Mastermind 💻

Capítulo 46

-No tiene mucho más de lo que tenemos nosotros- solté mirando los papeles.

Estábamos los dos sentados en el piso de la habitación de mis padres, apoyados en la cama del lado de mi mamá. Simplemente, me puse a ojear un poco la información, mientras Sarah hacía lo suyo.

-Listo- dijo- Aww...

-¿Qué...- miré la tablet ya desbloqueada y ví el fondo de pantalla: yo de niño, 9 años quizás, con una remera azul del Diario de Greg- Dame eso- se la arrebaté de las manos avergonzado.

-Eras muy lindo- la escuché y levanté la cabeza, cuando el sentimiento en el estómago volvió- Eres- se corrigió sonriendo.

"Si alguno quiere besar al otro, que lo haga". No podía romper el trato.

Le devolví el gesto y me acerqué a ella.

-¡Oliver, ya llegué!- mi papá desde abajo.

Reaccionamos los dos. Estaba en su habitación con la tablet de mamá y muchísimos papeles que, probablemente, jamás había visto.

Los junté con rapidez y salimos de la habitación quedando a medio pasillo, cuando él término de subir la escalera. Escondí la tablet detrás de mí, poniendo las manos en la espalda, para que no se diera cuenta de siquiera donde estábamos.

-Ah... Hola, Sarah- sonrió cuando la vio.

-Hola, Señor Twi... Thompson- solté una risa, al notar su error.

-Estaremos en mi cuarto- le dije y caminamos, alejándonos de la situación.

Mi papá nos miró bastante confundido, pero probablemente, estaba demasiado cansado como para notar algo raro. Así que, nos fuimos directo a mi habitación y cerré la puerta.

-Te dije que te tenías que desacostumbrar a llamarme Oliver Twist- dije dejando las hojas en la mesa. Ella revoleó los ojos y se sentó en una de las, ahora, dos sillas que había en mi escritorio. Me di cuenta, de que si íbamos a estar aquí, tenía que haber un asiento más- Por cierto...- me senté en la otra- Me debes una foto de ti de pequeña- completé- ¿Recuerdas la regla...

-Si, si- me interrumpió- Te la traeré... algún dia- agregó- Ahora... a investigar a tu madre.

Volví a la tablet y abrí el mail. Aprendimos mucho con el mail de Mario, así que, creí que era buena idea empezar por ahí.

-Cosas del trabajo, nada más- dije, sin ver nada raro.

-Espera...- Sarah miró y subió un poco, cliquenado un mensaje en específico- "Tengo todo para la mejor historia, lo prometo. Solo necesito más tiempo"- leyó- ¿Sonia? ¿La conoces?- preguntó.

-Es su jefa- contesté, reconociendo también el apellido en la cuenta de mail al que había sido enviado el mensaje- Ya entendí- hablé, casi suspirando del alivio- Mi mamá solo quiere impresionarla. La ha estado presionando mucho por tener buenas cosas que contar- le expliqué- Ha estado preocupada últimamente. Sé que finge conmigo, pero... está algo angustiada- seguí- Solo quiere una nota.

Sarah asintió, sin decir más.

-¿Qué hacemos ahora?- preguntó.

Pensé, y algo se me vino a la cabeza, sin permiso. Estaba pasando mucho últimamente, estaba siendo más espontáneo, contestaba sin realmente procesar lo que iba a decir.

Me di cuenta que no era una mala idea, y no me gustó mucho, que eso haya estado antes de "es peligroso e ilegal".

-Podríamos ir a la casa de Mario- solté sin mirarla. Pero, lo hice unos segundos después, porque no me respondía.

Estaba con la boca abierta y le brillaban los ojos.

-Oliver...

-Es una estupidez, ¿no?- seguí- No... No deberíamos hacerlo- me paré de la silla, arrepintiéndome y caminé por la habitación.

-¿Qué? No. Aguarda- se acercó a mí, riendo- Es una gran idea, solo... Wow...- hizo una pausa mirándome y se mordió el labio inferior- No sé, te volviste diez mil veces más sexy cuando dijiste eso- segundo cumplido del día en muy poco tiempo, mi cuerpo no va a resistir otro- Próxima parada: casa de Mario.