Jun se encontraba parado frente a las escaleras que conducían al templo Hikawa, no era la primera vez que lo hacía; hacia tiempo decidió abandonar la estrategia del autobús después de varios intentos fallidos aunque esperar en las escaleras tampoco le había funcionado extrañamente, había decidido enfrentar las consecuencias si se encontraba a Rei o al menos ese era el nombre que recordaba con el que Sailor Moon la llamo en su último enfrentamiento, donde ella lo quemaría vivo.
Por supuesto Jun no le guardaba rencor, sabía que era su deber terminar con su enemigo y él en ese momento lo merecía; si algo recordaba bien de su vida en el reino dorado era que Mars estaba completamente entregada a su deber, sin contar con el hecho de que ella no lo recordaba porque acababa de despertar sus poderes y más importante, él tampoco la recordaba.
Tuvo un recuerdo vago de ella al verla caminar cuando él conducía el autobús en sus días en el reino oscuro, instintivamente decidió secuestrarla; quizás en lo profundo de sus recuerdos ella aún estaba presente como lo único puro dentro de la oscuridad que se apodero de él y por eso decidió llevarla consigo; incluso recuerda haberse sentido fuertemente atraído a ella y el roce de su mano en la mejilla de la chica secuestrada se sintió familiar.
Jun estaba inmerso en esos recuerdos que no se percató que alguien bajaba por las escalaras colocándose frente a él.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – Dijo una voz cansada – Veo que estos días has decidido detenerte frente al templo – Finalizo el anciano
- L-lo siento, no quise incomodarlo – Decía Jun mientras hacia una reverencia y se disponía a retirarse
- Espera, no te estoy corriendo muchacho sino lo contrario... ¿Por qué no entras? Quizás lo que buscas está adentro
- ¿C-como sabe eso? – Susurro
- Entonces estoy en lo correcto ¿Qué buscas chico? – Pregunto gentilmente el anciano
- Supongo que redimir mis errores del pasado – Respondió Jun con una discreta sonrisa y mirada apagada
El abuelo de Rei lo miro extrañado, observo detenidamente al joven que no parecía ser mayor de 20 años ¿Cómo alguien tan joven podría estar arrepentido de algo para querer redimirse? No podía percibir en él ninguna clase de maldad. Por otro lado era un hombre de negocios y no desaprovecharía ayuda adicional, sobre todo gratis.
- Entonces ¿No te gustaría trabajar medio tiempo en el templo? El trabajo muchas veces ayuda a aclarar la mente, da respuestas y puedes tomarlo como penitencia... y no voy a mentirte, también nos vendría bien algo de ayuda, en el templo solo somos mi nieta y yo... y en mi estado actual – Dijo tomando su propia cadera y arqueándose para acentuar sus malestares y edad – no puedo ayudar muchas veces en las labores rudas dejándoselas a Rei.
Jun no pudo evitar sobresaltarse cuando escucho el nombre de Rei, no era por sorpresa ya que claramente sabía que ella trabajaba en ese lugar pero solo escuchar su nombre lo hizo alterarse. Ambos hombres subieron las escaleras. No tuvo tiempo de responder a la propuesta del anciano cuando escucho una voz a lo lejos.
- Creí que ya te habías ido – Dijo fríamente Rei mirando a Jun mientras se acercaba a ellos.
- ¡Oh! Veo que se conocen – Afirmo el abuelo
- Si
- No
Respondieron de forma inmediata Jun y Rei respectivamente, el abuelo quedo confundido.
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Predestinación
FanfictionEstos 8 guardianes creyeron por mucho tiempo que sus vidas estaban ligadas a su única causa: servir y salvaguardar a sus respectivos príncipes, pero el destino les tiene preparado una hermosa sorpresa con la llegada del amor... hasta que la fatalida...