11. Cómplice.

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La mañana siguiente Panda se rehúsa a soltarse de Shokue, ha dormido abrazado a ella, quien a su vez ha dormido abrazada a su almohada, ni siquiera la ha dejado sola mientras se ducha. Como es de felpa y espuma, el pequeño peluche está sentado sobre la taza del baño, esperándola con paciencia al otro lado de la cortina.

—¿Puedes hablar, Panda? —pregunta ella, enjuagando el shampoo de su largo cabello negro. Asoma la cabeza un poco para ver la respuesta. El Panda asiente— ¿Cuál es tu nombre?

—¡Panda!

—Yaga-sensei no es muy creativo, eh.

—¿Cuál es su nombre, hermana mayor?

—Shokue —responde. ¿Hermana mayor? Le gusta como suena. Le gustaría tener un hermanito, o al menos alguien que la vea con admiración—. Geto Shokue.

—Sho-chan.

—Sí, Sho-chan suena bien —señala con una sonrisa. Termina de enjuagarse antes de envolverse en una toalla y volver a cargar a Panda, para irse con él de regreso a su habitación.

Después de vestirse y desayunar algo ligero se va directo a su salón.

—Tienes un panda —Nanami Kento señala lo obvio, apuntando al afelpado animal que ella lleva entre brazos.

—Se llama Panda —anuncia, sonriendo y sacudiendo un poco al cadáver maldito—, al parecer es la técnica de Yaga-sensei. Lo encontré anoche y lo estuve buscando para devolverlo, pero al final nos dormimos.

—Parece que te tiene cariño, Shokue-san —ríe Haibara, notando que así como ella se abraza a Panda, Panda se abraza celosamente a ella, envolviendo su mullidas patitas alrededor de su cuello y escondiendo un poco su carita entre su hombro y su clavícula. Se acerca para verlo con más detalle, pero de inmediato se esconde y se abraza más, buscando protección—. ¡Se ve adorable!

—Es adorable —admite, y otra vez le dan ganas de llorar—. Míralo, tiene un pañal y un chupete, es peludito y gordito. Lo amo.

—La técnica de Yaga-sensei le permite crear muñecas vivientes —comenta Nanami—, supongo que es como un peluche, eh.

—Nanami-kun, cómprame un peluche en forma de panda.

—No.

—¡Qué cruel!

Al salón por fin llega Yaga Masamichi, parece a punto de decir algo cuando nota a su estudiante cargando a Panda.

—¡Papá! —lloriquea Panda, extendiendo sus brazos a él.

—¿Es usted su papá, Yaga-sensei? —susurra Shokue, a quien cada vez se le hace más difícil no llorar por la ternura, tuerce los labios y cierra los ojos unos momentos— ¡Qué lindo!

—Panda —suspira Masamichi, tomándolo entre brazos—. Shokue, ¿dónde lo encontraste?

—Estaba vagando cerca del área de entrenamiento —responde, limpiando las pequeñas gotas que asoman de los bordes de sus ojos. Es una chica muy sensible, nota Nanami. Era normal llorar por perder un brazo en combate, ¿pero por un Panda? Le parecía un poco exagerado, ¿qué sería de ella cuando descubriera la crueldad de su oficio? No era su problema realmente, lo único que podía hacer era entrenarla y ayudarla a volver un poco más fuerte.

—¿Alguien te vio con él?

—Solo Suguru, Nanami y Haibara.

—Ya. Ustedes tres, por favor no hablen de Panda con nadie.

—¿Ah? —murmuran los tres, extrañados por la petición.

—Panda es un cadáver maldito, un muñeco lleno de energía maldita que tiene un núcleo que funciona como su corazón. Normalmente cuando los núcleos se quedan sin energía los cadáveres malditos dejan de funcionar.

Hambre ;; JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora