-No con esa actitud- me respondió.
-Sarah...
-No puedo creer que estemos de vuelta en el principio, Oliver- me interrumpió molesta.
-¿A qué te refieres?
-A esto, el "es peligroso"- contestó- Creí que ya habías superado esta estupidez.
-Eso no es lo que está pasando- discutí.
-¿Ah no?- exclamó- Porque yo veo al chico inseguro, que cree que el mundo está detrás de él todo el tiempo y que se piensa que los demás no tienen problemas- enumeró levantando la voz- Déjame decirte, que ese chico era muy irritante.
Me quedé callado, sintiéndome minúsculo. Como si ya no lo hubiera aclarado lo suficiente, o no se haya notado, antes de conocer a Sarah, era la persona más patética del mundo. Ella hackeó algo dentro de mí, para que mis inseguridades se desintegraran solas y me sintiera sin miedo y capaz de cualquier cosa.
Que ahora, ella misma me estuviera diciendo aquellas cosas, me estaba destrozando ¿Y si tenía razón?
-Quiero ayudarte, ¿está bien?- seguí, ignorando sus comentarios- Quiero resolver esto tanto como tu...
-¿Tanto como yo?- volvió a interrumpirme muy ofendida- En el momento en el que las cosas se pusieron difíciles, me echaste de tu casa. En mi momento más difícil- aclaró con los ojos húmedos- Y ahora, pasa lo mismo.
-No es...
-Oliver... Necesito a mi papá.
-Y por eso mismo...- me acerqué a ella- Tenemos que pensar bien todo esto. Porque si vamos, te pones en peligro tu, a mí y a él- dije finalmente.
Entendía que estaba estresada, resignada, cansa y triste. Por eso, no le contesté lo demás.
-No lo entiendes- negó con la cabeza- Y nunca lo vas a entender.
-Sarah...
-O vienes conmigo o no- interrumpió otra vez amenazante- La opción para mí, no es no ir- aseguró.
Estaba empezando a ver lo que ella decía de mí. Porque yo también estaba viendo a la Sarah del principio, a la testaruda, irresponsable e insoportable con querer hacerlo todo sin pensar.
-Hay que hablar con la asociación- repetí y revoleó los ojos.
-Voy a hacer un plan, no iremos así como así- aclaro.
-Hace dos minutos, querías ir ahora- argumenté su falta de conciencia en la situación.
Sacó aire, harta.
-Muy bien- asintió- Haz lo que quieras. Voy a planificar mi entrada a esa casa y punto- concluyó- Si cambias de opinión, que obviamente, lo harás, llama...
-¡No! ¡No voy a cambiar de opinión!- exclamé y se sobresaltó un poco- No voy a ceder, ya no más- aseguré- Quieres meterte a la casa de ese lunático para buscar algo, que es simplemente, una teoría mía- agarré su mochila del piso y volví a acercarme- Adelante- se la extendí hacia su pecho y la agarró, aún sorprendida por mi actitud- Cuando esté al borde de matarte cuando te descubra, por favor, escucha mi voz clara, diciéndote: te lo dije.
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Mastermind 💻
Azione¿Y si te digo que nada fue un accidente? Oliver, un chico tímido, pero increíblemente inteligente, siempre que lee una novela de misterio sabe perfectamente quien es el culpable después de la página 6, muy responsable y amable. Se le dan muy bien es...