El día en que nos enamoramos - Parte 3 Jadeite

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-Estos días he pensado en ti y en que lugar podría mostrarte cuando volviéramos a vernos – Dijo con una sonrisa gentil el apuesto rubio.

- ¿Has pensado en mí? – Repitió en voz baja la chica con algo de asombro.

- Así es – dijo mirándola tiernamente – Quisiera mostrarte todo lo que hay en la tierra, pero por hoy solo te mostraré mi lugar favorito... afortunadamente no está muy lejos de aquí. – Dijo mientras tomaba la mano de la chica para acelerar su andar.

Ella solo lo miraba con asombro pero intentando permanecer lo más apacible e indiferente a los acercamientos del joven caballero.

- Mira, es ahí – Dijo señalando un hermoso lago rodeado de lirios de diferentes colores y donde claro, también habían Casablancas.

- Es hermoso – Menciono notablemente sorprendida la chica.

- Es donde suelo pasar mi tiempo libre; en estas épocas del año no encuentro un lugar más refrescante que este...y en invierno no encuentro un lugar más hermoso.- Decía al tiempo que su rostro dibujaba una gran sonrisa y sus ojos azules brillaban.

- No me imagino como podrá ser en invierno, aunque ahora es bellísimo – Comento la chica al tiempo que recorría el lugar con su mirada.

- Te prometo que te traeré en invierno – Sentenció mientras volteaba a verla.- Es hermoso, el lago se congela y parece un enorme espejo que en el día parece brillar como un enorme diamante y por la noche refleja las estrellas- Finalizo entrecerrando los ojos mirando el lago y sonriendo ampliamente.

La chica al escuchar esto volteo a mirar el rostro del apuesto caballero, vio su mirada profunda y dulce, el azul de sus ojos tenían un brillo hermoso y su sonrisa era simplemente encantadora. La chica sintió un salto en su pecho –Puedo imaginarme lo hermoso que se ve- murmuro con voz dulce sin dejar de mirar al chico, que al oírla también la miro ruborizándose ligeramente.

- Tal vez resulte aburrido pasar tu tiempo en un lugar tan tranquilo como este.

- En realidad no, odio los lugares concurridos o con ruido... este lago me trae paz y calma- Decía al tiempo que inhalaba ampliamente el aroma de su alrededor.

- Vaya, creo que somos más parecidos de lo que imagine- Comento el apuesto chico con su típica sonrisa cordial.

- Me temo que así es – Mencionaba Mars con un semblante y voz abatida.

- ¿Hay algún problema Mars?

- Ninguno... es solo que, no estoy acostumbrada a este tipo de atenciones y no sé cómo reaccionar. Generalmente evito relacionarme con otras personas que no sean mis compañeras o gente del palacio lunar... ni hablar de chicos- Confesó en completa calma la chica.

- Siento incomodarte...

- ¡Ese es el problema! – Vocifero la chica sin dejar que Jadeite terminara de hablar – No me incomodas, incluso tu sonrisa ridícula mientras me hablas no me incomoda... creo que ya no podría recordarte de otra forma y... no entiendo por qué – Finalizo algo aturdida la chica.

El chico la miro con tierna indulgencia – Me parece que te has cerrado a las muestras de afecto que puedan darte personas ajenas a tu círculo de confianza, principalmente si estas vienen de un chico.

- Así es- Respondió con voz entrecortada – No sé porque te digo todo esto de la nada, es casi como si me molestara que no lo supieras... aun cuando no tendrías como saberlo.

- ¿No te parece que eso puede ser un camino triste y solitario?

- Es el que conozco... no me molesta, al final... es lo que yo he decidido por voluntad- Dijo severamente la chica.

Con una sonrisa condescendiente – Lo entiendo... pero no lo comparto-

La chica volteo a verlo con un rostro de desconcierto - ¿Qué? – murmuro

- Creo que ninguna persona debe ser tan indiferente a los sentimientos de los demás, aun si lo hacemos para evitar dañar o dañarnos a nosotros mismos; eso solo hace que la inseguridad que intentamos ocultar nos consuma por completo y nos aleje de la empatía-

- Yo prefiero evitar cualquier tipo de contacto- Dijo afligida Mars.

- ¿Entonces porque no has soltado mi mano? – Decía con una sonrisa el apuesto caballero.

La senshi sorprendida posó su mirada en la mano que tenía aun apretada a la de Jadeite; este apretó aún más su mano y la jaló hacia él intentando evitar que la chica lo soltara. – No tengo intenciones de soltarte- Dijo determinado

Por el rostro de la chica comenzaron a rodar ligeras lágrimas; al mirar esto, el chico dejo de sonreír mientras miraba el rostro de la chica quedo embelesado – Eres hermosa aun cuando lloras- dijo con voz tenue y melancólica; con uno de sus dedos tomo una de las lágrimas que cayeron por la mejilla de Mars y la llevo a su boca para besarla.

Asombrada Mars de ver esto dejo de llorar y miro como los labios del chico lucían húmedos debido a su lágrima, le pareció simplemente fascinante.

- Acompáñame, hay una banca frente al lago... no tendremos que hablar más de esto si lo deseas, estoy seguro que la brisa te hará sentir mejor.

El chico la guío con sus manos aun tomadas hacia una hermosa banca de piedra que se encontraba debajo de un gran árbol, colocado estratégicamente frente el lago. Al sentarse una ligera brisa logro despeinar el cabello del apuesto caballero, instintivamente Mars intento retirar el cabello de los ojos del chico y sin quererlo las yemas de sus dedos rozaron el rostro de Jadeite; quien al sentir la sensación de tibiez que producía el contacto de la joven retiro un poco su rostro hacia atrás.

- Lo siento, no quise incomodarte – Dijo Mars mientras retiraba su mano del rostro del joven rubio.

- Nunca podrías incomodarme... es solo que – dijo ruborizándose – no sabes el efecto que produce tu toque en mí.

- ¿El efecto? – Murmuro - ¿Se referirá a la sensación de calidez que se produce al tocarnos?

No termino de formular la pregunta cuando una ráfaga de viento hizo que su cabello se despeinara y fuera al frente de su rostro; rápidamente con su mano libre comenzó a acomodarlo en su lugar. Cuando creyó haberlo logrado miro hacia el rostro de Jadeite, quien se encontraba mirándola fijamente, ruborizado y en una especie de trance que no le permitía darse cuenta que su cabello también estaba despeinado.

Mars sin prestar mucha atención nuevamente intento acomodar el cabello del joven, quien al sentir nuevamente la calidez del roce de los dedos de la chica solo pudo apoyar su mejilla en la palma de la mano de la guardiana, provocando que esta se ruborizará al instante.

- Me encanta esta sensación – dijo el caballero en voz baja – Podría acostumbrarme a ella.

En algún momento de oír esto, la chica se dio cuenta que Jadeite bajo su mirada de sus ojos a sus labios. Al percatarse de esto Mars sintió como una especie de fuego interior estuviera ensanchando sus labios.

Con su mano en la mejilla del joven iba acercando el rostro de este al suyo, como si de un imán se tratase... sin poder o querer evitarlo poso sus labios sobre los del chico en un tierno beso, que en respuesta poso su mano en la nuca de la chica atrayéndola hacia él.

PredestinaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora