6. Sombrío.

1.1K 197 12
                                    

Camino al colegio Shokue cae dormida, y al bajar del carro está tan cansada que debe ser cargada por Haibara.

—¿Por qué estás tan cansada? —pregunta por fin, han permanecido en silencio todo el viaje para no perturbarla.

—Comí mucho —se lamenta entre lloriqueos que al parecer de Nanami son demasiado infantiles para una chica de su edad.

—¿Te comiste todo el panal así como te comiste a la reina? —pregunta el rubio.

—Eso creo

—¿Cómo te cansas de comer? —se mofa quien la carga, arrugando la nariz. La muchacha ríe, divertida.

—Esa abeja era fuerte...

—Era al menos grado dos —afirma Kento—, y además era grande, pero no entiendo cómo eso te generaría algún cansancio. Debes explicarme mejor tu técnica.

—Eh... Quizás cuando esté menos cansada —divaga, pero en su tono nota que su promesa no es genuina.

—Fue aterrador verte comer así, Shokue-san —ríe Yū, sacudiendo un poco sus hombros para llamar su atención—. Ni siquiera había notado que tenías colmillos, son como de tigre.

—Los míos son más fuertes que los de un tigre —asegura con un bostezo. Nanami admira dichos colmillos, él los compararía con los de un tiburón... Quizás un cocodrilo.

—¿Lo son?

—¿Quieres comprobarlo? —ríe también, acercando su boca al hombro del muchacho.

—¡Ah! ¡No! ¡Nanami-kun, auxilio!

—Si le arrancas el brazo no podrá pelear otra vez. No le muerdas el hombro, mejor muerde su espalda.

—Entiendo.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Shokue-san, alejate! ¡Si abres la boca te tiraré.

—Je, je, je —su risita malévola al lado de su oído le da escalofríos al pobre Haibara, que corre en círculos como si no fuera él quien la llevara de caballito en su espalda.

—¡Auxilio! —exclama a nadie.

Y Nanami por fin ríe, haciendo sonreír a los otros dos.

—¡Shokue!

Una voz masculina interrumpe su charla. Es el primo de nuestra protagonista, Geto Suguru, y a su lado Gojo Satoru, quien come una paleta.

—¡Suguru! —exclama sonriendo y elevando las manos— Hoy no tengo hambre.

—Puedo verlo —sonríe mientras asiente—. ¿Cómo les fue en su primera misión, primer año? —y su mirar se dirige a los compañeros de su pariente, que se sienten solo un poco intimidados ante su presencia. Es un chico muy guapo, muy elegante, se siente como si estuviera a otro nivel, muy encima de ellos.

—Peleamos con abejas —responde Haibara, entusiasta—. Una colmena de grado cuatro, con una Reina de grado dos.

—Un grados dos en su primera misión, eh. No suena mal. ¿Les dio muchos problemas?

—Fue divertido —afirma Shokue, con una sonrisa perezosa—. Y comí un montón, me comí a la Reina y un panal entero.

—¡Puah! —gruñe Satoru, echando los ojos hacia atrás— Que asco.

—Fue como verla comer langosta —admite Nanami—, completa, sin quitarle el caparazón.

—Ah, de verdad eres una chica encantadora, ¿no es así, Shokue? —se mofa Suguru. Se acerca a Yū para tomar a su prima entre sus brazos y cargarla cual saco de papas a su hombro— Gracias por cuidar de ella.

Hambre ;; JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora