En el balcón

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La princesa Mars a diferencia de sus compañeras que se encontraban rodeadas de personas solo tenía una pequeña comitiva a su alrededor que había seleccionado Jadeite, el general se encontraba al lado de Mars para evitar que alguien más se le acercará a la princesa, intentando que los rumores no llegaran a sus oídos o personas, específicamente hombres malintencionados quisieran acercarse a ella; solo dejaba acercarse a personas que él consideraba no le representarían ningún tipo de incomodidad a la chica.

En algún momento de la noche notó el rostro aturdido de Mars, él recordaba que ella le había mencionado que no era precisamente la más social, por esa razón se encargó de filtrar a los interesados en conocerla.

- Lo siento, la princesa Mars debe acompañarme a conocer a otros invitados – Dijo cordialmente a los invitados.

La chica al escucharlo supo inmediatamente lo que intentaba el apuesto general – Con permiso- dijo y sin titubear lo tomo del brazo y se retiró con él.

El joven rubio la llevo al balcón principal del salón que era tan ancho como el mismo salón, a propósito este había sido cerrado para evitar a que los invitados salieran a el. Discretamente el general abrió una de las puertas por donde introdujo a la chica para después seguirla.

- ¡Que hermosa vista! – Musito la chica mientras miraba la Luna

- Me pareció que necesitabas algo de aire, la gente a veces suele ser algo imprudente y hacen preguntas incomodas – Respondió el chico tomándola de la mano mientras la dirigía a una de las esquinas del balcón desde donde podrían pasar desapercibidos en caso de que alguien más saliera.

- Parece que ya has estado en suficientes bailes para notarlo – Contesto alegremente la chica

- Lamentablemente si, aunque ahora la compañía es definitivamente mejor... Te ves hermosa, había querido decírtelo desde que te vi llegar pero quede mudo, espero que te haya gustado mi regalo – Dijo tiernamente el general.

- ¿Tu regalo? Entonces el vestido tu...

- Así es, aunque no creí que fuera tan revelador al frente – Susurro apenado el joven

Mars miro su escote –Creo que me he puesto cosas más reveladoras – dijo mientras alzaba su mirada para ver al chico que a su vez también miraba el escote de la chica, cuando se vio descubierto termino por sonrojarse y desvió la mirada rápidamente.

- L-lo siento...

- Vaya, creo que el Caballero de la Paciencia y la Armonía está a punto de perder ambas- Dijo juguetonamente y con una sonrisa sagaz  mientras tomaba el mentón del chico con su mano  para  posicionarlo frente a ella.

- P-por favor no hagas eso, ya te he dicho el efecto que tienes en mi- Dijo nervioso

- Me dijiste que podrías acostumbrarte a eso – Musito mientras subía su mano y por ende el mentón del chico.

- No lo entiendes – Dijo el chico al tiempo que la tomaba con ambas manos por la cintura y giraba con la chica para aprisionarla abruptamente entre la pared que unía al balcón con el salón a su cuerpo agitado, libero una de las manos de la cintura de la chica y la poso en su cuello, ella no pareció inmutarse – Desde que te vi llegar he intentado contenerme, tenerte tan cerca es una gran prueba a mi honorabilidad pero con estos juegos tuyos me resulta sumamente difícil, casi una tortura – le susurro ampliamente ruborizado

Mars podía sentir el cuerpo agitado del general y su voz casi jadeante sobre ella, su propia respiración se sincronizo a la del apuesto rubio... de repente ella se sintió confundida, siempre quiso mantenerse alejada de ese tipo de situaciones para poder cumplir su promesa, pero la realidad es que nunca conoció a alguien que la hiciera dudar de esa forma, estaba feliz pero también sentía miedo y aunque ella podría salir de ahí con facilidad no quiso hacerlo, solo lo miro rendidamente y con algo de deseo volviendo a sentir ese calor interno hinchando sus labios.

Jadeite la beso, un beso apasionado tan diferente al dulce y casi inocente de las últimas veces, por primera vez pudo saborear al apuesto general, como inercia sus brazos rodearon el cuello del chico y sus dedos comenzaron a enredarse en el cabello rubio y ondulado que siempre le pareció fascinante.

El general logrando auto controlarse y no llevar las cosas más lejos separo sus labios de los rojos carmesí de Mars, pudo observar como ella abría poco a poco sus hermosos ojos violetas para posarlos en los de él – Dios, creo que te amo – ahogo ese pensamiento dentro de sí mismo, temía que si lo decía la chica saliera corriendo del miedo al no tener seguro sus sentimientos por él.

- Con esto bastará – le susurro a la hermosa chica – jamás perjudicaría tu virtud – Finalizo sonrojado. Estoy enamorado de ti... no es un secreto, ya te lo he confesado... solo te pido, no te alejes aun cuando tengas miedo, si tienes dudas ven a mi... yo siempre hallare un camino para llegar a ti, por eso no me alejes... yo te pertenezco- Finalizo con una voz extremadamente dulce y gentil

Mars lo miraba embelesada, sin darse cuenta estos últimos encuentros había despertado sutilmente en ella la pasión que pertenecía a su planeta – Lo siento Serenity, no creo que pueda cumplir la promesa – pensó mientras volvía a besar al general.

PredestinaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora