—Haibara Yuu murió en su última misión. Su cuerpo se encuentra en la morgue.
Siente que el mundo le cae encima. Que se derrumba encima de ella y le golpea el cuerpo entero como la marea intentando derribar un barco.
Ni siquiera se pone sus zapatos ni se cambia la pijama, ni siquiera intercambia miradas con Yaga, no se detiene cuando llaman sus nombres en los pasillos, solo sale de su habitación y corre hacia el lugar, rezando que sea mentira. Una terrible broma de mal gusto. La peor de todas.
Haibara Yuu no podía estar muerto.
En la morgue están Nanami Kento, cubriendo sus ojos, y Geto Suguru, quien cubre un cuerpo con una manta blanca.
—Yuu-chan —susurra entre jadeos. Le parece que ha corrido una eternidad. Tiene la boca seca y la mirada nublada—, Suguru... ¿dónde está Yuu-chan?
Lo estaba viendo, ¿por qué le preguntaba esas cosas?
No.
Si sabía porque se lo preguntaba.
—Shokue —murmura, desviando la mirada y cerrando los ojos, incapaz de enfrentar su mirada, ese rostro de sufrimiento iba a atormentarlo toda la vida.
Lo maldeciría
—Lo siento mucho.
—¡Yuu-chan!
Solo un alma en pena podía gritar de manera tan dolorosa.
—¡Yuu-chan! ¡Despierta!
Intenta correr hacia el cuerpo, pero su primo la detiene, abrazándose a ella para empujarla fuera de la morgue.
—Lo maldecirás —advierte, sintiendo que su propia voz se rompe. Siente su dolor, son un reflejo del otro después de todo.
—¡Yuu-chan! —solloza entre gritos— ¡Déjame verlo! ¡Debe ser un error! ¡Yuu-chan! ¡No puede estar muerto! ¡No puede!
—¡Shokue, por favor!
Debe usar toda su fuerza para contenerla, para mantenerla contra la pared del pasillo y detenerla de acercarse al cadáver. Está tan dolida que maldecirá su espíritu, y si lo hace no podrá perdonarse después.
Su cuerpo por fin se rinde, y cual muñeca de trapo cae en brazos de su primo.
—Yuu-chan... Él... Yo... Yo le juré que iba a protegerlo...
Se abraza con fuerza a Suguru y esconde su rostro en su hombro.
Y llora.
Entre sollozos y gritos, llora como la niña que es.
Nanami Kento sale de la morgue y se acerca a ambos, ella levanta el rostro para verlo, él también tiene la cara cubierta de lágrimas, y entre manos carga la toalla húmeda con la que se cubría el rostro hace unos momentos.
Lleva algo más en su otra mano.
Un peluche.
Un panda.
—Shokue —murmura, se lleva el panda al pecho y lo estruja un poco—, Haibara lo compró para ti... Dijo... —su voz se quiebra, carraspea un poco para disimularlo, intentando disipar el nudo que tiene bien atorado en la garganta— Quería dártelo hoy al volver...
Se arrodilla delante de ella y desvía la mirada, incapaz de verla a los ojos al notar todo el dolor que está sintiendo. Le coloca el peluche en manos, ambos están temblando.
—Lo siento mucho, Shokue. Lo siento, yo debí...
Antes de dejarlo terminar, Shokue suelta a Suguru y abraza a Nanami. Ella se aferra a su uniforme y él se aferra a sus brazos, escondiendo sus rostros en el hombro del otro.
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Hambre ;; JJK
Fantasy"Uno dice «vamos»" La historia de como Geto Shokue y Geto Suguru, dos primos inseparables, tomaron caminos distintos. "Y el otro dice «estoy cansado»"