43. Shibuya.

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La mañana del 31 de octubre de 2018, a las 7:00pm, una cortina se levantó en el centro Shibuya.

—Una cortina de este tamaño —gruñe Shokue, sentada en la valla del puente, sintiendo a Nanami Kento, Fushiguro Megumi e Ino Takuma acercarse a ella—. ¿No es molesto? —como siempre es acompañada por su fiel juguete, el cual suena "tak tak" al ritmo de las agujas de un reloj, la mirada perdida en el cielo, admirando el brillo de las estrellas encima de ella.

—No sé si molesto es la palabra correcta —responde Nanami, apoyándose a su lado en la valla del puente—, es preocupante...

—¿Te preocupa, Nanamin?

—Y me preocupa que a ti no te preocupe.

—Es una cortina que solo atrapa civiles —anuncia Ijichi Kiyotaka, asistente del colegio de Tokio—, los chamanes y asistente podemos entrar y salir sin problemas.

—¿Recepción? —inquiere el rubio.

—Bloqueada —responde—. Toda la comunicación debe ser fuera de la cortina, o a través de nosotros los asistentes.

—Tienes razón, Shokue, esto es molesto —suspira, arrugando la nariz y ajustándose las gafas—. ¿Dónde está Gojo?

—Ocupado —responde Shokue, desviando la mirada—, como siempre. Vendrá en cuanto pueda.

—¿No tenemos prisa?

—Si la situación fuera una carrera contra el tiempo estaría yo ahí dentro, pero no parece ser el caso. No te preocupes, esto es diferente a la noche de los mil demonios.

—¿Qué tan diferente?

—No hay maldiciones sueltas atacando civiles.

—Todavía.

—Todavía —concuerda, asintiendo—. Lo más raro es que la gente ahí dentro está llamando mi nombre.

—¿Tu nombre?

—"Traigan a Geto Shokue" —vocifera Ijichi, recitando las palabras de los civiles.

—¿Ese no es tu nombre de soltera? —recuerda Megumi, entrecerrando los ojos. Nombre de soltera que no abandonó hace mucho, vale la pena agregar, solo llevaba usando el apellido Gojo unos pocos meses.

—No hay forma de que un no-chamán sepa su nombre, Shokue-sama —interrumpe Ino, el chamán grado dos que ha estado bajo la tutela de Nanami desde que el rubio regresó al oficio. Había tenido la oportunidad de verla trabajar en una sola ocasión, pero recuerda más el miedo que sintió al tenerla cerca que la propia misión—, definitivamente alguien les dijo que la llamaran.

—¿Crees? —murmura, sacando una bolsa con un sándwich de su obi rojo— Pero ni siquiera soy tan popular entre chamanes así que sigue siendo raro —murmura, echándose el cabello hacia atrás—. Y Megumi tiene razón, Geto es mi apellido de soltera —por fin da una mordida a su alimento.

—Al inicio llamaban el nombre de Gojo Satoru —comenta Ijichi a Nanami, que es el recién llegado—, pero al cabo de unos minutos también empezaron a llamarla a ella.

—¿No podríamos solo romper la barrera? —cuestiona Megumi.

—Es complicado —admite el asistente—, después de todo la cortina no restringe el paso de los chamanes ni de ida ni vuelta. No es como que la podamos destruir con fuerza bruta, sería más fácil localizar y aniquilar al usuario maldito que invocó la cortina.

—¿Entonces estamos aquí para ayudar en esto? —continúa el joven Fushiguro.

—Nada de eso —sentencia Shokue, señalándolo. Se regaña a sí misma por hablar con la boca llena y traga el bocado entero—, están en tiempo de espera, nada más. Ustedes, Kusakabe con Panda, el imbécil de Naobito con Kugisaki y Maki, y Mei Mei con UI Ui e Itadori, todos están aquí para encargarse de lo que sea que Satoru y yo pasemos de largo.

Hambre ;; JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora