• Lavander Haze • F1

092; LUCCA

『92』

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Checo parecía gente de la maña pero con elegancia, tenía a Yuki y a Alex amarrados en unas sillas dentro del lugar en donde Aarón y Ally se casarían.

— ¿Cómo se enteraron de la boda? – el japonés miro disimuladamente al rubio que se hizo el loco
— un pajarito
— Yuki por favor dinos – hablo el futbolista – ¿con quien esta Ally?

Se miraba triste, un poco, sabia que algo así pasaría, sorprendido no estaba lo que le daba temor era que estuviera con Alonso. Pero los padres de la chica sabían con quien estaba.

— se relaciona con un croissant – para Checo fue suficiente para buscar el numero  del francés

— eres un idiota – soltó el japonés mirando al piloto de Alpine

Aaron se acerco al mejor amigo de su prometida e hizo que dejara de insistir con la llamada, el no quería forzar a nada a Ally, si ella lo amaba como decía hacerlo volvería pero sino, el esperaría como su amigo, ya lo habían hablado. Por otro lado, en la carretera en un coche "golf", el camino era silencioso, pero un silencio donde se sentía tenso todo, probablemente no fue la mejor idea pero lo hecho hecho estaba. Ally iba todo el camino con el rostro serio y lo peor de todo es que no pudo traer su celular, le preocupaba su hija aunque sabia estaría en buenas manos, estaba con Aaron y con sus abuelos, así que no había peligro pero de todas maneras le preocupaba y aun mas el no poder hablar con su prometido.

— ¿a donde vamos?

— queti

— merezco saberlo después de que arruinaras mi boda

— ni te querías casar

— ¿por qué estas tan seguro de eso? 

— porque no era yo quien estaría contigo firmando – la mexicana puso los ojos en blanco

— aun fueras el ultimo hombre sobre la tierra – lo miro – no estaría contigo

— auch – la miro de reojo – pero ambos sabemos que eso es mentira

Con un guiño coqueto termino la conversación, poco rato después la mexicana se quedo dormida, los viajes en carretera siempre le dan sueño y el simple sonido del aire la arrullaban. Pierre otro lado, intento mantenerse cuerdo durante todo el viaje, por eso no es bueno viajar de noche. Pero sonrió cuando vio su destino, Lucca era una villa muy preciosa y colorida que el francés había encontrado y le pareció un excelente lugar para estar con la mexicana.

— Ally – la movió despacio – Ally

— ¿qué quieres? – se tallo un poco el ojo 

— ya llegamos 

Con un bostezo miro un poco por donde estaban, teniendo en cuenta que estaba recién despierta no le importo, solo quería dormir y volver con tamalito. Pierre soltó un suspiro, tenia dos semanas para poder reconquistarla, pero no iba a ser fácil. Bajaron del coche  hacia el pequeño hotel de ahí, colores muy pintorescos a pesar de que ya era de noche, el recepcionista le dio una llave al francés y subieron, pero muchacho nada tonto.

— que triste 

Pierre la miro dejando ambas mochilas en el sofá.

— dormirás en el baño 

La miro mal pero esta bien debía respetar eso, llevaban tres años sin verse, no puede obligarla a nada. Antes de poder decir algo más la mexicana le lanzo una almohada haciéndolo callar, una mirada burlona le decoraba a la chica, de cierta manera, esto le recordaba cuando estaba en la academia.

— ¿Qué haremos mañana? 

El francés la miro de nuevo.

— creí que no querrías salir – la mujer lo miro mal

— me raptaste y trajiste a un lugar lindo – se sentó en la cama – para luego encogerse de hombros – mínimo llévame a turistear – aquello hizo reír al francés

— quoi que tu commandes mon amour

(lo que tu ordenes amor mío)

Pero Ally solo puso los ojos en blanco, si le había entendido.

Esa noche el francés durmió en el suelo con una almohada y una manta que Ally le lanzo, no era tan mala para dejarlo pasar frio.  Ally no pudo dormir muy bien, le hacia falta el futbolista y tamalito, tenia miedo que sucediera lo que habían hablado a inicio de temporada, no quería dañar a tamalito, sus pensamientos siguieron hasta que cayo en profundo sueño.

La mañana siguiente, ella fue quien despertó primero y reviso lo que traía el francés en su mochila, necesitaba una camisa. De su maletita solo saco el jean que traía la tarde anterior antes de la boda, se arreglo un poco y salió del baño. Se acerco a la mesa donde habían botellas de agua tomo una y bebió un poco para luego acercarse al francés y tirarle un poco en el rostro. Exaltado se despertó, parpadeo un par de veces y luego miro a la chica frente a el que traía su camisa.

— siempre usabas mis camisas después de...  – le volvió a tirar agua callándolo

— vamos ponte de pie – le hizo un ademan – quiero ir a comprar ropa por que no voy a estar usando tus camisas y ni el mismo jean de ayer – el francés suspiro poniéndose de pie

Iban a ser dos largas semanas.

...

Había logrado comprarse un par de blusas, una chaqueta y un par de tenis, que obviamente Pierre pago, todo por no dejarla agarrar su celular y cartera en el hotel. Ahora estaban desayunado, la mexicana había pedido un café que termino siendo un cappuccino y unos cannolis , mientras que Pierre pidió un expreso y un croissant.

 —¿eso no cuenta como canibalismo? – la pregunta lo confundió

— ¿a que te refieres? 

Le señalo el croissant y entendió por lo que le lanzo un pedazo de fresa haciéndola reír, tal vez la villa de Lucca si los haría reconciliarse, pero aun es muy pronto para suposiciones. 

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Tan precioso el Allierre, veda?