Durante los dos meses siguientes, Shokue aprendió que odiaba entrenar. Lo detestaba. La ayudaba a no pensar en el hambre, pero en cuanto el entrenamiento terminaba solo se sentía más hambrienta que nunca. A lo largo de la semana entrenaba su condición física junto a Nanami y Haibara, y en las noches después de sus misiones entrenaba con Gojo técnicas de combate y el uso de su energía maldita.
—Shokue —llama Satoru mientras ella yace tendida en el suelo del gimnasio. Cansada después de otro intenso entrenamiento, jadeando, cubierta de sudor—, ¿cómo te sientes?
—Hambrienta —responde, viendo fijamente techo.
—Por supuesto.
Siente un cambio en la energía de Gojo, siente el flujo, percibe como se acumula a la derecha de su cuerpo, siente como se levanta y como se impulsa hacia ella.
El puñetazo que Satoru había dirigido a su rostro no había podido tocarla, ha logrado mover la cabeza lo suficiente para no ser tocada. El suelo dónde impactan sus nudillos se rompe.
—Tu lectura de energía ha mejorado un montón, Shokue —halaga su mentor, sonriendo. La verdad es que más que la capacidad de aprendizaje de su estudiante, está sorprendido de su propia habilidad de maestro—. Esquivar los ataques de maldiciones y otros chamanes te será más fácil porque ellos suelen usar más energía que yo. ¡Y también te has vuelto rápida!
—Nanami-kun me ha ayudado a mejorar mis reflejos, y con Haibara-kun hemos estado entrenando ataques cuerpo a cuerpo y eso.
—¿Sí? No me habías dicho nada de eso, Shokue. Hey, intenta golpearme —se arroja al suelo a su lado, apoyado en su estómago sujeta su rostro entre sus manos le sonríe burlesco—, quiero ver qué tan fuerte eres.
Ella lo ve fijamente unos cortos segundos.
—Nah —concluye, devolviendo su mirada al techo, desinteresada por la propuesta.
—¡¿Ah?!
—Estoy cansada y tengo hambre.
—¡Siempre estás cansada y con hambre!
El teléfono de la menor empieza a sonar, lo saca de su bolsillo y ve el contacto de Suguru.
—Alo.
—Iba a enojarme mucho si no te veía contestar.
Al gimnasio ingresa Suguru con el teléfono en mano, lo que hace sonreír a su prima.
—Te he buscado toda la tarde, Shokue —anuncia, guardando el celular en su bolsillo—. Tienes semanas sin llamarme y como siempre vengo tarde de mis misiones ya no te he visto en la entrada.
—He estado ocupada —suspira, cerrando los ojos.
—¿Haciendo qué?
—Ya sabes —divaga sonriendo de lado—, cosas.
A su lado Satoru se ríe, divertido.
Y por primera vez en mucho tiempo, Satoru ve cómo Suguru quita esa cara de idiota que tiene todo el tiempo cuando está cerca de Shokue. Ha perdido totalmente la sonrisa, y viéndolos enarca una ceja.
—¿Ustedes dos...?
—¡Shokue-san! —Haibara interrumpe la escena en el gimnasio— ¡Una maldición de cuarto grado en la entrada! ¡Tiene forma de pollo!
—¿Una maldición con forma de pollo? —ríe, abriendo mucho los ojos y levantándose de su lugar— Genial, justo estaba muriendo de hambre. Gracias, Haibara-kun.
—Vamos rápido, Nanami-kun no tiene paciencia y no va a esperar a que llegues.
—Suguru, volveré en un rato, espérame.

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Hambre ;; JJK
Fantasy"Uno dice «vamos»" La historia de como Geto Shokue y Geto Suguru, dos primos inseparables, tomaron caminos distintos. "Y el otro dice «estoy cansado»"