29. Unión.

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La siguiente vez que Okkotsu Yuuta se encuentra con Geto Shokue es en el hospital. Hacía unas horas él y Zen'in Maki habían sido enviados a una escuela para exorcizar su primera maldición; la situación había escalado y fueron tragados por un monstruo, Maki fue herida, y él tuvo que invocar a Rika-chan, su maldición, para salvarla a ella y a otros dos niños que también habían caído víctimas de la situación.

Él estaba a salvo y en perfecto estado, Maki y los niños habían sido internados. Gojo Satoru, su profesor, los acompañó a todos ahí, y a los pocos minutos llegó Geto Shokue también.

—¡Shokue! —saluda el hombre de cabello blanco, sonriendo ampliamente al verla acercarse. "Es su esposa después de todo", piensa el joven Okkotsu, "por supuesto que está feliz de verla."

—Satoru —dice ella, severa, seria, su tono es capaz de causar escalofríos en Yuuta una vez más. No cree ser capaz de acostumbrarse a tenerla cerca, nunca—, ¿expusiste a Zen'in Maki y Okkotsu Yuuta a una maldición de primer grado y a la maldición de grado especial Orimoto Rika?

—Bueno, de alguna manera debíamos saber cuál era el verdadero potencial de Rika-chan, ¿no? —responde con una amplia sonrisa, su despreocupación es preocupante para el joven maldito— Además, yo estuve ahí, nada iba a salir mal.

—Si vuelves a involucrar a los alumnos en una misión que exceda tanto su nivel voy a matarte mientras duermes.

"¡Qué miedo!" se lamenta Yuuta en su mente, aguantando las lágrimas.

—Ah, no digas cosas tan aterradoras delante de los estudiantes, querida.

—Okkotsu...

—¿S-Sí, Shokue...-sama? —tartamudea, apretando sus manos para esconder el temblor que le causa el miedo, tal como hizo el primer día que la conoció. Desvía el rostro, intentando no enfrentar su mirada con el rostro del cadáver.

—¿Cómo te sientes?

—Yo... Yo estoy bien. La maldición no me lastimó.

—No fue esa mi pregunta —se acurruca delante suyo, estremeciéndolo. Detiene el sonido de su juguete y una vez más fija su mirada directo en sus ojos, tal como hizo hace unas horas. Una mirada vacía, sin brillo. A pesar de dirigirse a sus ojos no siente que lo esté viendo, es más como si viera a través de él—. ¿Cómo te sientes?

—Aterrado —admite, frunciendo los labios, sujeta el anillo entre sus dedos para juguetear con este un poco—. Esta fue la primera vez que invoqué a Rika-chan por mi cuenta, y... Recordé un poco más sobre ella —desvía la mirada al sentir que sus ojos se llenan de lágrimas—. Creo que Rika-chan no me maldijo —toma un fuerte respiro, intentando disipar el nudo en su garganta—, probablemente fui yo quien la maldijo.

—¿Sabes? —interrumpe el profesor— Esto es solo una teoría, pero —toma un fuerte respiro y se cruza de brazos— el amor es la maldición más retorcida de todas.

—Eh, ¿no es eso algo muy cruel de decir estando casados? —masculle Shokue, devolviendo su mirada al cielo antes de ponerse de pie.

—Gojo-sensei, Shokue-sama —habla Okkotsu, suena decidido a pesar de su voz quebrada y ser incapaz de dejar de temblar—, ¡definitivamente voy a liberar la maldición de Rika-chan!

—Ver a los jóvenes tan decididos me causa hambre —suspira la mujer, extiende su mano y despeina el cabello de Yuuta, su tacto es cálido, y por alguna razón reconfortante, opuesto a su presencia y apariencia—. Iré a ver a Maki, permiso.

La ve retirarse al ritmo de su juguete... ¿O es el juguete el que va al ritmo de sus pasos? No puede decidirlo, pero nota que ese día tampoco lleva puesto un anillo.

Hambre ;; JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora