En el jardín

84 12 0
                                    

La princesa Júpiter se mostraba más receptiva con aquellos que quisieran acercarse a ella, es por esa razón que por periodos se encontraba en la pista de baile con los jóvenes que se atrevían a proponérselo; no era tan tímida como Mercury ni tan antisocial como Mars y no se mantenía al margen como Venus; por otro lado su acompañante tampoco parecía molestarle la atención que ella recibía, por el contrario parecía disfrutar mucho observarla divertirse.

Para Nephrite ver a Júpiter bailar era un espectáculo increíble, su estilizada figura moviéndose al compás de la música lograba que el vestido que usaba se moviera a un ritmo diferente pero a la vez compaginado. Deseaba tanto poder acompañarla por lo menos en un baile, pero sabía que eso solo avivaría más los rumores además de que claro, no era el mejor de los bailarines pero aun sabiendo eso, mirándola bailar deseo poder acompañarla.

- ¡Estoy agotada! – Dijo en un suspiro mientras se acercaba a su acompañante

- No creí que fueras tan buena bailarina – Menciono sonriendo el general

- ¿En verdad no puedes bailar conmigo?

- No, debemos mantener un perfil bajo... hoy solo soy tu escolta – Mintió

La chica puso una mirada triste ante esa respuesta, a su lado un joven con el cual ya había compartido pista en más de una ocasión se acercó para volver a bailar con ella, por respuesta ella le envío una sutil sonrisa mientras corría una gota de sudor de su sien a su cuello perdiéndose en su escote, Nephrite al ver eso no dudo en intervenir.

- Lo siento – Dijo tomando la mano de la chica – la princesa Júpiter debe reunirse con otro invitado – Finalizo mientras se retiraba del salón.

- ¿A dónde vamos? – pregunto extrañada la chica

- A que descanses un poco – Respondió mientras salían del palacio hacia el jardín trasero

Era una zona hermosa aún por la noche, fresca y aromática... podía percibir el aroma de las rosas y otras flores.

- Ven, siéntate aquí – Dijo mientras señalaba una banca que se encontraba bajo un arco de rosas.

- ¡Que hermoso! – Contesto sorprendida

- Si, es hermoso – Dijo el general posando sus ojos en ella

Júpiter sintiendo su mirada volteo hacia donde él se encontraba, ligeramente ruborizada le extendió la mano – Hay algo que quisiera hacer antes de sentarme – Dijo con voz suave – Baila conmigo.

- Y-yo no soy el mejor bailarín, tengo que advertirte – Respondió apenado mientras tomaba su mano

- Imposible – Dijo sonriendo la chica

- Advertida estás – Dijo mientras le daba una vuelta con su mano, atrayéndola hacia él.

Era cierto, en realidad no era tan buen bailarín pero tampoco era el peor ella pensaba mientras bailaba con el apuesto caballero, había querido estar con él en medio del salón en lugar de hacerlo a escondidas pero un ligero tropezón la saco de sus pensamientos. Tal como él le advirtió no era el mejor bailarín y tras ese tropiezo cayeron al suelo; en un intento por evitar que ella se lastimara Nephrite la abrazo para que pudiera caer sobre él, amortiguando la caída de la chica.

- Lo siento... ¿Te encuentras bien? – Dijo apenado el caballero.

- Creo que si... ¿Y tú? ¿Te lastimaste?

Mientras preguntaba eso alzaba su rostro del pecho del general. Nephrite la miró como si se tratará de un ángel: unos hermosos ojos esmeraldas brillando en un hermoso rostro, todo enmarcado por las estrellas del firmamento y la luz de la luna.

- Eres hermosa – Susurro completamente deslumbrado sin apartar su mirada de la chica y con sus brazos aun rodeando su cintura.

Ella completamente ruborizada solo logro responder – Ya me lo has dicho

No era la primera vez que tenía tan cerca al apuesto joven de cabello marrón, en su último encuentro recordó los apasionados besos que surgieron después de un tierno abrazo... el hecho de que el amor por ese joven haya surgido en ella tan apasionadamente y tan pronto aún la tenía confundida pero solo quería ceder a ese sentimiento, sin profundizar más en ello, solo fluir con el.

- Eres lo más hermoso que he visto en mi vida Júpiter – Respondió el caballero mientras oprimía ligeramente más su abrazo – si supieras cuantas veces te he encontrado escondida en mis pensamientos... en mis sueños, te has metido en mi piel y mis labios ya han gravado los tuyos... tu aliento parece ser lo primero que respiro al despertar... te amo... soy completamente tuyo – Le murmuro dulcemente

Júpiter pasó sus manos por el pecho del general, por su cuello para finalmente posarlos a la altura de su sien, con sus pulgares a la altura de sus orejas y el resto de dedos en la nuca sintiendo detrás de ellos el hermoso cabello de Nephrite; con los ojos entreabiertos le respondió – Yo también te amo – Besándolo casi inmediatamente, solo quería dejarse llevar por sus sentimientos.

PredestinaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora