— ¡Piensa en grande! ¡Iremos a comer santagi hasta reventar!
—¡Genial! ¡Suena divertido!
—¡¿Se pueden tomar este secuestro en serio?! —interrumpe una afligida Amanai Riko— ¡Kuroi está en peligro!
—¡Iremos a salvar a Misato-san y después comeremos santagi a montones! —asegura Shokue, con una sonrisa y cierta brusquedad se echa a Riko a la espalda, cargándola de caballito— ¡Preparados! ¡¡Listos...!!
—¡¿Qué haces?!
—¡Iremos a Okinawa! ¡Vamos!
—¿Sabes dónde está Okinawa, Shokue? —suspira Suguru.
—Como a veinte minutos en auto —responde, con una seguridad que hace reír a Gojo— ¡Es en serio! ¡Fui ahí la semana pasada!
—Estás pensando en Kanagawa —corrige su primo, y mientras suspira baja a Riko de la espalda de Shokue y la deja en el suelo—. A Okinawa hay que ir en avión.
—¡Eso suena mejor!
De una u otra forma acaban en Okinawa, donde tuvieron de rehén a la mujer solo un par de horas. Llegaron al lugar del secuestro y en cuestión de cinco minutos la salvaron.
¡Ahora era momento de disfrutar la playa!
—Eh, ¿cómo que Shokue no es hombre? —ríe un burlesco Satoru al ver a su compañera en traje de baño, señalándola con el dedo índice— ¡Esto es nuevo!
—Te comeré —advierte, frunciendo el ceño.
—Ustedes dos —suspira Suguru, acomodándose la camiseta azul de botones. El estampado de flores amarillas iba a juego con el traje de su prima, aunque su camisa era amarilla y sus flores azules—, estamos en una misión, ¿sí? Sean serios.
—Eh —gruñen ambos—, eres tan aburrido —ruedan los ojos e intercambian miradas de disgusto. Tal gesto lo hace fruncir el ceño y arrugar la nariz.
—Bien, mátense, me da igual —acaba de descubrir que le enoja más verlos llevarse bien que verlos llevarse mal.
—Ahora que lo mencionas —interrumpe Riko—, ustedes dos son gemelos, ¿no? —señala a los Geto, inclinando un poco la cabeza.
—Somos primos —aclara Suguru, con una suave sonrisa—. Yo soy el mayor.
—¿Ah? ¿Primos? —repite sorprendida, abriendo mucho los ojos— ¡Son iguales! ¡Incluso en altura! Hasta yo pensé que Shokue-san era hombre.
—Eh —masculle la acusada, dolida por el comentario. Satoru estalla en risas ante las palabras del envase y la reacción de su compañera. Normalmente Shokue le reclamaría, pero en esta ocasión solo toma un fuerte respiro mientras cierra los ojos y deja una lágrima caer por su mejilla—. Mierda —susurra muy bajito, con la voz quebrada.
—¿Por qué estás llorando? —murmura Suguru, aguantando una risita. Extiende su mano a ella y le limpia las lágrimas con el pulgar; hace unas horas la vio devorar la mano de un tipo y reírse ante su horror, se sienten como dos personas distintas.
—Nanami-kun me dijo lo mismo —recuerda, suena en verdad triste—, y sé que Haibara-kun también lo piensa —toma un respiro para sorberse los mocos—. ¿Será esa mi verdadera maldición?
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Hambre ;; JJK
Fantasy"Uno dice «vamos»" La historia de como Geto Shokue y Geto Suguru, dos primos inseparables, tomaron caminos distintos. "Y el otro dice «estoy cansado»"