Capítulo 56

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Si no había tráfico, en dos horas íbamos a llegar a Nueva York. Agarramos justo la salida de las oficinas y, a pesar de que eran las cinco de la tarde, ya estábamos en invierno, por lo tanto, ya estaba bastante oscuro.

Pero, pudimos salir de todo ese caos y me metí a la autopista más tranquila. Sarah, no había dicho nada y solo miraba a la ventana.

-¿Para qué vas a usar el dinero?- soltó, poniendo su vista en mí.

-¿Qué dinero?

-El de la asociación- aclaró- Si es que resolvemos todo esto.

Suspiré. Esperé esa pregunta desde que la conozco, y agradecía que no hubiera salido el tema. Pero, era hora, supongo.

-La universidad- contesté simplemente.

-¿No tienes dinero para la universidad? ¿O una beca?- insistió.

Ya dije demasiado, tengo que seguir.

-No- dije- Porque mis padres creen que me voy a quedar en Pensilvania- confesé- Hay dinero para que vaya aquí, ya que puedo quedarme en mi casa- expliqué.

-¿Nunca les dijiste que querías ir a Harvard?- preguntó confundida.

-Es más complicado que eso- respondí e hice una pausa, dudando sobre que decir- Porque muy en el fondo me aterra ir, así que, supongo que... quiero tener la opción, pero ni siquiera me atrevo a hacerlo- era un círculo vicioso en el que estaba constantemente.

-Entiendo- respondió- Bueno... si me mudo a Nueva York, podrías venir conmigo- sonrió y yo solté una risa.

Más que nada, me reí, porque hacía un mes atrás, probablemente habría clavado los frenos y decirle que estaba loca. Pero, fantasear con esa idea, no me molestaba si podía estudiar donde quería y estar junto a ella. Perfecto.

-Lo tendré en cuenta- asentí y se volvió a hacer silencio. Me di cuenta, que últimamente, el dinero era lo que menos me importaba del caso, quería resolverlo y punto- ¿Tu que harás?- solté.

Suspiró.

-No quiero el dinero- me respondió y me sorprendí- La idea de un yate no suena mal, pero... no me metí a esto por el dinero- agregó- Es más, Oliver...

-No vas a darme tu mitad- interrumpí, negando con la cabeza, sabiendo que a eso iba esa conversación.

-Tu lo vas a usar para algo útil- discutió.

-Tu también puedes usarlo para algo útil- insistí- O no, lo que quieras, es tu mitad.

Sonrió, pero al instante, su expresión volvió a cambiar, mientras miraba para adelante.

-¿Crees que esté en la dulceria?- preguntó con pesar- La verdad, sé honesto conmigo, por favor.

Respiré hondo, sin saber que decirle, cualquier cosa iba a ser un golpe duro al corazón.

-Es una posibilidad- respondí- Puede que si, como puede que no- seguí- Pero... tengo un buen presentimiento.

-¿Por qué?

-Porque no me estoy perdiendo Star Trek por nada- bromeé y conseguí que se riera.

-¿Es en serio?- lanzó una carcajada- ¿Cuántas veces vas a mirar ese programa?

-Todos los viernes 6:30- aclaré.

-BIlughbe'- exclamó y, juro por Dios, que me pasó algo en el cuerpo, no estoy seguro de que. Solo sé, que me siento cada vez más atraído a ella.

-¿Me acabaste de llamar nerd en klingon?- pregunté increíblemente sorprendido.

Se rió.

-No puedo creer que sepas el idioma.

-No puedo creer que tú lo sepas- contesté- ¿Cómo?

-Cuando ví el póster en tu cuarto, aprendí esa palabra. Supuse que podría usarla en algún momento- explicó.

Sonreí y saqué una mano del volante para extendérsela a ella. Entrelazó la suya con la mía sobre su pierna con fuerza, sabía que necesitaba eso.

-Gracias, Oliver Twist- soltó.

-¿Por?

-Confiar en mi... Sé que es muy difícil.

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