107; CALOR

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『107』

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『107』

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— pinche calor de la chingada – el acento regio se escuchó dentro del garage de McLaren

Oscar soltó una suave risa sin entender realmente lo que dijo Pato pero quién si le entendió fue Katherine que se rió echándose aire con una abanico de papel que les hizo el regio.

Estaban en Qatar, verano, y los mexicanos estaban que se los llevaba madres. Hasta la pequeña Claire estaba sufriendo por el calor por lo que en preferencia Ally mando a su hija junto a su abuelo devuelta al hotel, no quería que su hija se enfermara.

Ally estaba en la tina con hielos intentando que su cuerpo se mantuviera fresco para la carrera aunque realmente veían un golpe de calor seguro. Aarón y Marco estaba junto a ella, derritiéndose en sudor.

— maldito sea el momento en que Audi eligió el color negro de uniforme – se quejo el moreno mirando su uniforme

Ally soltó una suave risa.

— ¿En serio correrán así con esta calor? – pregunto confundido Aarón

El sabía que en carrera perdían fácilmente ocho kilos, sino es que más.

— gajes del oficio – llegó Shelby con una toalla – estupideces de la FIA – se encogió de hombros pasándole la toalla a la mexicana

En el garage de Red Bull se vivía algo casi igual.

— no mames no aguanto el puto calor – Max le soltó un suave golpe a su esposo al escucharlo decir groserías – amor hace un chingo de calor...nos va a dar otro pinche golpe de calor como en el dos mil veintitrés – se quejo mientras se ponía el chaleco termico.

Max lo vió con burla.

— ¿Para eso necesitas decir tantas groserías? – pregunto entre serio y divertido
— no te molesta en otros momentos – soltó pícaro el tapatío y Max le lanzó su gorra totalmente sonrojado

Cuando estaban en formación para escuchar el himno casi todos los pilotos traían un chaleco termico para refrescarse, Pierre haciéndose el despistado se colocó junto a la mexicana haciéndola sonreír disimulada, su meñique buscó el de ella y cuando lo encontró lo entrelazó.

Cuando fueron a sus monoplazas para prepararse para la vuelta de formación el francés le regaló una sonrisa tierna junto con un guiño.
Ambos se sentían como en aquel invierno cuando se habían confesado su amor.

• Lavander Haze • F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora