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Me parece confuso
Ellos están hablando de mi historia
Pero tú ni siquiera les prestaste atención
- Lavander Haze • Taylor Swift
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『74』
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Era jueves, noviembre había llegado y su barriga ya se notaba un poco más y a veces daba pataditas cuando la mexicana le hablaba, como que se emocionaba, en algunas ocasiones David ponía música y se ponía bailar con Ally, otras veces se la pasaban viendo películas o series.
Pero Jo la ponía hacer ejercicio de vez en cuando, por si aun quería volver a la pista no podía perder la forma y era algo en lo que estaba de acuerdo ella, aun quería volver y cumplir su sueño, si podía. Era ya casi de noche cuando Ally salió de su casa a caminar al puerto de Santa Mónica había gente disfrutando de la feria y otros simplemente conversaban, ella quiso caminar por la arena sintiéndola como un respiro de su rutina; se sentó en la arena a ver como las olas se movían tranquilas y la brisa sintiéndose fresca en su rostro. Tal vez los Ángeles era una ciudad muy movida pero le estaba dando el respiro que necesitaba, extrañaba correr y sentir la adrenalina pero justo ahora solo quería que su tamalito estuviera bien.
Una sonrisa se apodero de su rostro en cuanto pensó que pronto tendría una cría, miedo tenia pero sabia que su papá no la dejaría sola y que Solange, Geri y Susie la aconsejarían.
— ¿no tiene frio? – una voz grave la saco de su burbuja asustándola – disculpe es que...te ¿conozco? – la mexicana frunció su seño
Ally negó pero luego lo observo un poco, le parecía familiar, algunas facciones pero tenia recuerdos muy borrosos.
— ojos de ángel – el hombre sonrió
— estaba perdiendo las esperanzas de volverte a ver
Una risa tonta se le escapo a la chica pero lo invito a sentarse junto a ella.
— discúlpame ese día estaba muy mal – el negó restando importancia
— cuando se va a beber no es solo para celebrar
Bueno, tenia un punto, se dedico a observarlo un poco tenia su cabello mas u menos largo, una barba que parecía que se la arreglo hace pocos días, vestía de una camisa de vestir blanca con los tres botones de arriba sin abrochar, unos pantalones de chándal.
Jodidamente guapo.
— Ally Sánchez
— Aaron Rodgers
— ¿siempre vienes por aquí? – el negó con la cabeza
— vine a visitar a unos amigos – ella asintió mirándolo – no tiene mucho que se casaron y andan derrochando miel por todos lados – Ally rio
— ¿noto envidia?
El bufo en respuesta haciéndola reír.
— estuve en Mónaco por que mi pareja de dos años me dejo
Ally soltó un sonoro suspiro riendo pero a el no le causo gracia.
— perdón – calmo su risa – ese día mi ex me pinto los cuernos – Aaron la miro sorprendido pero luego rio
— ¿será la señal? – frunció su seño al no entender su pregunta – estoy viendo una barriguita – le toco con el índice la barriga
Ally enarco una ceja.
— ¿se te fueron los estándares? – negó risueño
Se recargo con sus codos en la arena quedando casi acostado.
— solo veo un brillo en tus ojos que no logre ver esa noche – las mejillas se le tiñeron de rosa – ni ese sonrojo adorable
Miro hacia otro lado evitando la mirada del más alto, ¿Qué le pasaba? miro el reloj de su muñeca y se puso de pie con cuidado, era hora de ir se a casa.
— disculpa si te incomode no quería...– ella lo interrumpió negando
— no me incomodaste solo que ya debo irme – pauso mirándolo – es tarde y no quiero andar sola por la calle
— en ese caso – se puso de pie sacudiéndose – déjame acompañarte a casa
No se pudo negar y fue el comienzo de algo que realmente no se esperaba pero estaba atrapada en esos ojos de ángel. Las siguientes semanas Aaron la estuvo visitando y salían a buscar algunas cosas para el tamalito, había conocido a Miles y Keleigh Teller, que sin querer formo amistad con ellos y la recibieron como una más de la familia.
Era 25 de noviembre, Ally estaba cumpliendo veintiocho años, por primera vez celebraría un cumpleaños sin su madre y sin su mejor amiga, alejada de sus amigos, antes de soplar las velas deseo que ambas personitas estuvieran con ella en señal recibió una patadita y sintió los brazos de Aaron rodearla.
Con media sonrisa soplo las velas, el de ojos azules le paso una cajita pequeña que contenía una cadenita con el circuito de Mónaco, su mirada paso a el pidiendo alguna explicación pero el sonrió.
— nos conocimos en un club de Mónaco – miro el circuito – y puede que ambos no estuviéramos pasando los mejores momentos pero...creo que fueron tus ojos aceitunados los que me cautivaron y tu forma tan liberal de mostrarte los que terminaron de gustarme – una patadita la hizo reaccionar – lo se...es poco tiempo pero déjame ser parte de este ser tamito y de ti – Ally rio despacio por su fallida pronunciación de tamalito
— ¿seguro? – el asintió sin pensarlo
— ¿crees en las señales? – ella asintió – yo también y el que nos volviéramos a encontrar para mi fue la señal – la mexicana sonrió
