-¿Qué? ¿Cómo que te engañó? ¿Esa empresa es tuya de verdad? ¿Podríamos ser millonarios en este momento? ¿No puedes hacerle un juicio?- Sarah estaba igual, sino más, desesperada por obtener respuestas como yo, pero era muchísimo para procesar.
Ralph levantó su mano, en señal de que no se adelante a nada.
-Les explicaré- volvió a sentarse en su silla y Sarah hizo lo mismo en el sillón, junto a mí- Cuando terminé la universidad, tenía esta idea de abrir un restaurante. Pero, pequeño problema, no tenía dinero- empezó- Así que, me mudé a Pensilvania de nuevo y conocí a tu madre- una sonrisa apareció, pero desapareció casi al instante- Y conocí a Mario- negó con la cabeza- Empecé a trabajar en una cafetería y escuché a alguien quejarse por teléfono de no tener inversores, de que su vida se le veía abajo, etc.
-¿Rose L'amour?- pregunté.
-No. No sé que era sinceramente- me respondió- Porque eso no era lo que me importaba, había una oportunidad, finalmente había encontrado una oportunidad- siguió- Me acerqué a él con un pastel de chocolate y empezamos a hablar. Tan pronto como pude, le solté la idea. Y todo iba bien- se lo veía enojado, con tan solo recordar todo eso- Pero, un día me vino con la idea de hacer una empresa de licor, una idea millonaria. Me aseguró que si hacíamos eso primero, el restaurante se construiría solo- explicó- Que seríamos nosotros dos.
-Y aceptaste- completó Sarah.
-Como un verdadero estúpido, si- contestó- Hice yo la fórmula perfecta.
-El jarabe de maple- aseguré.
-¿Cómo lo supiste?- preguntó sorprendido.
-Soy alérgico- aclaré- Y está en los ingredientes de la botella. He tomado unos sorbos y no me pasó nunca nada- agregué- Cuando huiste, Mario no pudo seguir con la receta original.
-Porque nunca se la dijiste, ¿cierto?- habló Sarah.
-No, y creo, que eso fue lo único inteligente que hice en mi vida- dijo- Para cuando todo estaba listo... llegaste tu- la miró a su hija y sonrió- Todo dejó de importarme y firmé el contrato sin leer la letra chica, porque estaba muy emocionado- siguió- Hay una cláusula, que dice que todas las acciones le pertenecen a él, por lo tanto, ser yo dueño de la mitad, no significa nada. Me quedo con nada- aclaró.
-Y por eso Noah se queda con casi todo- uní las piezas del rompecabezas. Ralph, me miró algo confundido- En los papeles del divorcio, encontramos que ella se queda con más de la mitad de Rosè L'amour.
-Porque eso nunca fue realmente de él- entendió.
-Es tu oportunidad de reclamar lo que es tuyo- aseguré.
-De hecho, no puedo- dijo- Ese contrato es el original, el que firmé tiene más páginas y más información.
-Es el que está en el maletín- completé.
-Supongo- me contestó él.
Me levanté del sillón mirando su pizarra, parecida a la mía y casi con la misma información. Movía los ojos sobre todas esas cosas, buscando a alguien que encajara.
-¿Que piensas?- preguntó Sarah desde su lugar.
-Las cámaras las desactivaron ese día en el que el maletín fue robado- empecé mirando a los dos. Sarah asintió- No forzaron la entrada, no saben como abrieron la caja fuerte, pero no hubo una señal de quemaduras ni nada en el metal- seguí y ella volvió a asentir- Creo que la única persona que puede lograr todo eso, es el que sabe la combinación.
Al principio, Sarah asentía confundida, pero se dio cuenta a donde quería llegar.
-¿Estás diciendo que Mario robo su propio maletín?- se levantó del sillón para acercarse un poco a mí.
Me encogí de hombros.
-Lo escondió- corregí- Si ese contrato sale a la luz, lo arruinaría. Claramente, lo quería a él fuera del camino. Nos ha explicitado muchas veces lo mal que se llevaban y las cosas que le haría si lo viera- enumeré- Así, lograba todas esas cosas, sin cometer ningún crimen.
-¡Pero que hijo de puta!- exclamó Ralph- Claro que si, tiene tanto sentido- asintió.
-Que psicópata- soltó su hija.
-Una mente maestra- agregué- Ahora la pregunta que nos queda es: ¿Dónde lo escondió?
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Mastermind 💻
Aksi¿Y si te digo que nada fue un accidente? Oliver, un chico tímido, pero increíblemente inteligente, siempre que lee una novela de misterio sabe perfectamente quien es el culpable después de la página 6, muy responsable y amable. Se le dan muy bien es...