El trabajo no había acabado todavía, el envase había caído desde su apartamento. Es Suguru quien usa su shikigami en forma de mantarraya para volar hacia ella y salvarla, mientras Shokue y Satoru lo ven desde el piso.
—Estuvo cerca —comenta Satoru—. ¿Todavía no obtienes un shikigami que pueda volar? Si no fuera por tu primo estaríamos acabados.
—Pues por eso estamos aquí los tres, ¿no? —recuerda, despreocupada, desviando la mirada— El envase está a salvo —concluye, encogiéndose de hombros—. Vámonos.
—¿Ves? Es lo que te digo, la habilidad de Suguru es útil y versátil, ¿tú qué puedes hacer? —reclama mientras anda detrás de ella— Eres grado especial por tu maldición solamente, ¿no? ¿Tú qué tienes de especial?
—Ya te lo dije —gruñe, dándole la espalda para empezar a caminar en dirección al edificio—. Soy inven-
"Invencible."
Antes que Shokue pueda terminar su frase, su cuello es atravesado por un cuchillo.
—¿Ah?
Satoru ni siquiera puede procesar lo que acaba de pasar.
El cuerpo de Shokue permanece de pie unos cortos segundos antes de caer, un golpe seco. En cuanto toca el piso la sangre empieza a escurrir a montones. El café helado que todavía llevaba en manos se derrama, y el marrón claro se mezcla con el rojo oscuro.
Cuchillos vuelan hacia él, pero logra detenerlos con su técnica del infinito sin despegar la mirada de su compañera.
—Asombroso —habla el asesino—. Tú debes ser Gojo Satoru —sale de las sombras aplaudiendo, pero el mencionado ni siquiera le presta atención. Sigue viendo la sangre fluir a montones. Lo único que pasa por su mente es que no tenía idea de cuanta sangre podía alojar el cuerpo humano, era aterrador ver que el charco solo crecía y crecía—. Escuché que eras fuerte, muéstrame si los rumores son verdad.
—Te mataré.
—¡Inténtalo!
No debe intentarlo.
Lo logra.
Un disparo certero de su técnica "rojo" le deja un hueco en el abdomen. Muere al instante.
Él está paralizado.
¿Qué debería hacer?
Escucha la notificación de un mensaje caer a su celular, debe ser Suguru preguntando por ellos.
Suguru...
¿Qué le dirá?
La sangre ya ha dejado de fluir.
Por fin se acerca a ella y de rodillas en el piso la toma entre brazos, checa el pulso en su cuello, en su brazo, acerca su rostro al de ella para revisar su respiración. Sabe que es inútil, pero no puede aceptarlo.
La ve unos segundos.
Parece ver el cielo.
Por unos segundos, en el cadáver solo puede ver a Suguru.
Derrama una sola lágrima que golpea la mejilla de la difunta.
—Eh...
Tal voz espectral le causa escalofríos.
¿No estaba viendo al cielo?
¿Por qué ahora tenía los ojos bien pegados en él?
—¿Estás llorando?
Su voz lo asusta tanto que la suelta y la hace golpearse la cabeza otra vez. Retrocede, todavía incrédulo, las manos le tiemblan. ¿Un zombie? ¿Era productor de otra técnica? Extiende su mano, dispuesto a golpearla con su "rojo" en caso de ser necesario.
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Hambre ;; JJK
Fantasy"Uno dice «vamos»" La historia de como Geto Shokue y Geto Suguru, dos primos inseparables, tomaron caminos distintos. "Y el otro dice «estoy cansado»"