Si no había tráfico, en dos horas íbamos a llegar a Nueva York. Agarramos justo la salida de las oficinas y, a pesar de que eran las cinco de la tarde, ya estábamos en invierno, por lo tanto, ya estaba bastante oscuro.
Pero, pudimos salir de todo ese caos y me metí a la autopista más tranquila. Sarah, no había dicho nada y solo miraba a la ventana.
-¿Para qué vas a usar el dinero?- soltó, poniendo su vista en mí.
-¿Qué dinero?
-El de la asociación- aclaró- Si es que resolvemos todo esto.
Suspiré. Esperé esa pregunta desde que la conozco, y agradecía que no hubiera salido el tema. Pero, era hora, supongo.
-La universidad- contesté simplemente.
-¿No tienes dinero para la universidad? ¿O una beca?- insistió.
Ya dije demasiado, tengo que seguir.
-No- dije- Porque mis padres creen que me voy a quedar en Pensilvania- confesé- Hay dinero para que vaya aquí, ya que puedo quedarme en mi casa- expliqué.
-¿Nunca les dijiste que querías ir a Harvard?- preguntó confundida.
-Es más complicado que eso- respondí e hice una pausa, dudando sobre que decir- Porque muy en el fondo me aterra ir, así que, supongo que... quiero tener la opción, pero ni siquiera me atrevo a hacerlo- era un círculo vicioso en el que estaba constantemente.
-Entiendo- respondió- Bueno... si me mudo a Nueva York, podrías venir conmigo- sonrió y yo solté una risa.
Más que nada, me reí, porque hacía un mes atrás, probablemente habría clavado los frenos y decirle que estaba loca. Pero, fantasear con esa idea, no me molestaba si podía estudiar donde quería y estar junto a ella. Perfecto.
-Lo tendré en cuenta- asentí y se volvió a hacer silencio. Me di cuenta, que últimamente, el dinero era lo que menos me importaba del caso, quería resolverlo y punto- ¿Tu que harás?- solté.
Suspiró.
-No quiero el dinero- me respondió y me sorprendí- La idea de un yate no suena mal, pero... no me metí a esto por el dinero- agregó- Es más, Oliver...
-No vas a darme tu mitad- interrumpí, negando con la cabeza, sabiendo que a eso iba esa conversación.
-Tu lo vas a usar para algo útil- discutió.
-Tu también puedes usarlo para algo útil- insistí- O no, lo que quieras, es tu mitad.
Sonrió, pero al instante, su expresión volvió a cambiar, mientras miraba para adelante.
-¿Crees que esté en la dulceria?- preguntó con pesar- La verdad, sé honesto conmigo, por favor.
Respiré hondo, sin saber que decirle, cualquier cosa iba a ser un golpe duro al corazón.
-Es una posibilidad- respondí- Puede que si, como puede que no- seguí- Pero... tengo un buen presentimiento.
-¿Por qué?
-Porque no me estoy perdiendo Star Trek por nada- bromeé y conseguí que se riera.
-¿Es en serio?- lanzó una carcajada- ¿Cuántas veces vas a mirar ese programa?
-Todos los viernes 6:30- aclaré.
-BIlughbe'- exclamó y, juro por Dios, que me pasó algo en el cuerpo, no estoy seguro de que. Solo sé, que me siento cada vez más atraído a ella.
-¿Me acabaste de llamar nerd en klingon?- pregunté increíblemente sorprendido.
Se rió.
-No puedo creer que sepas el idioma.
-No puedo creer que tú lo sepas- contesté- ¿Cómo?
-Cuando ví el póster en tu cuarto, aprendí esa palabra. Supuse que podría usarla en algún momento- explicó.
Sonreí y saqué una mano del volante para extendérsela a ella. Entrelazó la suya con la mía sobre su pierna con fuerza, sabía que necesitaba eso.
-Gracias, Oliver Twist- soltó.
-¿Por?
-Confiar en mi... Sé que es muy difícil.
ESTÁS LEYENDO
Mastermind 💻
Aksi¿Y si te digo que nada fue un accidente? Oliver, un chico tímido, pero increíblemente inteligente, siempre que lee una novela de misterio sabe perfectamente quien es el culpable después de la página 6, muy responsable y amable. Se le dan muy bien es...